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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Capitulos del Maratom

CAPITULO 16 

Comenzó a caminar y lo atajé en la puerta casi estampándolo en ella.

– Por favor Tom – dije en tono suplicante, casi al borde de las lágrimas de desesperación.
– Él te tiene completa, ¿qué más da que yo conserve esto?
– No, no me tiene completa y lo sabes, no te puedo dejar eso, al menos no hoy, otro día, te lo prometo, cuando volvamos a vernos, te daré otra cosa hoy, por favor.
– ¿Y qué me darías a cambio?

Lo tomé de la mano obligándolo a caminar conmigo, no quería que se me escapara, se veía molesto y quizá podría ser capaz de cometer una locura. Abrí el cajón de mi escritorio con la mano que tenía libre, sin soltarlo, ahí tenía un pañuelo, lo saqué y lo puse sobre el escritorio, tomé el pequeño perfume que estaba también en el cajón y le rocié un poco al pañuelo y se la di. Me sonrió y me entregó las medias.

– Ah, se me olvidaba decirte, no uses vestido rosa ni lila para la boda – dijo en el umbral de la puerta.
– No te he asegurado que iré.
– Buenas noches, ____.

Salió y yo me coloqué rápido mis medias. Zayn me llamó de nuevo y le aseguré que ya bajaba. Fui al baño y me arreglé un poco el cabello, el maquillaje y me puse un poco de perfume. Cuando subí al coche, Zayn me dio una mirada de reproche.

– Perdón, se atascó la impresora y no podía dejarla así, el servicio es muy caro.
– Está bien, ¿adónde quieres ir a cenar?
– No sé, ¿a ti que se te antoja?
– Comida china, ¿te apetece?
– Sí, vamos.

No hablamos mucho en el camino al restaurante, ni durante la cena, Zayn estaba masajeándose con un cliente, según me dijo, aunque se le escapan unas sonrisitas que dudaba que un cliente se las provocara, quizá era lo que yo quería ver para no sentirme tan culpable por engañarlo, después de todo iba a cumplir su promesa de irnos de viaje solos los dos, sin trabajo de por medio, o, ¿lo estaría haciendo para acallar sus culpas también?

Fui al baño y me miré al espejo, pensé que tal vez debería dejar a Zayn, no se merecía lo que le estaba haciendo y ya una vez había intentado dejar a Tom y no había funcionado, así que ahora me tocaba hacer la prueba con mi novio. Suspiré resignada, el viaje sería la última oportunidad para tratar de salvar mi relación con él. Me llevó a mi departamento y me dijo que nos veríamos hasta el jueves, que era cuando salíamos de viaje.

Los días siguientes tuve mucho trabajo, pero ya no podía ver mi oficina de la misma manera, por ratos me quedaba mirando la silla donde Tom me había hecho suya y me había pedido que no lo dejara, una sonrisa estupida aparecía en mi cara sin remedio, como deseaba que sus palabras fueran ciertas, pero eran sólo eso, palabras que se las llevaba el viento porque no daba ninguna otra señal, si en realidad quisiera que yo estuviera en su vida mostraría algún interés, que sé yo, una llamada, un mensaje, pero nada, silencio total. Abrí el cajón y me topé con la invitación de Caroline, la saque y me puse a leerla, era color crema, de un papel finísimo y una letras preciosas.

Caroline Kaulitz & Dylan Ross
En compañía de nuestros padres:
Simone & Gordon Kaulitz
Eduardo & Gloria Ross
Deseamos compartir con ustedes nuestro enlace matrimonial, Que se llevará a cabo el sábado 13 de diciembre en MacArthur Causeway #395, Miami South Beach a las 18 hrs.
La recepción será en el mismo sitio una vez concluida la ceremonia.
Agradecemos su asistencia

Suspiré después de leerla, a pesar que el matrimonio no era mi gran ilusión, ya me había mentalizado que algún día daría ese paso con Zayn, aunque ahora no estaba tan segura de lograrlo, pero tampoco me lo imaginaba con Tom, no se veía que fuera de ese tipo, dado que mejor se iba a casar su hermana mayor que él. Moví la cabeza, pero, ¿qué estaba pensando? Es increíble lo vulnerables que somos las mujeres y como unas simples palabras nos hacen perder la perspectiva. “No me dejes”, recordé como si lo estuviera escuchando en ese preciso momento, con su voz distorsionada, suspiré de nuevo, dejé la invitación en el mismo lugar y seguí con mi trabajo.

A las diez de la mañana en punto llegó Zayn por mí para irnos al aeropuerto, subió al departamento por mi maleta y una vez en la calle, el taxista la metió a la cajuela. Apenas habíamos subido al vehículo su movil sonó, él miró el identificador, pero no respondió la llamada y envió un mensaje.

– Perdón amor, parece que no todos en la oficina se enteraron que estoy de vacaciones – justificó mientras escribía.
– No te preocupes.

Llegamos al aeropuerto y se alejó un poco de mí para hablar por teléfono, ¿es que ni siquiera este fin de semana lo iban a dejar en paz? Empezaba a odiar su trabajo. Después de registrar las maletas me senté en la sala de espera mientras él seguía pegado al celular recargado en un muro. Más tarde tomó asiento a mi lado y me dio un beso en frente y luego empezó a leer el periódico, fantásticas vacaciones iba a pasar, estaba a punto de regresarme a mi casa cuando anunciaron que subiéramos al avión.

Afortunadamente, en el último minuto había decidido llevar mi Ipod, así que cuando anunciaron que se podía prender aparatos me puse el mío, en tanto veía que Zayn ya tenía los ojos cerrados, claro él estaba sumamente acostumbrado a los aviones.

Finalmente llegamos a nuestro destino, al subir al taxi le entregó un papel con una dirección, yo bajé la ventanilla del coche para permitir que el aire acariciara mi cara. Minutos después llegamos a un muy bonito vecindario y el taxi se estacionó frente a una hermosa casa con techo de dos aguas. El taxista bajó las maletas y las puso justo en la puerta. Zayn le pagó y después me tomó del brazo para caminar juntos, sacó unas llaves del pantalón y abrió la puerta, tomó el par de maletas y las dejó en mitad de la sala. La casa era relativamente pequeña, pero muy espaciosa y con muebles rústicos de madera.

– Zayn, ¿de quién es esta casa? – pregunté sentándome en el confortable sillón.
– De un cliente, me la prestó por este fin de semana, al parecer quiere venderla y la anda promocionando a ver si alguien se interesa por ella.
– ¿Tú eres un posible comprador?
– Eso le hice creer con tal de que me la prestara, así nos ahorramos lo del hospedaje y lo gastamos en otra cosa, ya después le diré que no te gusto.
– Francamente es muy linda – respondí entrando a la cocina – pero, no podríamos costearla, el rumbo parece muy caro.
– Lo es, así que mejor disfrutemos de la casa por estos días, subiré las maletas, para ir a comer y dar un paseo por los alrededores.

Salí de la cocina para seguir explorando la casa, al fondo había una hermosa cantina, con las copas colgando del techo y varias botellas en los anaqueles, fui a curiosear y vi que había casi de todo, brandy, ron, whisky, vodka, tequila, pero todas estaban selladas, parecía que sólo formaban parte de la decoración.

Zayn bajó corriendo las escaleras y salimos. Caminamos un poco hasta llegar a la avenida principal y ahí tomamos un taxi. Comimos en un bonito restaurante y estuvimos platicando por un par de horas, como en los viejos tiempos, en el garaje de su casa, en el cual había sido nuestra primera vez, un día que su padre fue a casa del mio a ver un partido en la televisión, aquello parecía tan lejano.

De regreso, pedimos al taxista que nos dejara en la avenida principal y bajamos caminando por el sendero, jugando y haciendo bromas, me había olvidado de todo eso, Zayn solía ser muy alegre y jovial antes de entrar a trabajar a aquella casa de bolsa que lo había convertido en un adicto al trabajo. Y no pude evitar sentir remordimientos por mi conducta, él matándose en el trabajo y yo enredándome con un hombre que, para completar el cuadro, era cliente suyo, me pregunté que tanto se frecuentaban, pero decidí no expresarlo en voz alta.

Al ir cruzando el caminito que llevaba a la entrada principal de la casa un aroma delicioso a comida llegó a mi nariz, lo que me recordó que hacía mucho yo no cocinaba. Zayn abrió la puerta y al entrar a la sala escuchamos música proveniente de la cocina, ambos nos volteamos a ver y le mostré mi Ipod que lo traía en la bolsa de mi chaqueta. Así que, sigilosos y yo con un poco de miedo, caminamos lentamente hacia la cocina que tenía la puerta cerrada, Zayn la empujó con sumo cuidado y casi me da un infarto al ver a Julieta y Tom cocinando y cantando cual recién casados. Volteé a ver a Zayn con una cara de no dar crédito y él sólo se encogió de hombros sorprendido por verlos también ahí, carraspeó un poco y Julieta volteó y nos miró extrañada, pero nos sonrió. Tom también volteó y la expresión en su rostro era inescrutable, no daba el menor indicio de lo que pasaba por su mente.

– ¡Zayn, ___!, que gusto de verlos – exclamó Julieta alegremente – malvado, no me dijiste que los habías invitado – dijo a Tom dándole un golpecito en el hombro.

– En realidad no sabíamos que ustedes estarian aqui, Tom me prestó la casa por el fin de semana – respondió Zayn mirándolo como pidiéndole una explicación.

– ¿Qué no era el próximo fin de semana? – exclamó Tom serio y confundido.

– Bueno, hay suficiente espacio para los cuatro y así será mucho más divertido – agregó entusiasmada Julieta casi brincando.

Yo simplemente no podía hacer ni decir nada, estaba estupefacta tratando de procesar la información en mi mente, el shock había sido más grande a cuando me lo topé en el estadio y lo que más me había molestado era haberlo visto tan feliz con Julieta, ¿cómo podía decir que no era su novia si parecía todo lo contrario? Lo único que atiné hacer fue agarrar a Zayn del brazo para sacarlo de la casa mientras le daba una mirada de odio a Tom que nos veía seriamente.

– ¿Él fue quien te presto la casa? – pregunté molesta afuera de la puerta principal.
– Sí – respondió parándose frente a mí.
– No podemos quedarnos aquí, busquemos un hotel, al fin estamos a diez minutos del centro de Las Vegas.
– Pero baby, ¿desde cuándo eres antisocial?
– ¿Baby? – pregunté extrañada olvidando por un segundo el origen de la pelea.
– dije..___ , por el enfado ya ni me escuchas bien.
– Te escuché perfectamente bien y me dijiste baby, ¿desde cuándo me dices así?
– Ya sé porque fue la confusión – exclamó ignorando mi pregunta – es que primero le había dicho que vendríamos el siguiente fin de semana, pero como tengo que ir a… San Francisco en esa fecha le cambié el día a la mera hora, fue mi culpa ___, perdón – se acercó y puso una mano en mi mentón – pero, no podemos hacerle un desaire cariño, Tom ha sido muy amable conmigo, además, se ve que a Julieta le caes muy bien, será como aquel viaje que hicimos con Cynthia y Diego, acuérdate que la pasamos genial.
– Pero, se suponía que la razón de este viaje era para estar solos tú y yo.
– Y lo estaremos cariño, ¿a poco crees que ellos no querrán estar solitos también? – respondió guiñándome un ojo – anda, no seas así, serían prácticamente 3 días.

CAPITULO 17

Sentí como se me revolvió el estómago con la insinuación, la escenita de la cocina estaba muy fresca en mi mente y no quise ni pensar como hubiera terminado si no hubiésemos interrumpido, volteamos, pero él seguía sosteniendo mi mentón.

– Perdón, no quise interrumpir, la cena está casi lista, pasen y después vemos como nos acomodamos – exclamó Julieta desde el umbral de la puerta, Tom estaba detrás de ella con una mirada de pocos amigos, como si quisiera fulminar a alguien.
– Gracias Julieta, pero nosotros acabamos de comer, además supongo que ustedes quieren estar solos, creo que será mejor que Zayn y yo nos vayamos a un hotel – dije separándome de él, pero entrelacé mi mano con la suya.
– De ninguna manera, el que se confundió fui yo, los que debemos irnos somos Julieta y yo – dijo Tom abrazándola por la cintura.
– No Tom, por supuesto que no, es tu casa, además la culpa fue mía porque primero te dije que vendríamos el siguiente fin de semana y apenas el martes te avise que siempre llegaríamos hoy, yo fui el de la confusión.
– Nadie se va a ir a ningún lado, quizá no somos los mejores amigos del mundo pero será grandioso convivir este fin de semana y conocernos más, ¿verdad, nene? – dijo Julieta volteándose,mirando a Tom y le dio unas palmaditas en la mejilla.
– Yo encantado, esta es su casa y Julieta tiene razón, no veo ninguna razón para que no la podamos pasar bien los cuatro – respondió mientras chocaba delicadamente su cabeza con la de ella que le sonrió.
– Yo tampoco le veo mayor problema, es que ___ tenía la ilusión de que estuviéramos solos ella y yo – intervino Zayn dándome un beso en la comisura de los labios.
– ___, no te preocupes por eso, compartirán habitación, Tom y yo podemos usar tapones en las orejas contra el ruido.
–Julieta, pero que cosas dices.
– Ay _____i, ya todos somos adultos aquí, no tiene nada de malo, anda, acompáñame a la cocina a terminar la cena – exclamó Julieta tomándome de la mano que tenía libre obligándome a caminar.

Con dificultad solté a Zayn, yo seguía con el estómago hecho nudos por las muestras de afecto entre ella y Tom y cuando pasé a su lado le corrí la mirada furiosa y él desvió la suya. Me excusé con Julieta diciéndole que estaba muy cansada y que mejor aprovecharía para subir a acomodar mis pertenencias. Cuando salí de la cocina Tom y Zayn miraban la televisión y sostenían una copa cada uno, sólo les dije buenas noches y subí corriendo las escaleras.
Abrí la puerta de la primera habitación y sólo había una maleta que supuse era la de Tom y Julieta, me dieron ganas de arrojarla por las escaleras, pero sabía que tenía que guardar la compostura, nos quedaban tres largos y tortuosos días que no sabía cómo iba a sobrellevar. En la habitación contigua estaba mi maleta y la de Zayn. Tomé la mía y empecé a desempacar, aún era temprano, pero me puse mi pijama y me metí a la cama, no estaba dispuesta a bajar y seguir presenciando las expresiones de cariño entre Julieta y Logan, no tenía idea si podría evitar hacer una escena de celos que no venía al caso porque también estaba mi novio.

No supe en qué momento me quedé dormida. De pronto, sentí el peso de alguien sentándose en la cama y una suave mano que empezó a acariciarme la espalda, abrí los ojos y giré mi cabeza, era Brandon que me miraba con deseo y aunque estaba que reventaba de los celos no iba a tener relaciones con él sólo por venganza.

– Brandon no estoy de humor ahora, me duele la cabeza, estoy cansada por el viaje.
– Está bien, como quieras, luego estás reclamando y ahora sales con que te sientes mal – dijo molesto levantándose de la cama.
– Claro, yo sí tengo que aguantarme que tú prefieras trabajar que hacerme el amor y con una vez que yo me niego me lo echas en cara.
– No quiero volver a discutir contigo ______, ya tuve suficiente por hoy de recriminaciones, ¿no que te duele la cabeza?
– Pues sí y mucho, buenas noches – dije molesta y me puse la almohada sobre la cabeza.

Minutos después él se acostó a mi lado, apagó la luz de la mesa de noche y me dio la espalda sin decir nada. Apreté la almohada de coraje, estaba por levantarme para ir a dormir al sofá cuando mi telefono sonó, lo tomé y era número oculto.

– Hola – contesté desconcertada.

– Tienes cinco minutos para bajar a la cocina o subo y le cuento todo a Brandon, recuerda que tengo una prenda que te pertenece – sentenció Logan y me colgó.

El enfado que yo sentía se transformó en pánico, por el tono de su voz, supe que su amenaza no era en vano y no podía permitir que eso sucediera, no tenía la menor idea de cuál sería la reacción de Brandon y francamente no quería averiguarlo y menos con la mini discusión que acabábamos de tener.

– ¿Quién era? – preguntó Brandon sin voltear a mirarme.
– Nadie, me colgaron, voy por un vaso de agua para tomarme una pastilla – respondí poniéndome las pantuflas y levantándome de la cama.

Brandon no me dijo nada más y salí de la habitación con el pulso hasta las nubes, ¿qué se creía Logan para amenazarme de ese modo?, cuando él estaba de lo más contento con su noviecita, me iba a escuchar, si a esas íbamos yo también tenía varias cosas que contarle a Julieta, que seguramente no le agradarían para nada.

Desde la sala se distinguía la luz proveniente de la cocina, tomé un respiro y entré. Tom estaba parado, recargado en el mueble junto al lavabo, sosteniendo mi pañuelo entre sus manos. Mis ojos se abrieron de par en par al verlo, definitivamente no estaba jugando, estaba dispuesto a decirle todo a Zayn y entregarle pruebas contundentes.

– ¿Qué pretendes? – pregunté seria y molesta cruzándome de brazos.
– No quiero que él te toque – respondió usando el mismo tono de voz que yo.
– Es mi novio, ¿lo olvidas?, ¿acaso yo te estoy prohibiendo que lo hagas con tu novia?
– ¿Cuántas veces tengo que decirte que Julieta no es mi novia?
– Que cínico eres, ¿cómo te atreves a negarla después de lo que he visto hoy?
– Pues no se compara con lo que yo vi – exclamó acercándose a mí.
– Pues yo no niego a Zayn, sabes perfectamente que es mi novio – dije caminando hacia atrás
– No me lo recuerdes – dijo acercándose más – no me hagas recordar que lo vi dándote un beso.
– Pues eso es lo que hacen los novios, ¿no?, no sólo cocinan y cantan juntos y se toquetean frente a otros – seguí caminando y topé con la nevera.
– Con un demonio – exclamó exasperado a pocos pasos de mí – ¡Julieta no es mi novia!, es mi amiga de toda la vida.
– Mira qué casualidad, Zayn y yo también nos conocemos desde niños.
– Ahora comprendo porque recurriste a mí – dijo sarcásticamente poniendo sus manos al lado de mis hombros impidiéndome el paso.
– ¡Cómo te atreves! – exclamé y quise darle una bofetada, pero me atajo la mano.
– Sabes que tengo razón, si él cumpliera con sus obligaciones no tendrías ninguna necesidad de citarte con un extraño.
– Fue una estupidez de la que ahora me arrepiento – exclamé soltándome, pero él rápidamente subió el brazo y volvió a hacerme prisionera.
– ¿En verdad te arrepientes? – preguntó a milímetros de mis labios y aspiré su aliento embriagador – ¿estás segura? – agregó acariciando suavemente mi cuello y luego descendió su mano a uno de mis senos que masajeó encima de la ropa, mirándome fijamente a los ojos.
– Basta, por favor – dije con un hilo de voz, no podía controlar mi cuerpo cuando él me estaba tocando y tenía su aliento clavado en mi nariz.
– ¿En serio quieres que me detenga? – susurró en mis labios mientras su mano bajaba por mi costado hasta mi nalga que apretó y luego pegó su cuerpo al mío, uniendo nuestros sexos que sólo los separaba la delgada ropa de nuestras pijamas.
– Alguien puede bajar – dije con dificultad, olvidando todo el enfado.

Su respuesta fue lamer mis labios y levantar mi pierna para pegar mucho más su cuerpo al mío y rozar más nuestros sexos moviéndose suavemente, sin dejar de mirarme, un jadeo se escapó de mis labios, no podía evitarlo, él me hacía perder completamente el sentido de todo y, aunque la cabeza me gritaba que detuviera esa locura, mi cuerpo entero lo reclamaba, no tenía fuerzas suficientes para detenerlo.


CAPITULO 18 (FIN DEL MARATOM)

Introdujo su lengua ansiosa en mi boca y la mía la recibió con la misma inquietud. Puso ambas manos en mis nalgas y yo lo envolví con mis piernas, me cargó y comenzó a caminar conmigo mientras yo le lamía el cuello, sentí que mi espalda chocaba con una puerta y como pude la abrí volviendo a besarlo, entramos y me colocó sobre una superficie fría. Se separó, encendió una tenue luz y cerró la puerta, entonces me di cuenta que estaba sentada encima de una lavadora dentro de un pequeño cuarto.

Volvió a mi lado y me besó desenfrenadamente mientras sus manos soltaban las tiras de mi pantalón, le ayude a bajármelo al igual que mi ropa interior, y le quité la parte de arriba de su pijama, le besé y lamí el torso desnudo olvidándome completamente de donde estábamos. Él terminó de desnudarme y me besó los pechos en tanto yo bajaba su pantalón y su bóxer, antes de quitárselo por completo sacó un condón y se lo puso entrando en mí con urgencia.

Me besó para ahogar mi gemido y se movía con rapidez en tanto yo lo rodeaba con mis piernas aprisionándolo. Se separó de mis labios y nuestras narices se rozaban, nos mirábamos a los ojos mientras él seguía moviéndose en mi interior, nuestros gemidos se mezclaban y ambos sonreíamos sumergidos en el enorme placer que estábamos sintiendo, no existía nada más en ese momento, sólo él, yo y el fuego de la pasión. Sentí como llegaba al orgasmo y él me besó para callar el grito que emitiría, hizo los últimos movimientos y alcanzó el éxtasis total sin dejar de besarme. Nos abrazamos y sentí su pecho agitado en el mío.


– Nadie te ha hecho vibrar como yo y nadie jamás podrá hacerlo, soy el único que conoce el mapa de tu cuerpo y sabe exactamente qué lugares tocar y cómo hacerlo – dijo mientras me abrazaba y acariciaba mi espalda.
– Lo sé, lo sé y me asusta – acepté avergonzada.
– No tienes nada que temer ____ – respondió separándose sólo lo necesario para mirarme.
– Esto es una locura, Tom.
– Sí, la más maravillosa que he cometido en toda mi vida.

Puse mis manos en su rostro y lo besé delicadamente, él me correspondió de la misma manera, después de unos minutos nos separamos y comenzamos a vestirnos en silencio. Cuando iba a abrir la puerta él me jaló de un brazo haciéndome voltear.

– No permitas que te toque, por favor.
– Y tú prométeme que no la tocaras a ella.
– No estamos en la misma habitacion, te repito que sólo somos amigos, en cambio, yo no podré dormir sabiendo que compartes la cama con él.
– Sólo será para dormir, lo prometo – le di un ligero beso y salí de ahí.

Crucé lentamente la cocina y la sala sintiéndome en las nubes, jamás me imaginé que esa aventura fugaz de lejos y en verdad me asustaba lo que estaba sintiendo, al menos para mí estaba dejando de ser sólo sexo, mi corazón estaba por quebrantar completamente la tercera regla. Subí cuidadosamente las escaleras y al llegar al último escalón vi que Julieta salía de mi habitación.

– ¿Julieta? – exclamé mirándola desconcertada – ¿qué hacías en mi cuarto?

– Ay ______, me asustaste, es que esa habitacion es la que ocupo normalmente y como soy muy sensible para la luz, necesito dormir con antifaz y entré por el que siempre guardo en el cajón de la mesita de noche – aclaró y me lo enseñó – toqué la puerta y como nadie me contestó entré, pensé que Zayn y tú habían salido a dar un paseo nocturno – agregó con una sonrisa pícara.
– ¿Zayn no está en la recámara? – pregunté sorprendida.
– No, no hay nadie, ¿dónde estabas tú?
– Bajé a la cocina a tomarme una pastilla para el dolor de cabeza.
– Ah vale, buenas noches, que descanses, no, mejor diviértete – dijo de lo más divertida y vi como entraba a la habitacion de enfrente.

Entré a la mía y en efecto Zayn no estaba en la cama, el pánico volvió a inundarme y mi corazón se aceleró al pensar en la posibilidad de que se hubiera dado cuenta de lo que yo estaba haciendo. Iba a tomar mi movil para llamarlo cuando vi que salió del baño y al verme parada en mitad de la recámara se asustó y soltó su movil que cayó sobre la alfombra, de inmediato se agachó para levantarlo.

– ___, te tardaste una eternidad – dijo nervioso y dejó el aparato sobre la mesa de noche y se sentó en la cama.
– Salí a tomar el aire para ver si me sentía mejor.
– ¿Y funcionó? – preguntó mientras se acostaba dándome la espalda.
– Sí, ya estoy bien.
– Hasta mañana, cariño, que descanses.
– Hasta mañana, Zayn.

Me acosté a su lado en la orilla de la cama y apagué la luz, no pude evitar sentirme mal por lo que había hecho con Tom mientras mi novio estaba bajo el mismo techo, pero tampoco pude evitar sentir incertidumbre por la actitud de éste, ¿qué hacía hablando por teléfono en el baño?, si el reloj de la mesa de noche marcaba poco más de la una de la mañana.

Aún no despertaba por completo cuando sentí como acariciaban mi brazo y subían la manga de la pijama para deslizar sus dedos en mi hombro y moverlos en círculos, después bajaron por mi espalda y metieron la mano por debajo de la tela para acariciar mi cintura mientras sentía como pegaba su cuerpo al mío. Abrí los ojos al sentir que su mano bajaba más allá de la cintura y volteé para encararlo.

– Tom, ¿qué rayos haces aquí? – exclamé atemorizada levantándome de la cama.
– Comprobando si eres capaz de cumplir con tu promesa – respondió en tono serio acostándose de lado y poniendo su cabeza sobre su mano cerrada.
– Estás loco, ¿cómo entras así nada más?, Zayn puede estar en el baño.
– No te preocupes por él, salió a correr hace quince minutos.
– De todas maneras vete, Julieta sí está en la casa.
– Esa niña no se despierta antes de las once y apenas son las nueve de la mañana – dijo hincándose en la cama.
– Por favor, Tom, no me hagas las cosas más difíciles.
– ¿Tú?, ¿difíciles?, ¿y yo cómo califico que no tienes voluntad para impedir que él te acaricie? – exclamó acercándose a mí que seguía de pie cerca de la cama.
– Tom, estaba dormida, perdón si no tengo mucho control bajo ese estado.
– Sentí cuando te despertaste y no me detuviste – me tomó por la cintura y me hizo caer en la cama colocándose encima de mí – no quiero imaginarte entre sus brazos.
– Tonto, yo sabía perfectamente que eras tú, mi cuerpo te reconoce.

Me sonrió encantadoramente, mientras sus ojos analizaban mi cara y me quitaba un mechón, para luego besarme apasionadamente, mientras su mano doblaba una de mis piernas y acariciaba la pantorrilla debajo del pantalón.

– Buenos días _____ – dijo sonriente en mis labios rozando su nariz con la mía.
– En serio que sí estás loco, ¿te caíste de niño y te golpeaste la cabeza?
– No, me la golpeó una hermosa desconocida la noche de un martes y ella fue la que me hizo enloquecer – respondió mientras besaba mi cuello.
– ¿Así que estás loco por una desconocida? – pregunté sonriendo con los ojos cerrados, siguiéndole el juego.
– Sí, no sé que me ha hecho, creo que me embrujó – respondió lengüeteando el lóbulo de mi oreja mientras se abría paso para que nuestros sexos se rozaran.
– Deberías hacerte una limpia para librarte del hechizo – dije acariciándole lentamente la espalda.
– No se me había ocurrido, gracias por el consejo.

Volvió a besarme en los labios mientras mis manos jugaban con su cabello y movía mi pelvis acompasadamente con la suya. Bajó dando pequeños besos a mi cuello, yo jadeé acariciando el suyo.

– Tom, ya basta – dije con un hilo de voz sintiendo como se elevaba mi temperatura – no podemos continuar con esto y menos aquí.
– Vamos a mi habitacion, entonces.
– Por supuesto que no, Zayn no tarda en regresar.

– Tenías que recordármelo – dijo molesto – está bien, por ahora lo dejaremos así.



Hola!!! Bueno aqui estan los otros caps ... xD ojala y les este gustando ... Recuerden que si no hay comentarios no subo y me demoro hasta que vea comentarios .... Bueo que esten bien y cuidense mucho :)

4 comentarios:

  1. ohhhh por dios cada ves se pone mejor ...hoy si estoy casi segura o bueno mis sospechas son mas de que Zayn la engana demasiadas cosas raras hace.. ..y que paso con los reclamos de Tom jajaja aunque admito que me encanto que se pusiera así.. esta increíble bueno espero los siguientes caps ..cuídate!! :)

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  2. OH DIOS !!! estos han sido mis caps favoritos !!!! *-* perdon por no comentar pero he estado leyendo sin tiempo y desde mi cell y es un fastidio comentar !!!! *=* enserio que *-* me encanta esa relacion !!! y los celos de Tom :DDD !!! DIOS !! espero capis pronto !!!! ah maniana me voy a donde no tengo internet probablemente comente tarde pero tratare de estar pendiente :) gracias por subir *-*

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  3. Ay mueroo Tom ya la quiere para el no mas..
    Estoy segura que Zyan la engaña u tengo mis dospechas con quien ...

    Soguelaa Virgii amo tus fics xD

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  4. Hermoso este cap Tom esta celoso jajaja ya se estan enamorando q lindos y ese Zayn si la esta engañando son cosas muy raras las q el hace mira q meterse al baño para hablar x tlf eso si esta muy sospechoso.. q se descubra la verdad de q Zayn la engañaaaa

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