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sábado, 28 de diciembre de 2013

Capitulos de Maratom

CAPITULO # 22

– Por favor, quédate esta noche conmigo, es la última que estaremos aquí, el lunes viajo muy temprano a Londres voy a ver un nuevo hotel y regresaré días antes de la boda de Caroline – me pidió parándose frente a mí con cara de gorrión herido.
– Pero Tom, ¿cómo me pides eso?, ¿qué quieres que le diga a Zayn?
– No sé, ármale una discursion y le dices que te dormirás en la otra habitacion, por favor – suplicó no sólo con palabras sino también son su mirada.
– No sé Tom… me pones en un apuro.
– No es mayor al que tú me pones, ___, no vamos a vernos como en mes y medio, regálame esta noche, por favor – insistió tomando la punta de mis dedos.
– Mira, hagamos esto, subiré y cuando esté dormido me escapo, Zayn tiene el sueño muy pesado y seguro no se dará cuenta.
– Está bien – aceptó con una gran sonrisa mientras acariciaba mis dedos.
– Chicos me voy a dormir – anunció Julieta entrando a la cocina y separamos abruptamente las manos mientras la mirábamos asustados.
– Hasta mañana niña, que tengas dulces sueños – dijo Tom cariñosamente y yo lo miré seria y salí de la cocina después de despedirme de ella.

Zayn estaba sentado en el sillón cambiando de canal en canal. Julieta pasó, se despidió de él y subió. Tom salió de la cocina y se sentó en el otro sillón sin decir nada. Minutos después Zayn se levantó y le dio el mando de la television.

– Ya es tarde, vámonos a dormir, cariño – exclamó mirandome.

Tom me dio una mirada suplicante que Zayn no percibió porque estaba dándole la espalda y entonces recordé las misteriosas llamadas telefónicas.

– No tengo sueño, además, hay que lavar los platos, no sé pueden quedar sucios y no quiero andar con prisas mañana.
– Está bien, pero no tardes – se inclinó para darme un beso, pero agaché la cabeza y terminó por dármelo en la frente.
– Tom, ¿tú no vas a dormirte ya?
– Sí, pero primero tengo que sacar unas cosas del coche para entregarlo mañana.
– Bueno, hasta mañana – se despidió y subió las escaleras.

Tom se quedó sentado ahí y cuando se escuchó que Zayn cerró la puerta de la habitación, me sonrió y se acercó a mí.

– Gracias señorita limpieza – exclamó en tono de burla.
– Muy gracioso, acompáñame a la cocina, anda.

Me tomó de la cara y me plantó un beso en los labios, yo le recriminé con la mirada, él me tomó de la mano y entramos a la cocina. Me puse el delantal y comencé a lavar los platos mientras él se recargaba en el mueble, a mi lado.

– Cuéntame de ti – dijo metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.
– ¿Qué quieres saber?
– Lo que quieras contarme..
– Está bien, pero… – tomé un fuerte suspiro, era una duda que tenía desde el primer día que lo conocí y que después de este fin de semana se había incrementado – ¿tú podrías primero contestarme una pregunta?
– Claro, pregúntame lo que quieras, las reglas ya no existen – me guiñó el ojo.
– ¿Por qué un chico como tú tiene un… pasatiempo tan… peculiar?
– ¿A qué te refieres? – exclamó extrañado.
– A la forma en que nos conocimos – dije mirando el plato que lavaba para evitar mirarlo – ¿por qué lo haces?, si no es por dinero, que obvio no te falta, entiendo lo del placer, pero, ¿no sería más fácil conseguirse una novia o ligarse a alguien en un bar?, ¿por qué así?, ¿por qué esas reglas?
– Es complicado __ – suspiró – así como a ti, un amigo mío de la universidad me dio el teléfono de una chica y me explicó de que se trataba el asunto – miró al suelo un tanto avergonzado, creo que era la primera vez que hablaba de eso con alguien – me dijo que era un tipo de sociedad secreta, de cierto nivel económico, quizá para salir de la rutina o cumplir fantasías que no harían con su pareja, así que un día por curiosidad le llamé a la chica y… bueno, fue emocionante eso de no saber nada de la otra persona y seguí con el juego, a veces yo llamaba y a veces me llamaban – me miró fijamente mientras yo procesaba la información y me dio una rabia pensar que él llamara a alguien – ahora tú dime, ¿quién realmente te dio mi teléfono?, no te ofendas, pero tú no encajas en el prototipo de las chicas que están involucradas.
– Me lo dio una chica en el baño de un bar, no sé cómo se llama y vagamente la recuerdo – ahora fue mi turno de avergonzarme, él soltó una risita y movió la cabeza.
– ¿Y por qué me llamaste?, estarás de acuerdo que fue sumamente arriesgado.
– Lo sé, me imaginé miles de cosas pero – suspiré – el día que te llamé era mi cumpleaños, mi papá vive muy lejos y mi mamá en Los Ángeles y, para variar, Zayn tuvo que trabajar hasta tarde, así que me sentía muy sola, de casualidad encontré la servilleta con tu número y después de vacilar mil veces te llamé.
– Vaya, veo que la cuarta regla fue rota mucho antes que las demás.
– ¿De qué hablas? – pregunté sorprendida, sólo recordaba tres.
– Regla número cuatro, no repartir los teléfonos indiscriminadamente y menos a desconocidos, te repito que es como una secta, había que ser muy selectivos a la hora de dar algún teléfono, ni imaginas que personajes están envueltos ahí.
– No quiero saberlo, se me revuelve el estómago de imaginar con cuantas has estado.
– ¿Ahora entiendes lo que yo siento al pensar que Zayn pueda tocarte? – respondió poniendose detrás de mí y abrazándome por la cintura
– No es lo mismo, él es mi novio.
– A eso precisamente me refiero, ustedes han hecho el amor, sé que suena trillado, pero es la verdad, yo sólo he tenido sexo con esas mujeres, ninguna había significado nada – me dio un beso en el cuello – hasta que tú apareciste una noche y me cambiaste la perspectiva de todo – añadió recargando su mandíbula en mi hombro.
– Entonces, ¿no soy una más? – dije con el corazón en la boca.
– ¿Y todavía lo preguntas?, jamás había roto las reglas __, sabía perfectamente que esas mujeres estaban con otros de la misma forma que estaban conmigo, así que ninguna valía la pena, pero contigo fue muy diferente, por eso no te dije la última regla, desde un principio supe que no le darías mi teléfono a nadie, así que no era necesario decirla.
– ¿Y ahora qué va a pasar?
– Lo que tenga que pasar – me abrazó con más fuerza – lo único que debes saber es que no dejaré que salgas de mi vida – resopló en mi oído – y espero que el que salga y pronto de la tuya sea él, no quiero compartirte con nadie… y menos con él.
– ¿Por qué lo dices de esa forma?, ¿tú sabes algo de Zayn que yo desconozca?
– No, me gustaría para que de una vez por todas lo dejaras, pero no sé nada – me dio otro beso en el cuello – mejor olvidémonos de él y aprovechemos estas horas juntos.
Colocó sus manos en el plato que sostenía y me ayudó a restregarlo al igual que los demás que faltaban, ninguno decía nada, sólo sentía su cuerpo pegado al mío y su aliento sobre mi cabeza. Nuestras manos se rozaban entre los platos y el jabón que resbalaba, Tom deslizaba sus dedos en los míos, la sensación era maravillosa, sentí poco a poco como él se excitaba, pegando más su cuerpo al mío que en automático hice hacia atrás y cerré los ojos al sentir también mi excitación. Él dejó correr el agua para retirar el jabón de los platos y después los pusimos en el escurridor.
Con sus manos, aún mojadas, acarició mi abdomen por debajo de la camisa y un escalofrío delicioso recorrió mi piel mientras me daba besos cortos en el cuello. Me giré para quedar frente a él y nos besamos apasionadamente en tanto le acariciaba el pecho por encima de su camisa . Él me tenía abrazada, acariciando mi espalda. Subí mis brazos sin que él lo pidiera y me quitó la camisa y después el sostén, delineó mis senos con las yemas de sus dedos y después los besó en tanto yo acariciaba sus cabellos. Se separó un poco mirándome con un infinito deseo, entonces yo le quite la camisa y la dejé caer al suelo, besé su torso perfecto, lamí sus pezones y él jadeaba acariciando mis nalgas por encima del pantalón y después deslizó sus manos para desabrochármelo.

Me cargó y me colocó en la mesa para quitarme el resto de la ropa, mi respiración estaba más que acelerada y lo único que deseaba era sentirlo en mi interior, no importaba cuantas veces me hiciera suya, la sensación previa era la misma, incluso más intensa con cada encuentro. Mientras Tom retiraba el condón de su envoltura yo le desabroché el pantalón y se lo baje al igual que su bóxer, mientras se lo colocaba me besó apasionadamente y segundos después sentí como se introdujo, yo puse mis manos en sus nalgas para impulsarlo a que entrara más profundo, él me acariciaba el contorno de mi cuerpo y nos mirábamos, grabándonos las expresiones de placer que ambos teníamos en la cara, tratando de gemir lo más bajo que se pudiera.

Dirigió su boca a mi cuello y lo recorrió con su lengua y después lo succionó con sus labios, yo lo sujeté fuertemente por la espalda, sintiendo como entraba y salía de mí con un ritmo exquisito y lo aprisioné con mis piernas para intensificar la sensación, gruñó en mi oído y entonces, tomé su rostro con mis manos y lo besé desesperadamente, pero terminé rompiendo el beso porque no pude reprimir el grito al llegar al orgasmo al mismo tiempo que él, que apenas y pudo ponerme su mano en mi boca para que no fuera tan audible mientras me miraba con sus ojos acuosos debido al intenso placer que acabábamos de experimentar. Retiró su mano de mi boca y me besó una vez más, en tanto yo acariciaba su cuello y sus hombros bien definidos, después me abrazó fuertemente unos segundos y luego frotó mi nariz con la suya en tanto acariciaba mis mejillas.

– ¿Qué me hiciste ___?, que me tienes todo hipnotizado.
– Lo mismo que tú me hiciste a mí, porque yo estoy igual que tú.

Me regaló la hermosa sonrisa que me encantaba y volvió a besarme, nos separamos lo necesario para tomar aire cuando, de pronto, se escuchó un ruido y se encendió la luz de la sala y en el suelo alcance a ver una sombra.
No pude moverme del pánico que me inundó, la escena del ping pong vino a mi mente y eso no sería nada a lo que sucedería si era Zayn el que estaba ahí. Tom alcanzó a subirse y abrocharse el pantalón y se volteó para encarar a quien fuera, yo sólo pude enterrar mi cabeza en su hombro mientras él trataba de cubrir mi cuerpo desnudo.

CAPITULO # 23

– Haré de cuenta que no vi nada – dijo Julieta pasando al lado de la mesa, cubriendo sus ojos con una mano a la altura de las cejas.
– Julieta – exclamó Tom, pero se cayó, supongo que buscando que decirle.
– Ahórrate las palabras, sabes que no es necesario.
– No quiero que pienses que soy de lo peor – dije muerta de la vergüenza por la incomodísima situación y además, aún no tenía clara la relación entre ellos.
– Tranquila __, jamás pensaría eso de ti, yo no soy nadie para juzgarlos, además, es muy evidente la atracción que hay entre ustedes, me di cuenta desde el primer día.
– ¿Y eso no te molesta? – pregunté asombrada.
– ¿Por qué habría de molestarme?, espera, no me digas que piensas que entre Tom y yo hay algo más, Tom, ¿no le has dicho que sólo somos amigos tú y yo? – exclamó de lo más divertida, riéndose.
– Sí, pero ya me doy cuenta que no me creyó.
– Es que por la forma en que se tratan cualquiera pensaría que son novios.
– Nos conocemos de toda la vida, ___, el “baby” es como un hermano más para mí, bueno, me voy a dormir, lamento haberlos interrumpido, pero mejor que haya sido yo, y no te preocupes ___, repito yo no vi nada, buenas noches – tomó el vaso de agua que se había servido y salió de la cocina sonriéndonos en complicidad.
– ¡Qué vergüenza!, no podré volver a mirarla a los ojos.
– Tranquila, Julieta es muy alivianada, además no es la primera vez que me pilla en una situación comprometedora – lo fulminé con la mirada – no me veas así, no te conocía.
– Será mejor que me vista y suba a mi habitación, no quiero ni imaginar que habría pasado si no hubiera sido ella la que nos vio.
– Quizá hubiera sido lo mejor para que de una vez por todas Zayn te deje en paz.
– No Tom, así no, no quiero herirlo de esa manera, además como quedaría mi reputación, también nos conocemos de toda la vida y mi papá lo adora.
– Viéndolo así, tienes razón, pero no quiero que duermas con él, vamos a mi habitación, por favor.
– No Tom, te dije que no era bueno tentar a la suerte y ve, Julieta nos pilló, así que mejor ya no nos la juguemos de nuevo.
– Está bien, pero, prométeme algo – me tomó de las manos – vas a terminar con él lo antes posible, cuando regrese de Europa ya no quiero que sea tu novio.
– Lo haré, te lo prometo, en cuanto regresemos buscaré la forma de terminar con la relación – me solté para acariciarle las mejillas y luego le di un pequeño beso.

Me levanté de la mesa y me vestí, él se puso su camisa y después me abrazó fuertemente.

– Te voy a extrañar mucho __ – susurró en mi oído.
– Yo también a ti, voy a estar contando los días para volver a verte.
– Y yo las horas – dijo y me besó nuevamente y luego volvió a abrazarme.

Al día siguiente, nos despedimos en el aeropuerto, ellos iban para Nueva York y sentí un gran hueco en el pecho, sólo pudimos darnos la mano, que Tom me acarició suavemente y un beso en la mejilla, me sonrió cuando me soltó. Julieta me abrazó con fuerza y calidez, me dio otra sonrisa de complicidad y luego se despidió de Zayn.

Me dormí durante el vuelo ya que en la noche no había podido hacerlo, habían sido demasiadas las emociones de todo el fin de semana, sobre todo el descubrir que para Tom yo no era una más en su cama, que al parecer sentía lo mismo que yo, no sé si con la misma intensidad, pero estaba segura que no era sólo sexo para él tampoco, que ambos habíamos roto por completo la tercera regla y eso llenaba de gozo mi corazón, aunque no sabía cómo sobreviviría este tiempo sin verlo.

Zayn me llevó a mi departamento y luego se fue en el mismo taxi, claro tenía que ir a ver a su hermana, la verdad me tenía muy sin cuidado adónde iba en realidad, estaba decidida a terminar con él, sólo tenía que buscar la oportunidad para tratar de lastimarlo lo menos posible y lo primero, que tuviera tiempo para verme.

A la mañana siguiente llegué a la oficina y Olivia de inmediato entró tras de mí.

– Hola amiga, luces radiante esta mañana, ya veo que el viaje a Las Vegas estuvo fenomenal.
– Sí, estuvo bien – dije extrañada, no recordaba haberle dicho que iba a Las Vegas.
– Me da mucho gusto, eso era justamente lo que les faltaba.
– Sí, justamente, ¿qué novedades hubo?
– Como siempre de responsable, yo no tendría ganas de trabajar después de unas maravillosas vacaciones como las que pasaste.
– La vida es un equilibrio – respondí sonriendo al acordarme de Tom.

Era miércoles por la tarde y no había tenido noticias de él, lo cual me tenía muy nerviosa, ¿y si no estaba en un viaje de negocios?, ¿y si todo lo que me había dicho era mentira con tal de seguir acostándose conmigo?, ¿y si yo sólo era una diversión para él?, ¿la secta esa sólo existiría en Estados Unidos o también en Europa? Mi corazón se oprimió ante tal idea, no podía imaginármelo en los brazos de otra. Fui devuelta a la realidad cuando tocaron la puerta, levanté la vista y era un chico con un paquete, lo hice pasar, me lo entregó y firmé un par de hojas de recibido.

Curiosa, lo abrí, no traía remitente, me encontré con un estuche cuadrado y lo abrí, era un hermoso collar de plata con un colgante en forma de corazón y un par de pendientes que hacían juego, también de corazón. Tomé la nota del interior y ansiosa la leí.

“¡¡¡Feliz cumpleaños hermosa ___!!!
Sé que el regalo llega retrasado, pero ignoraba que el día que nos conocimos era esa fecha tan especial y ahora que lo sé no quise que pasara desapercibida. Espero que te guste, es una representación material de una parte de mi cuerpo que te añora, no pude encontrar algo que no fuera burdo de otra parte que te extraña más.
Sigo contando las horas que faltan para volver a vernos, creo que son como mil, te mando igual número de besos, repártelos en tu cuerpo como quieras.
Tuyo, Tom Kaulitz”

Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, jamás me imaginé semejante sorpresa y sus palabras me arrancaron una risita, eran las mezclas exactas de él, tiernas, pero con un toque de sensualidad, eso era lo que más me gustaba de él, esa combinación de ternura y sexualidad, simplemente lo hacía irresistible y me hacía enloquecer.

Al día siguiente al abrir mi correo electrónico del trabajo, sorpresivamente, me encontré con un mail suyo y mi corazón latió a toda prisa, el asunto decía “Hola hermosa ___” y lo abrí inmediatamente.

“Seguro pensaste que ya me había olvidado de ti y que todo lo que te dije eran mentiras, pero déjame aclararte que te equivocaste, en primera, quería que tu regalo fuera una sorpresa, ¿te gusto?, y en segunda, tuve que escribirle varios mails a Caroline antes de que me diera tu correo porque no podía creer que no lo tuviera.
Pero, ahora ya no te podrás librar de mí porque diario te estaré enviando al menos uno y ojala que podamos chatear, ¿tienes webcam en casa?
Te extraño y te mando muchos besos.
Tuyo, Tom”

Sonreí ante sus afirmaciones, ¿acaso podía leer mi mente?, ¿cómo sabía que exactamente eso era lo que estaba pensando?, sonreí y le respondí.

“¿Cómo puedes creer que pensara esas cosas de ti?, con todo el tiempo que tenemos de conocernos, déjame aclararte que he tenido demasiado trabajo como para pensar en cierta personita que, al parecer, se cree el centro del universo.
Mentira, te extraño muchísimo y todo el día pienso en ti, tu regalo me encantó, esa parte de mi cuerpo también te añora, pero como no tengo la dirección de donde te encuentras tendrás que conformarte con un dibujo.
¿Por qué la pregunta de la webcam?
Yo también te extraño mucho y te mando el doble de besos.
Tuya, ___”
Era viernes por la tarde, después de salir de la oficina me dirigí al centro comercial, dada la insistencia de Tom de querer verme porque no se conformaba con las fotografías que le había mandado, iba comprarme una webcam y aprovecharía para ver los vestidos a ver si encontraba uno adecuado para la boda de Caroline. Salí de la tienda de electrónicos y fui recorriendo las de ropa, pero no encontraba algo propio para la playa. Decidí subir al siguiente piso y tomé las escaleras eléctricas, al llegar arriba me detuve en una tienda de zapatos, también debía comprarme unos.

De pronto, escuché una voz infantil que gritó mi nombre, volteé y era Lauren que corría a mi encuentro sosteniendo en una de sus manitas un oso que me resultó muy familiar, levanté la cara y me los topé, a escasos tres metros de mí, tomados de la mano, Olivia y Zayn juntos, él con cara de sorpresa y ella con mirada retadora.

– Tía __, tía __– exclamó la pequeña abrazándome de las piernas.
– Hola pequeña, ¿cómo estás? – dije agachándome para mirarla.
– Mien, mida mi nuevo papi me lo dio – dijo mostrándome el oso de Las Vegas.
– Que bonito – exclamé acariciándole la cabeza a la niña.
– Hola ___, que sorpresa encontrarte, no me dijiste que venías – dijo Olivia en tono sarcástico – ahora que recuerdo, sí lo mencionaste, creo que lo olvide, tú sabes, mucho trabajo, pero qué bueno que nos encontramos, ya estaba harta de mentirte.
– __, déjame explicarte – intervino Zayn soltándola de la mano y yo me enderecé.
– No, tú no le vas a explicar nada, lo voy a hacer yo, ya es hora de que sepa la verdad, mi amor, diez meses ignorándola es demasiado tiempo, ¿no crees?, y como tú no te decidías a terminar con ella “acordé” este encuentro “casual”.
– ¿Cómo pudiste? – exclamó él mirándola molesto, yo simplemente no podía hablar.
– No me dejaste otra alternativa, mi amor, me dijiste que en las vacaciones terminarías con ella y no lo hiciste, ya me cansé de compartirte, de ser la otra, de vernos a escondidas los fines de semana, sí ___, esos supuestos viajes de trabajo eran a mi casa, ahí dormía los viernes y los sábados – agregó girandose a verme.
– Cállate ya Olivia

CAPITULO # 24 (FIN DEL MARATOM)

– No Zayn, no me voy a callar, que se entere de todo de una vez por todas, así es ___, esa supuesta adicción al trabajo se llama Olivia, o sea, yo, ¿recuerdas aquella vez que te hable que estaba deprimida y me encontré a un viejo amigo en este mismo centro comercial, por cierto?, pues era Zayn, desde que me lo presentaste me gustó y en esa ocasión tuve oportunidad de conocerlo más y me enamoré de él y fui correspondida, sólo había un pequeño inconveniente, su novia, al principio no me importo compartirlo porque ese “amor” que te profesa es más de amigos que de pareja, pero con el tiempo, mi deseo por estar con él se fue incrementando a tal grado de ponerle una prueba de fuego, ¿y qué crees?, la pasó, prefiero estar conmigo que contigo en tu cumpleaños, eso es amor __ y no lo que te dice que siente por ti.
– Me dijiste que estabas enferma Olivia, que no podías cuidar de Lauren, por eso fui contigo – exclamó sorprendido, al parecer, no conocía ese lado oscuro de ella.
– Zayn, ya basta de mentir, sí te dije eso para que fueras, pero al llegar al departamento te diste cuenta que estaba bien y no te marchaste, por el contrario, te quedaste toda la noche en mi cama, no tengo que darte los detalles, ¿verdad ___?, supongo que conoces sus dotes en ese arte, así que comprenderás porque ya no quise compartirlo más contigo, hasta por teléfono lo hace sensacional, sí __, durante sus vacaciones era conmigo con quien hablaba y me extrañaba tanto, que todas las noches me llamaba sólo para que tuviéramos sexo telefónico mientras tú dormías.
– ¡Que te calles ya!, no tienes que ser tan mordaz, Lauren está presente – gritó Zayn jaloneándola de un brazo.
– Es que ya me canse Zayn, ya no quiero ser tu amante, quiero ser tu novia, quiero que Lauren al fin tenga un padre y tú lo habías prometido, maldita sea, ¿por qué no terminaste con ella en el viaje?, tú me orillaste a hacer esto, ¿acaso crees que es muy fácil para mí decirle esas cosas cuando hemos sido amigas desde que nos conocimos?, a pesar de todo, te estimo ___, yo no quería que esto pasara, se dio solo un día y no sabes cómo te envidiaba cuando te veía de su brazo en los eventos, como me dolía ver que te mandara flores con tal de seguir pareciendo el novio perfecto que nunca ha sido, no soy la única con la que te ha engañado __.
– Ya basta Olivia, nos vamos ahora mismo.
– No, la que se va soy yo – no sé cómo pude hablar y me di la vuelta.
– __, por favor, déjame hablar a mí, sé que soy un canalla pero…
– Ahora no Zayn, ahora no es un buen momento – lo interrumpí.
– Déjala ir ya, no creo que te ame Zayn, su reacción no es la de una mujer enamorada, si hubiera sido al revés yo estaría ahogada en llanto- dijo Olivia de nuevo con tono retador.
– La verdad no creo que tú tampoco me ames, ¿cómo has podido hacer esto?- le dijo Zayn a la vez que me dejaba ir.
Me di la vuelta para bajar por las escaleras y dejé de escuchar su conversación, no podía dar crédito, me dolía, sí, porque a pesar de todo, le tenía cariño y me dolía ver en que había terminado nuestra relación, además, me dio coraje que yo sintiera remordimientos y culpa por haber estado con Tom cuando Zayn tenía meses revolcándose con una de mis mejores amigas y los dos mintiéndome descaradamente, ¿cómo es que no me di cuenta antes?, ahora comprendía tantas cosas.

Salí del centro comercial y caminé rumbo a mi casa, necesitaba un poco de aire libre. Al llegar, me tiré en el sillón a pensar, ¿en qué momento Zayn y yo dejamos de amarnos?, ¿qué nos orillo a buscar otras personas?, ¿por qué tenía que acabar así lo nuestro?

La puerta empezó a sonar insistentemente y escuché la voz de Zayn rogando por entrar, me levanté a abrirle, era mejor acabar con esto de una buena vez.
– __, por favor, escúchame – dijo suplicante al entrar.
– ¿Y qué vas a decirme?, ¿qué lo lamentas?, ¿qué fue una tontería?, ¿un momento de calentura?, ¿qué pensabas terminar conmigo y no supiste cómo para no herirme?
– Merezco tu odio, sí, lo lamento enormemente y sí fue una estupidez, Olivia supo bien como envolverme, jamás me imaginé que resultara tan ruin.
– ¿Vas a echarle toda la culpa a ella?, no esperaba eso de ti, creí conocerte mejor.
– No, ella no tiene la culpa de todo, no me puso una pistola para obligarme, poco a poco se fueron dando las cosas y yo jamás puse un alto, dejé que esa relación fuera creciendo y nunca vislumbre el daño que iba a ocasionar
– No te preocupes por mí, no te odio, no podría hacerlo cuando yo – tomé un fuerte respiro – he hecho lo mismo que tú.
– ¿Qué? – exclamó de lo más sorprendido y su cara de remordimiento cambio por una de enojo.
– No me mires de esa manera Zayn, no es momento de ponerse como el hombre mal herido – desvió su mirada y la dirigió al suelo desconcertado – así es, la correcta __ se acostó con otro hombre que no eras tú y varias veces, y así como te lo confieso, también te digo que sentí remordimientos, pensaba que no te merecías algo así, jamás reflexioné que lo nuestro ya se había acabado mucho antes de que él apareciera, que nuestro amor se había esfumado sin darnos cuenta.
– ¿Quién es él?, ¿lo conozco? – preguntó serio mirándome de nuevo.
– Eso no te lo voy a decir, sólo te aclararé que no es uno de tus mejores amigos.
– Sé que fue un gran error de mi parte involucrarme precisamente con ella, pero te juro que no lo planeé.
– No creo que alguien planeé engañar a su pareja, eso sí sería demasiado ruin, yo tampoco lo tenía planeado, simplemente se dio.
– Tan siquiera dime que lo amas, no soportaría que lo hayas hecho sólo por despecho a causa de mi distanciamiento.
– ¿Tú la amas a ella?
– No sé, sí sentía algo, la verdad, no sólo estaba con ella por el sexo, pero después de la faceta que hoy descubrí, no puedo querer a alguien así, alguien que fue capaz de mentir mil veces sólo por salirse con la suya, que ni siquiera le preocupa decir todas esas barbaridades enfrente de su hija.
– Yo sí lo hice al principio por soledad, pero ahora… creo que sí lo amo.
– ¿Y él a ti?
– Creo que también, no estoy muy segura, hace poco que lo conozco.
– Lo que sí quiero aclararte es que nunca hubo otras, ella lo dijo por rabia.
– Eso ya no importa Zayn, si ella fue la primera o la décima, ya da igual.
– ¿Qué nos pasó ___?
– Es lo mismo que me pregunto, no sé, quizá la rutina, teníamos trazado un plan casi perfecto, pero no contemplamos otras posibilidades, pensamos que siempre estaríamos juntos y dejamos enfriar la relación, no imaginamos que otras personas se cruzarían en nuestras vidas y cuando sucedió, nos dio miedo que eso sólo fuera una ilusión y lo nuestro era algo real, un puerto seguro, como dicen, creo que sólo seguíamos juntos por costumbre y a veces eso es más fuerte que el amor.
– ¿Eso es lo que tú pensabas cuando lo conociste a él?
– Sí – me quedé callada unos segundos – la soledad es mala consejera y al final siempre le tenemos miedo a que sea la única a nuestro lado.
– ¿Sabes?, no te culpo que hayas caído en los brazos de otro, yo me lo gané a pulso y creo que tienes mucha razón en lo que dices, tú y yo nos conocemos bastante bien, sabíamos que tanto podía aguantar el otro y me confié, sólo espero que me perdones algún día y que podamos seguir siendo amigos.
– Yo también espero que tú me perdones, creo que no debemos buscar culpables, una relación es de dos y si fracasa o triunfa es responsabilidad de ambos, creo que yo también permití que el fuego se apagara, dejé de hacer muchas cosas, incluso no te recriminaba tus ausencias, ¿cómo ibas a evitarlas si veías que a mí no me importaba? 
– Lamento mucho que lo nuestro haya terminado así.
– Yo también lo lamento, pero mejor ahora, antes de hacernos un daño irreparable, creo que con el tiempo podremos volver a ser amigos, por ahora es mejor que no nos veamos, es lo más sano si es que queremos rescatar al menos la amistad.
– Tienes razón, creo que debo estar solo un tiempo.
– Creo que yo también.
– Nos vemos ___ y en verdad perdóname, yo a ti te perdono porque sé que si todo hubiera estado bien entre nosotros no hubieras estado con alguien más.
– La verdad no lo sé Zayn, eso nunca lo sabremos.
– Espero que él no te falle… conozco bien esa mirada ___ – guardó silencio mientras me miraba a los ojos – en verdad espero que él te ame como tú lo amas a él, no me gustaría verte sufrir por alguien que no te valore.
– Gracias Zayn, puedo cuidarme sola y lo que tenga que pasar, pasará.
– ¿Podría abrazarte?
– ¿Por qué no?

Al momento de abrazarnos vinieron a mi mente tantas cosas, me di cuenta que el cariño que le tenía era sólo de amigos, ese beso que le había dado en la cocina en la casa de Las Vegas me lo había dejado claro, pero egoísta yo, como se lo dije, tenía miedo de que lo de Tom sólo fuera algo fugaz y no quería quedarme sola, ahora sólo esperaba que en verdad no se esfumara, no sabría qué hacer, me derrumbaría completamente porque lo amaba con todo mi ser, ahora terminaba por entenderlo.


El lunes por la mañana me sorprendió ver que Scott ya había llegado a la agencia y que estaba encerrado en su oficina con Olivia, sentí un desasosiego, podría soportar la ruptura con Zayn, era algo ya inminente, pero no podía perder mi trabajo, eso sí me destrozaría, la agencia de Scott era una de las más reconocidas y él con facilidad podría cerrarme la oportunidad de conseguir trabajo en otra. Entré a mi oficina y alcance a ver que Olivia salía llorando, se dio cuenta que yo estaba ahí y furiosa entró golpeando la puerta.

– Ya estarás contenta maldita mosca muerta, tenías que hacerte la sufrida con el jefe, ¿verdad?, por tu culpa me he quedado sin trabajo y no podré encontrar otro igual en todo el país y tengo una hija que mantener.
– Eso hubieras pensando antes de montar un escándalo en un lugar público, exponiéndote a que alguien te viera, que eso fue lo que sucedió, ni siquiera he hablado con ___ y ya deja de hacer numeritos, vete por favor, antes que llame a seguridad para que te acompañen a la calle – respondió Scott serio.
– Esto no se va a quedar así ___, me las vas a pagar.
– Ya te dije que ella no tiene nada que ver, acepta las consecuencias de tus actos Olivia, tú eres la única responsable de lo que ha pasado.

Lo recorrió con la mirada furiosa y salió de mi oficina, yo me dejé caer en mi silla, lo que menos quería es que la despidieran, conocía perfectamente su situación y no le guardaba rencor, al final lo que se hace en la vida se paga y creo que ella se iba a quedar sin Zayn que era lo único que le importaba y la causante era ella misma.

– Scott, no tenías que haber hecho eso, no tiene nada que ver con el trabajo.
– Perdón ___, no lo hice por ti, te estimo, pero tuve otras razones, mi esposa las vio en el centro comercial y escuchó todas las cosas que Olivia te gritó, si fue capaz de involucrarse con el novio de una amiga y se valió de todas las artimañas que pudo para conseguirlo, más encima ventilar intimidades en un lugar público y frente a su hija, ¿qué podría yo esperar de ella en cuestiones laborales?, que un día se marchara llevándose sus cuentas y echara pestes de la agencia, que tirara lodo por todas partes, no ___, eso no podía yo permitirlo, me ha costado mucho abrirme paso en este medio tan competido para dejar que alguien como ella lo arruine por su falta de escrúpulos.
– No sé qué decirte.
– No digas nada y sigue con tu trabajo, tenemos varios asuntos pendientes y mientras conseguimos a otra persona para reemplazarla te harás cargo de sus cuentas.

Asentí con la cabeza y Scott salió de mi oficina. Encendí mi ordenador y, como siempre, había más de un mail de Tom, pero no me sentía con ánimos de leerlos y menos con lo que acababa de pasar, no podía evitar sentir lástima por Olivia, no le había valido de nada todo lo que hizo, había perdido lo más por lo menos.





Hola!! Como estan? Espero que Bien, Bueno siento la demora pero estuve ocupada esta semana, primero: lo de las compras de navidad, luego tuve descanso y no quise agregar, el 26 fui a la boda de uno de mis primos y sali fuera, ayer fue cumpleaños de mi abuelo (el que murio) y no pude agregar, hasta hoy :/. Quisiera aclarar unas cosas. Lei un comentario de una chica que me acusaba de robar esta historia y de querer llevarme todos los creditos de esta historia, quiero decir que eh sido muy HONESTA con ustedes, y les eh comentado que esta Historia no es MIA, es ADAPTADA!!! si no lo puse LO SIENTO! se me paso. Yo me eh caracterizado en el tiempo que llevo de vida por ser HONESTA, tanto con mi familia, amigos y en este medio, llevo 4 años exactamente en esto de las FAN-FICS y ustedes me conocen como soy en estas cosas, a mi no me gustaria que me hicieran lo mismo que lo que me acusan, no me estoy tomando las cosas tan apecho, simplemente quiero aclarar, no me gusta que me tachen de roba novelas, no lo soy!! y me senti algo incomoda con ese mensaje, Bueno aclarado esto me despido, que esten bien y en un momento pondre arriba en el titulo (ADAPTADA) ... Hasta la vista :)

lunes, 23 de diciembre de 2013

Capitulos de Maratom

CAPITULO 19 
Me dio un pequeño beso en los labios y con dificultad se levantó de la cama, mientras yo le sonreía. Me levanté después que él y camine hacia el baño, cuando puse la mano en el picaporte sentí que me agarraba, me dio la vuelta y volvió a besarme apasionadamente, le correspondí unos instantes y después rompí el beso.

– Tom, por favor, detente – dije seria poniendo mis manos sobre su pecho alejándolo.
– Es que no puedo evitarlo, me encantas ___ – dijo mirándome a los ojos – pero, ganas otra vez, ya me debes dos.
– Anoche te cobraste una, ¿ya se te olvido tu amenaza?, me hiciste entrar en pánico.
– Discúlpame, estaba cegado y fue lo único que se me ocurrió para verte a solas.
– Lo pensaré, claro que si te vas ahora ayudará a aclarar mi mente.
– Chantajista.
– ¿Yo?, el ladron cree que todos son de su condición.

Me sonrió y me dio otro pequeño en los labios, me quedé ahí parada para asegurarme que salía de la habitacion, cuando lo hizo y cerró la puerta, entré al baño. Me metí a bañar y cuando termine de vestirme Zayn entro a la habitación, me saludó a lo lejos y me dijo que se daría un baño.

Bajé a la cocina para preparar algo de desayunar y Julieta estaba ahí tomando café y hojeando una revista.

– Buenos días, Juelieta.
– Hola ___, buenos días – respondió y se levanto para saludarme de beso en la mejilla – justo estaba pensando en ti, estoy viendo un anuncio de la ropa de Caroline – agregó enseñándome la revista y la miré unos segundos.
– Por cierto, ahora que lo mencionas, tengo duda de algo que me dijiste el día de la presentación – dije sirviéndome una taza de café.
– Adelante, con confianza.
– Cuando te dije que Zayn estaba de viaje, me dijiste que él no cambiaba, ¿por qué?
– Ah, es que el día que firmó el contrato con Tom yo fui a la cena y estuvieron hablando de negocios toda la noche y mencionó que viajaba mucho y luego Tom me ha contado que le llama y siempre está en juntas, por eso lo dije, ¿pensaste que yo y él nos veíamos clandestinamente?
– No, para nada, no te creo capaz de engañar a Tom – dije para ver su reacción.
– Jamás lo haría, lo adoro – aseguró.
– Buenos días, señoritas – exclamó Tom entrando a la cocina.
– Hola baby, buenos días – respondió ella y lo abrazó efusivamente.

Yo no respondí y le corrí la mirada con enfado, que amigos tan cariñosos eran, alguno de los dos me estaba mintiendo y dudaba que ella tuviera alguna razón para hacerlo. Abrí el refrigerador para no mirarlos y escuché que zayn los saludaba, me abrazó por la cintura, yo volteé y nos dimos un beso en los labios. Tom carraspeó y nos sugirió ir a desayunar a un pequeño restaurante que estaba a un par de calles. Todos estuvimos de acuerdo y salimos los cuatro.

Zayn y yo íbamos tomados de la mano y Julieta sostenía del brazo a Tom, después él la cargó sobre sus hombros y tuve ganas de golpearlo y de paso yo darme de topes en un árbol, ¿cómo era posible que me dejara envolver por ese embaucador de oficio? Sólo era un hermoso mentiroso, como dice una canción y, muy a mi pesar, me tenía vuelta loca sin remedio, jamás me imaginé perder así la cabeza por alguien, quizá debía recurrir a la ayuda de un psiquiatra.

Llegamos al restaurante y nos sentamos en una pequeña mesa, Julieta frente a Zayn y Tom frente a mí. La camarera nos llevó los menús, la verdad yo no tenía mucha hambre, así que sólo ordené un zumo de naranja y fruta con yogurt, en un recipiente por separado. Julieta me miró de forma extraña y Zayn empezó a explicarle lo rara que soy para comer mientras ella se reía, luego se pusieron a intercambiar anécdotas curiosas.

Yo sentía las miradas de Tom y trataba de evitarlas lo más posible. Minutos después nos dejaron los platillos y al llevarme un pedazo de piña a la boca sentí que Tom puso su pie sobre el mío y lo subió un poco. Yo retiré el mío bruscamente mientras lo miré frunciendo el seño, él sonrió divertido, miré a Zayn, nerviosa y seguía hablando animadamente con Julieta, al parecer ninguno de los dos se había dado cuenta. Tom lo notó y siguió con su jueguito, yo ya no sabía para donde moverme y tuve que ir al baño para tranquilizarme, ese hombre quería destrozarme los nervios. Al regresar ya habían pedido la cuenta y suspiré aliviada.

Julieta propuso ir a algún hotel de Las Vegas a jugar un poco y de paso ver algún espectáculo, así que regresamos a la casa y Tom sacó del garaje un Audi que había alquilado. Zayn y yo nos subimos en la parte de atrás y Julieta encendió la radio después de subir. Zayn me abrazó y noté la mirada seria de Tom a través del espejo retrovisor, pero me volteé y recargué mi cabeza en el hombro de Zayn, no sé porque Tom ponía esas miradas cuando él jugaba con Julieta en los altos.

Llegamos a un hermoso hotel y entramos al casino, ellos se fueron a una mesa de póker y Julieta y yo a unas maquinas de esas que si te sale tres veces la misma figura ganas, pero con mi suerte lo único que logré fue perder cien dólares, en cambio ella ganó 250. Después Zayn me abrazó emocionado, me cargó y me dio vueltas porque ganó dos mil, cuando me dejó en el suelo Tom nos miraba con el ceño fruncido, pero yo lo ignore y tomé a mi novio de la mano.

Comimos en el restaurante del hotel y ahora opté por sentarme frente a Julieta, lo cual provocó que Tom se riera divertido, nuevamente. Al terminar, compramos las entradas para un espectáculo musical y mientras esperábamos recorrimos las tiendas de suvenir y me sorprendió que Zayn comprara un oso de peluche que en la camisa decía I love Las Vegas, me dijo que era para la sobrina de Ryan que iba a cumplir años próximamente, no recordaba que él tuviera una sobrina y Zayn me explicó que era hija de un primo que acababa de mudarse a Nueva Jersey y que también trabajaba en la casa de bolsa.

Regresamos a la casa pasadas las once de la noche. Zayn se puso de inmediato la pijama y se metió a la cama, yo decidí darme una ducha, me sentía muy cansada y esperaba que él se durmiera para evitar que se pusiera “romántico”, no lo hacía por Tom, sino por mí, aunque estuviera engañando a mi novio, tampoco era una cualquiera que se iba a revolcar con los dos en la misma casa.

Entré al baño, me desmaquillé y me lavé los dientes, todo muy lentamente para hacer tiempo. Aún con la bata de baño puesta abrí la llave de la regadera, gire para quitármela y colgarla y me topé con Tom que alcanzó a taparme la boca para que no gritara. Se llevó el dedo índice de su otra mano a la boca, indicándome que guardara silencio, yo asentí con la cabeza y me soltó.

– ¿Cómo rayos entraste? – pregunté en un susurro mientras me preguntaba dónde estaría ahora Zayn que Tom pudo escabullirse al baño sin problema alguno.
– Vaya que eres distraída, este baño conecta con las dos habitaciones – respondió y me mostró la puerta que yo no había distinguido – cuando escuché el agua correr me asomé para ver si eras tú y que suerte tuve – agregó soltándome la tira de la bata que se abrió dejando al descubierto parte de mi cuerpo desnudo.
– Ahora sí enloqueciste por completo, Zayn está en la habitación de al lado.
– ¿Y a poco no lo hace más excitante? – susurró mirándome con pasión.

Yo me quedé paralizada, él se acercó y me quitó la bata, me recargó en la pared y mi cuerpo se arqueó ante el frío del azulejo, la adrenalina comenzó a recorrer mi cuerpo mientras él pegaba el suyo al mío y sentí su erección. Me lamió el cuello, luego subió a mi mandíbula y después a mis labios mientras se pegaba más y más a mí. Lo abracé por la espalda, quise besarlo, pero echó la cabeza un poco hacia atrás sonriendo y sólo pude lamerle los labios, así que eso seguí haciendo, primero, el inferior de un lado a otro y luego el de arriba. Sus manos estaban masajeando mis nalgas, yo bajé su bóxer y acaricié su masculinidad, él correspondió de la misma manera acariciando mi parte más íntima con dos dedos, nos besamos desesperadamente y luego sustituyó sus dedos por su miembro, pero sin introducirlo, sólo me frotaba suavemente.

Se separó para ponerse el condón que tomó del lavabo, me hizo darme la vuelta, tomó mis manos y las puso a los lados del lavabo. Yo lo sujete con fuerza, se colocó detrás de mí y se introdujo en mí, me mordí el labio para no gritar y él comenzó a moverse sujetándome de las caderas, yo trataba de reprimir los gemidos, a pesar de que se escuchaba el agua cayendo. Él salía y entraba de mí sin cesar, puso dos dedos en mi boca que igual salían y entraban de ella y su otra mano subía y bajaba por mi muslo, apreté los ojos cuando sentí que él explotaba en mi interior desencadenando que yo lo alcanzara segundos después.

– Estuve esperando todo el día por esto – susurró en mi oído – me trastornas ____, cada día ansío más estar contigo – agregó y me giro la cara para besarme.

Cuando desperté, a la mañana siguiente, Zayn no estaba en la cama, supuse que se había ido a correr de nuevo, miré el reloj y casi eran las diez de la mañana, así que me levanté. Después de lavarme los dientes, me ganó la curiosidad y me asomé a la habitación de Tom, pero no estaba, entonces bajé a la cocina. Estaba por abrir la puerta y escuché murmullos.

– Yo también te extraño mucho princesa, te prometo que lo primero que haré mañana cuando regrese será ir a verte – dijo la ya familiar voz masculina y se me hizo un nudo en la garganta.

CAPITULO 20
Pasé saliva, tratando de ordenar las ideas en mi cabeza y aclarar mi garganta, abrí la puerta de golpe, él se dio la vuelta y me miró asustado, guardó silencio unos segundos, me dio una sonrisa fingida y siguió hablando.

– Tengo que irme hermanita – volvió a guardar silencio, supuse que estaba escuchando al interlocutor – aquí está ____, yo le doy tus saludos, sí, ella también te manda saludar, un beso y mañana hablamos – agregó y finalmente colgó – buenos días cariño – dijo dándome un beso pero yo moví la cabeza y me lo dio en la mejilla – era Carla, está de vacaciones en Nueva Jersey.

No le respondí nada, sólo asentí con la cabeza, ¿desde cuando Zayn le llamaba princesa a su hermana?, por qué me sentí mal al escucharlo?, si me engañaba yo le estaba haciendo lo mismo, creo que al final lo que duele es el orgullo o quizá yo sola era la que me seguía haciendo rollos extraños en la cabeza por el peso de la culpa, la pregunta era ¿qué sentía yo por Zayn?, tenía que encontrar la forma de averiguarlo.

Tomé su cara con mis manos y lo miré a los ojos, se veía nervioso, trataba de esquivar mi mirada y entonces lo besé dulcemente, él titubeo, pero al final puso sus manos en mi cintura y yo corrí las mías hacia su cuello, terminó por abrazarme completamente y el beso se intensifico un poco, yo bajé mis manos a su espalda y de pronto, se escuchó un fuerte carraspeo que nos hizo romper el beso, pero permanecimos abrazados.

– Lamento la interrupción – dijo Tom visiblemente molesto, con el ceño fruncido, recargado en la puerta con los brazos cruzados y los puños cerrados.
– No te preocupes Tom, lo dejaremos para después, ¿verdad amor? – respondió Zayn sin soltarme y me dio un corto beso en los labios.
– Pueden aprovechar más tarde cuando Julieta y yo vayamos al supermercado – exclamó en tono sarcástico y pude notar como apretaba más los puños.
– Voy a preparar café – dije separándome de Zayn y pude sentir la mirada asesina de Tom aún cuando estaba de espaldas.
– Zayn, ¿me puedes dar las llaves del Audi?, por favor, ya que tú fuiste el que lo guardó en el garaje.
– Claro, voy por ellas, las dejé en la habitación.
En cuanto Zayn salió de la cocina, Tom me sujetó fuertemente por el brazo y me hizo girarme para mirarlo.
– ¿Qué parte no te quedo clara de que no permitieras que te tocara? – recriminó furioso.
– Es mi novio, no puedo rechazarlo todo el tiempo.
– Eres mía ___, sólo mía y si no quieres que le tumbe los dientes al imbécil ese, vas a buscarte un pretexto muy bueno para que ni siquiera te mire.
–Suéltame que me estás lastimando, no eres nadie para exigirme nada, recuerda que lo nuestro es sólo sexo sin compromiso, fue fácil conseguirlo y con esa misma facilidad puede acabarse.
– Estás muy equivocada si piensas que te voy a dejar ir con facilidad, me perteneces, no lo olvides.
– No soy un objeto Tom, puedo tomar mis propias decisiones, no lo olvides.

Se escucharon los pasos fuertes de Zayn y entonces me solté. No supe de donde saqué fuerzas para decirle eso, lo que había entre Tom y yo no era sólo sexo, al menos no de mi parte, y debía reconocer que por un lado me sentía feliz por los celos de Tom, aunque no sabía si los provocaban un sentimiento afectivo o sólo era su orgullo de hombre herido.

Zayn y Julieta entraron a la cocina, ella abrazó de nuevo muy efusiva a Tom y sentí un dolor en el pecho, después me saludó a mí muy entusiasta como siempre, yo le sonreí, pero la tensión se sentía en el aire.

Desayunamos ahí, casi en silencio, sólo Julieta y Zayn hablaban de vez en cuando. En cuanto terminé, subí a mi habitación a cambiarme, me puse unos vaqueros y un suéter ligero. Zayn subió después y me abrazó por detrás, pero me separé argumentando que no estábamos solos y que no era nuestra casa. Él aceptó sin recriminaciones y empezó a cambiarse de ropa y yo bajé. Escuché las risas de Julieta provenientes de la parte trasera de la casa, resoplé y caminé hacia allá, estaba jugando ping pong con Tom, quien se puso serio al verme.

Minutos después llegó Zayn y entonces Julieta propuso que jugáramos los cuatro. El juego empezó tranquilo, pero de repente, Tom empezó a golpear la pelota demasiado fuerte mandándosela a Zayn que le respondía de la misma manera, Julieta y yo nos quitamos al ver lo agresivo que se estaba poniendo el asunto. Tom miraba con rabia a Zayn y se notaba que tenía todas las intenciones de golpearlo con la pelota y si no hubiera sido porque Zayn era muy hábil para regresársela, lo habría conseguido.

Julieta me sugirió que entráramos a casa y no muy convencida lo hice ya que ella prácticamente me arrastró al interior, pero yo estaba sumamente nerviosa por lo que pudiera pasar entre ellos si se quedaban solos. Ella encendió el televisor y empezó a cambiar de canal en canal hasta que encontró algo que le llamó la atención, era un partido de hockey sobre hielo y gritó emocionada porque su equipo favorito estaba jugando. Más tarde entraron Tom y Zayn y éste también se entusiasmó porque era gran aficionado de ese deporte, así que se sentó al lado de Julieta en el sillón.

– ¿A caso te gusta el hockey? – preguntó sorprendido.
– Uy sí, desde niña, mi papá lo jugaba, aunque nunca estuvo en un equipo profesional.
– ¿Y a qué equipo le vas?
– A Chicago Blackhawks.
– ¿Bromeas?, yo también.
– Chócalas amigo – exclamó entusiasmada y le extendió la mano que Zayn se la chocó – ojala que ganen, acaba de empezar el partido.
– Julieta, ya habíamos quedado en ir al supermercado – dijo Tom serio.
– Pero baby, sabes que cuando los Balckhawks juegan el mundo desaparece para mí, vamos cuando termine, ¿sí?
– Y tú sabes que a mí eso me aburre.
– A ____ también – intervino Zayn.
– Entonces ustedes, par de aburridos, vayan a hacer las compras mientras mi amigo Zayn y yo vemos el partido.
– Sí, es buena idea y de paso traen unas cervezas – agregó Zayn.

Tom me miró y entró a la cocina por las llaves del coche, que había dejado ahí cuando se las entrego Zayn. Yo no estaba muy segura de ir, lo que menos quería era que empezara con reproches otra vez, pero al ver que Julieta y Zayn estaban ensimismados viendo el televisor y yo no encontrar otra cosa que hacer, decidí acompañar a Tom, al fin que iríamos a un lugar lleno de gente.
Caminé hacia el coche y Tom me abrió la puerta para que subiera, él se dio la vuelta y entró también, sin decir nada, lo puso en marcha y la radio empezó a sonar .

Conseguir mucho de mí
Conseguir mucho de ti
Caminando por las calles y apenas y te conozco
Parece como si estuviéramos predestinados
Tomarnos de las manos cuando salimos en las noches
Tengo novia dices, esto no está bien
Y yo también tengo a alguien esperándome
¿Qué es esto?, es sólo el principio
¿Por qué no puedo respirar cada que pienso en ti?
¿Por qué no puedo hablar cada que digo algo sobre ti?
Es inevitable,
Es el hecho de que caeremos ahí,
Así que dime
¿Por qué no puedo respirar cada que pienso en ti?

– Perdóname, no debí tratarte así en la mañana – empezó a decir mientras la canción seguía sonando – pero, me enferma la idea de pensar que él te toque, sé que es tu novio y que yo sólo soy un extraño en tu vida, que ni siquiera nos conocemos bien – guardó silencio mientras le tocaba un semáforo en rojo – sólo no puedo procesar esa idea, lamento mucho haber perdido los estribos ___, por favor, perdóname.
– No me gusta que me trates como un objeto, sé que nuestra… lo que sea que tengamos, empezó de forma extraña, pero eso no te da derecho a que me trates así.
– Lo sé, estoy muy arrepentido.
– Y después, ¿qué fue todo ese despliegue de hombría en el ping pong?
– Una forma muy infantil de… demostrar quién es el mejor.
– Eso no se demuestra así Tom, no necesito un súper macho a mi lado.
– ¿Me perdonas? – preguntó con cara de arrepentimiento.
– Lo voy a pensar y ahora sí es en serio.
– ¿Qué tengo que hacer para que me perdones?
– Comportarte como el adulto que eres y pensar con la cabeza y no con el hígado.
– Lo intentaré.
– Cuando lo hagas, entonces hablamos – dije firme y miré por fuera de la ventanilla.

Llegamos al supermercado y él se bajo a abrirme la puerta, me tendió su mano para que me apoyara, no pude negarme a su gesto y cuando salí del coche quedamos cerca mirándonos, pero yo desvié la vista y comencé a caminar sin esperar a que cerrara la puerta del coche. Después él me alcanzó y entramos al lugar. Tomó una canastilla y me guió por uno de los pasillos.

CAPITULO 21 (FIN DEL MARATOM)
– ¿Qué venimos a comprar? – pregunté caminando a su lado.
– Todo lo necesario para la cena, ya mañana nos vamos, así que hoy haremos un festín.
– ¿Y cuál será el menú?
– Pasta y ensalada, sin faltar un buen vino.
– Pero, falta el postre.
– Cierto, ese te toca a ti.
– ¿Te gusta el flan napolitano?
– ¿Sabes prepararlo?
– Por supuesto, soy una gran cocinera.
– Eso quiero verlo, habrá flan entonces.

Le sonreí y caminamos al pasillo a buscar los ingredientes para el flan, incluido el molde porque me dijo que no tenía. Después fuimos al área de frutas y verduras, escogimos una lechuga verde y una morada, pequeños tomates, uvas y finalmente fuimos por la pasta, el queso y el vino.

– Qué bonita pareja, seguro acaban de casarse, me recuerda a nosotros hace cuarenta años.

Escuché que una señora le decía al que debía ser su esposo, él asintió y le dio un dulce beso en los labios, mi corazón se oprimió y por primera vez en mi vida me visualicé anciana y sólo había un hombre con el que quería llegar a esa edad.

– Ya está todo, podemos irnos– dijo Tom sacándome del trance – ¿estás bien?
– Sí – apenas pude decir, sin quitar la vista de la pareja que seguía mirándonos.
– ¿Los conoces? – me preguntó mirándolos también y les sonrió.
– No.

Tom me sonrió, pero de forma muy diferente a como lo hacía normalmente, aunque en ese minuto no supe si era realidad o mi mente me estaba haciendo una jugada, para mi sorpresa me tomó de la mano y me hizo caminar.
Pagó todas las cosas y se negó rotundamente a que yo contribuyera con algo. Caminamos al estacionamiento y metió las bolsas en el maletero. Volvió a abrirme la puerta y luego subió él. Empezó a manejar por una calle inclinada, era un rumbo diferente al que tomamos cuando llegamos, al subir estaba un poco desierto, sólo había casas de un lado y del otro había un pequeño bosque. El coche se movio un poco y se apagó.

– ¿Qué pasa? – pregunté extrañada.
– No lo sé – trató de encenderlo tres veces y no funcionó.
– Creo que se averio, que lata, me molesta alquilar coches, no sabe uno quien los usa ni si les dan mantenimiento.
– ¿Y qué haremos?
– Esperar un poco, quizá sólo necesita enfriarse.

Me acomodé en el asiento y eché mi cabeza atrás en el respaldo. Él hizo lo mismo, pero me di cuenta que jugaba con sus manos. De pronto, se dio la vuelta y me miró sin decir nada, yo me acomodé de lado para verlo también, acarició mi rostro y puso un mechón atrás de mi oreja, yo sostuve su mano, entonces, se acercó y me besó despacio, sin intentar algo más, yo le respondí de la misma manera, pero bajé su mano con la mía y la puse sobre uno de mis senos, él comenzó a acariciarlo lentamente, mi mano buscó los botones de su camisa y empecé a desabrocharla y a acariciar la piel que iba quedando al descubierto. Él se separó y echo su asiento hasta atrás, con sus ojos miel me invitó a que me sentara sobre él y eso hice.

Volvimos a besarnos mientras él metía sus manos debajo de mi suéter y acariciaba mi piel. Besé su cuello y su torso, desabroché el cinturón y el pantalón, me separé y me quité el suéter, él se acercó y besó la parte superior de mis senos que salía del sostén en tanto yo acariciaba su masculinidad, él me desabrochó el pantalón y me acarició por encima de las medias, jadeé al sentir sus caricias.

– ___, no debiste ponerte pantalón – se quejó con la voz entrecortada.
– No tenía planeado hacer esto y menos aquí.

Me sonrió y entonces, yo me senté en el asiento del copiloto y me quite el pantalón y la ropa interior mientras él bajaba el suyo hasta las rodillas después de sacar un condón del bolsillo.

– ¿Acaso eres dueño de esa empresa? – pregunté al tiempo que se lo colocaba.
– No, pero me gusta estar prevenido, uno nunca sabe en qué momento se darán las cosas – respondió mientras me atraía a su cuerpo.

Me senté sobre él con las piernas a los lados y entró en mí, empecé a moverme lentamente, con mis manos sobre el respaldo del asiento, él movía las suyas de mis muslos a mis nalgas. Nuestros rostros estaban pegados por la nariz, nos mirábamos, jadeábamos en sincronía, a la par que nuestros cuerpos se fundían en uno. Aceleré los movimientos, él me sostenía por las caderas, nos besamos apasionadamente en tanto los movimientos se volvían más frenéticos, buscando un solo objetivo. Rompí el beso y puse mi boca en su cuello moviéndome aún más rápido y segundos después sentí como mi cuerpo se estremecía al llegar al éxtasis total al mismo tiempo que él.

Me quedé así unos minutos, mientras nuestras respiraciones recobraban su curso normal, lo besé nuevamente y luego de un lapso me separé, al pasarme al otro asiento no sé cómo, creo que con el codo hice sonar la bocina del auto. El soltó una risa divertida y yo también. Me puse la ropa mientras él se acomodaba la suya. Encendió el auto que respondió a la primera y lo miré sorprendida, arqueando una ceja.

– Está bien, me pillaste y me confieso culpable, jamás falló el auto – aceptó con una sonrisa en los labios.
– ¡Me engañaste!, eres un mentiroso y un tramposo – dije cruzándome de brazos.
– Tú eres la causante de todo, me vuelves loco, no podía esperar hasta la noche para tenerte entre mis brazos.
– ¿En serio? – pregunté un tanto sonrojada.
– Por supuesto, no sé qué me pasa cuando estoy contigo que pierdo el control, eres un peligro ___, nublas mi mente y no me permites ver las cosas con claridad.
– Quizá debas remitirme a las autoridades – respondí jugando.
– Eso haré, pero tu condena será estar encerrada en un cuarto conmigo, sin oportunidad de fianza ni de apelación.
– Eso sí me da miedo – exclamé y me abracé a mí misma.
– Debería, en serio, ya no sé qué otra locura podría cometer, eres una hermosa tentación andante.
– Definitivamente deberían encerrarme, en una torre alta sin accesos.
– Y yo iría a rescatarte – dio la vuelta en la siguiente esquina – ya no puedo imaginar mi vida sin ti, definitivamente me hechizaste.

Mi corazón se disparó ante esas palabras y ya no supe que más decirle, coloqué mi mano encima de la suya, sobre la palanca de velocidades y él me sonrió, en un semáforo en rojo se acercó y me besó dulcemente. Seguimos el trayecto en silencio, yo quería preguntarle tantas cosas, pero no sabía cómo, no quería arruinar el momento, parecía mágico. Llegamos a la casa, Tom metió el coche a la cochera, me ayudó a bajar y me dio un beso en los labios, yo lo miré asustada.

– ¡Tom!, pueden vernos.
– Tranquila, todavía siguen viendo el partido – respondió y volvió a besarme, pero después de unos segundos lo separé.
– Basta, no es bueno tentar a la suerte.

Me sonrió y luego bajó las bolsas del maletero, caminamos a la cocina y dejamos todo ahí, en efecto, Julieta y Zayn seguían viendo el partido. Él me preguntó por las cervezas y le dije que se nos olvidaron, sólo esperaba que no notaran que nos tardamos más de la cuenta, pero al verlos tan emocionados siguiendo el partido descubrí que no habían sentido el tiempo pasar.

Subí a darme una ducha y cuando bajé ya había terminado el partido. Julieta y Tom estaban en la cocina y no pude evitar sentir celos de esa escena, pero cuando él se dio cuenta de mi presencia me guiñó un ojo y se me aceleró el corazón, olvidando la molestia. Zayn estaba afuera de la casa, hablando por su movil otra vez, así que me puse a preparar el flan.

Era una situación tan extraña, Tom partía las lechugas mientras Julieta preparaba la pasta y yo estaba poniendo los ingredientes en el molde, entonces extrañamente, noté que la actitud de ella estaba un poco diferente, no estaba tan efusiva con Tom y por primera vez escuché que lo llamó por su nombre en lugar de decirle “baby”, que por cierto, odiaba que le dijera así.

Zayn entró finalmente y también se puso a ayudarnos, puso el vino en la nevera y comenzó a separar las uvas de los racimos. Parecíamos cuatro buenos amigos de toda la vida compartiendo un agradable momento culinario, incluso las cosas entre Tom y Zayn estaban más relajadas, se habían olvidado del acalorado partido de ping pong y, como mi novio estaba distante conmigo, Tom se estaba comportando tranquilamente. Como a las seis estaba lista la cena, Julieta y yo pusimos la mesa y después nos sentamos los cuatro a comer mientras seguíamos hablando.

– ¿Por qué no mezclas los alimentos ____?, de todas maneras se mezclan en el estómago – preguntó Julieta divertida.
– No sé, es una manía que tengo desde niña, creo que fue a raíz de una vez que me enfermé del estómago.
– Que curioso, nunca había conocido a alguien así y yo que pensaba que era rara.
– Creo que todos tenemos alguna manía, la de Zayn es hablar por teléfono.
– Cariño, no es algo que disfrute mucho, créeme, es sólo por el trabajo.
–Yo también trabajo mucho Zayn, pero no soy esclavo del teléfono – dijo Tom serio mientras lo fulminaba con la mirada porque me había agarrado la mano, pero yo la retiré suavemente para que él no notara nada extraño.

El comentario de Tom me recordo a la conversacion que yo había escuchado en la mañana y al volver a verlo hablando por telefono, me llevaron a la conclusión de que Zayn escondía algo, quizá no era una amante, pero había algo raro en su vida que no quería que yo supiera y lo analicé con la mirada unos segundos tratando de descubrir que era lo que me escondía.


Después que terminamos de cenar vimos una película de acción y luego jugamos Jenga. Hubo un momento en el que entré a la cocina por un vaso de zumo y Tom entró tras de mí.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Capitulos del Maratom

CAPITULO 16 

Comenzó a caminar y lo atajé en la puerta casi estampándolo en ella.

– Por favor Tom – dije en tono suplicante, casi al borde de las lágrimas de desesperación.
– Él te tiene completa, ¿qué más da que yo conserve esto?
– No, no me tiene completa y lo sabes, no te puedo dejar eso, al menos no hoy, otro día, te lo prometo, cuando volvamos a vernos, te daré otra cosa hoy, por favor.
– ¿Y qué me darías a cambio?

Lo tomé de la mano obligándolo a caminar conmigo, no quería que se me escapara, se veía molesto y quizá podría ser capaz de cometer una locura. Abrí el cajón de mi escritorio con la mano que tenía libre, sin soltarlo, ahí tenía un pañuelo, lo saqué y lo puse sobre el escritorio, tomé el pequeño perfume que estaba también en el cajón y le rocié un poco al pañuelo y se la di. Me sonrió y me entregó las medias.

– Ah, se me olvidaba decirte, no uses vestido rosa ni lila para la boda – dijo en el umbral de la puerta.
– No te he asegurado que iré.
– Buenas noches, ____.

Salió y yo me coloqué rápido mis medias. Zayn me llamó de nuevo y le aseguré que ya bajaba. Fui al baño y me arreglé un poco el cabello, el maquillaje y me puse un poco de perfume. Cuando subí al coche, Zayn me dio una mirada de reproche.

– Perdón, se atascó la impresora y no podía dejarla así, el servicio es muy caro.
– Está bien, ¿adónde quieres ir a cenar?
– No sé, ¿a ti que se te antoja?
– Comida china, ¿te apetece?
– Sí, vamos.

No hablamos mucho en el camino al restaurante, ni durante la cena, Zayn estaba masajeándose con un cliente, según me dijo, aunque se le escapan unas sonrisitas que dudaba que un cliente se las provocara, quizá era lo que yo quería ver para no sentirme tan culpable por engañarlo, después de todo iba a cumplir su promesa de irnos de viaje solos los dos, sin trabajo de por medio, o, ¿lo estaría haciendo para acallar sus culpas también?

Fui al baño y me miré al espejo, pensé que tal vez debería dejar a Zayn, no se merecía lo que le estaba haciendo y ya una vez había intentado dejar a Tom y no había funcionado, así que ahora me tocaba hacer la prueba con mi novio. Suspiré resignada, el viaje sería la última oportunidad para tratar de salvar mi relación con él. Me llevó a mi departamento y me dijo que nos veríamos hasta el jueves, que era cuando salíamos de viaje.

Los días siguientes tuve mucho trabajo, pero ya no podía ver mi oficina de la misma manera, por ratos me quedaba mirando la silla donde Tom me había hecho suya y me había pedido que no lo dejara, una sonrisa estupida aparecía en mi cara sin remedio, como deseaba que sus palabras fueran ciertas, pero eran sólo eso, palabras que se las llevaba el viento porque no daba ninguna otra señal, si en realidad quisiera que yo estuviera en su vida mostraría algún interés, que sé yo, una llamada, un mensaje, pero nada, silencio total. Abrí el cajón y me topé con la invitación de Caroline, la saque y me puse a leerla, era color crema, de un papel finísimo y una letras preciosas.

Caroline Kaulitz & Dylan Ross
En compañía de nuestros padres:
Simone & Gordon Kaulitz
Eduardo & Gloria Ross
Deseamos compartir con ustedes nuestro enlace matrimonial, Que se llevará a cabo el sábado 13 de diciembre en MacArthur Causeway #395, Miami South Beach a las 18 hrs.
La recepción será en el mismo sitio una vez concluida la ceremonia.
Agradecemos su asistencia

Suspiré después de leerla, a pesar que el matrimonio no era mi gran ilusión, ya me había mentalizado que algún día daría ese paso con Zayn, aunque ahora no estaba tan segura de lograrlo, pero tampoco me lo imaginaba con Tom, no se veía que fuera de ese tipo, dado que mejor se iba a casar su hermana mayor que él. Moví la cabeza, pero, ¿qué estaba pensando? Es increíble lo vulnerables que somos las mujeres y como unas simples palabras nos hacen perder la perspectiva. “No me dejes”, recordé como si lo estuviera escuchando en ese preciso momento, con su voz distorsionada, suspiré de nuevo, dejé la invitación en el mismo lugar y seguí con mi trabajo.

A las diez de la mañana en punto llegó Zayn por mí para irnos al aeropuerto, subió al departamento por mi maleta y una vez en la calle, el taxista la metió a la cajuela. Apenas habíamos subido al vehículo su movil sonó, él miró el identificador, pero no respondió la llamada y envió un mensaje.

– Perdón amor, parece que no todos en la oficina se enteraron que estoy de vacaciones – justificó mientras escribía.
– No te preocupes.

Llegamos al aeropuerto y se alejó un poco de mí para hablar por teléfono, ¿es que ni siquiera este fin de semana lo iban a dejar en paz? Empezaba a odiar su trabajo. Después de registrar las maletas me senté en la sala de espera mientras él seguía pegado al celular recargado en un muro. Más tarde tomó asiento a mi lado y me dio un beso en frente y luego empezó a leer el periódico, fantásticas vacaciones iba a pasar, estaba a punto de regresarme a mi casa cuando anunciaron que subiéramos al avión.

Afortunadamente, en el último minuto había decidido llevar mi Ipod, así que cuando anunciaron que se podía prender aparatos me puse el mío, en tanto veía que Zayn ya tenía los ojos cerrados, claro él estaba sumamente acostumbrado a los aviones.

Finalmente llegamos a nuestro destino, al subir al taxi le entregó un papel con una dirección, yo bajé la ventanilla del coche para permitir que el aire acariciara mi cara. Minutos después llegamos a un muy bonito vecindario y el taxi se estacionó frente a una hermosa casa con techo de dos aguas. El taxista bajó las maletas y las puso justo en la puerta. Zayn le pagó y después me tomó del brazo para caminar juntos, sacó unas llaves del pantalón y abrió la puerta, tomó el par de maletas y las dejó en mitad de la sala. La casa era relativamente pequeña, pero muy espaciosa y con muebles rústicos de madera.

– Zayn, ¿de quién es esta casa? – pregunté sentándome en el confortable sillón.
– De un cliente, me la prestó por este fin de semana, al parecer quiere venderla y la anda promocionando a ver si alguien se interesa por ella.
– ¿Tú eres un posible comprador?
– Eso le hice creer con tal de que me la prestara, así nos ahorramos lo del hospedaje y lo gastamos en otra cosa, ya después le diré que no te gusto.
– Francamente es muy linda – respondí entrando a la cocina – pero, no podríamos costearla, el rumbo parece muy caro.
– Lo es, así que mejor disfrutemos de la casa por estos días, subiré las maletas, para ir a comer y dar un paseo por los alrededores.

Salí de la cocina para seguir explorando la casa, al fondo había una hermosa cantina, con las copas colgando del techo y varias botellas en los anaqueles, fui a curiosear y vi que había casi de todo, brandy, ron, whisky, vodka, tequila, pero todas estaban selladas, parecía que sólo formaban parte de la decoración.

Zayn bajó corriendo las escaleras y salimos. Caminamos un poco hasta llegar a la avenida principal y ahí tomamos un taxi. Comimos en un bonito restaurante y estuvimos platicando por un par de horas, como en los viejos tiempos, en el garaje de su casa, en el cual había sido nuestra primera vez, un día que su padre fue a casa del mio a ver un partido en la televisión, aquello parecía tan lejano.

De regreso, pedimos al taxista que nos dejara en la avenida principal y bajamos caminando por el sendero, jugando y haciendo bromas, me había olvidado de todo eso, Zayn solía ser muy alegre y jovial antes de entrar a trabajar a aquella casa de bolsa que lo había convertido en un adicto al trabajo. Y no pude evitar sentir remordimientos por mi conducta, él matándose en el trabajo y yo enredándome con un hombre que, para completar el cuadro, era cliente suyo, me pregunté que tanto se frecuentaban, pero decidí no expresarlo en voz alta.

Al ir cruzando el caminito que llevaba a la entrada principal de la casa un aroma delicioso a comida llegó a mi nariz, lo que me recordó que hacía mucho yo no cocinaba. Zayn abrió la puerta y al entrar a la sala escuchamos música proveniente de la cocina, ambos nos volteamos a ver y le mostré mi Ipod que lo traía en la bolsa de mi chaqueta. Así que, sigilosos y yo con un poco de miedo, caminamos lentamente hacia la cocina que tenía la puerta cerrada, Zayn la empujó con sumo cuidado y casi me da un infarto al ver a Julieta y Tom cocinando y cantando cual recién casados. Volteé a ver a Zayn con una cara de no dar crédito y él sólo se encogió de hombros sorprendido por verlos también ahí, carraspeó un poco y Julieta volteó y nos miró extrañada, pero nos sonrió. Tom también volteó y la expresión en su rostro era inescrutable, no daba el menor indicio de lo que pasaba por su mente.

– ¡Zayn, ___!, que gusto de verlos – exclamó Julieta alegremente – malvado, no me dijiste que los habías invitado – dijo a Tom dándole un golpecito en el hombro.

– En realidad no sabíamos que ustedes estarian aqui, Tom me prestó la casa por el fin de semana – respondió Zayn mirándolo como pidiéndole una explicación.

– ¿Qué no era el próximo fin de semana? – exclamó Tom serio y confundido.

– Bueno, hay suficiente espacio para los cuatro y así será mucho más divertido – agregó entusiasmada Julieta casi brincando.

Yo simplemente no podía hacer ni decir nada, estaba estupefacta tratando de procesar la información en mi mente, el shock había sido más grande a cuando me lo topé en el estadio y lo que más me había molestado era haberlo visto tan feliz con Julieta, ¿cómo podía decir que no era su novia si parecía todo lo contrario? Lo único que atiné hacer fue agarrar a Zayn del brazo para sacarlo de la casa mientras le daba una mirada de odio a Tom que nos veía seriamente.

– ¿Él fue quien te presto la casa? – pregunté molesta afuera de la puerta principal.
– Sí – respondió parándose frente a mí.
– No podemos quedarnos aquí, busquemos un hotel, al fin estamos a diez minutos del centro de Las Vegas.
– Pero baby, ¿desde cuándo eres antisocial?
– ¿Baby? – pregunté extrañada olvidando por un segundo el origen de la pelea.
– dije..___ , por el enfado ya ni me escuchas bien.
– Te escuché perfectamente bien y me dijiste baby, ¿desde cuándo me dices así?
– Ya sé porque fue la confusión – exclamó ignorando mi pregunta – es que primero le había dicho que vendríamos el siguiente fin de semana, pero como tengo que ir a… San Francisco en esa fecha le cambié el día a la mera hora, fue mi culpa ___, perdón – se acercó y puso una mano en mi mentón – pero, no podemos hacerle un desaire cariño, Tom ha sido muy amable conmigo, además, se ve que a Julieta le caes muy bien, será como aquel viaje que hicimos con Cynthia y Diego, acuérdate que la pasamos genial.
– Pero, se suponía que la razón de este viaje era para estar solos tú y yo.
– Y lo estaremos cariño, ¿a poco crees que ellos no querrán estar solitos también? – respondió guiñándome un ojo – anda, no seas así, serían prácticamente 3 días.

CAPITULO 17

Sentí como se me revolvió el estómago con la insinuación, la escenita de la cocina estaba muy fresca en mi mente y no quise ni pensar como hubiera terminado si no hubiésemos interrumpido, volteamos, pero él seguía sosteniendo mi mentón.

– Perdón, no quise interrumpir, la cena está casi lista, pasen y después vemos como nos acomodamos – exclamó Julieta desde el umbral de la puerta, Tom estaba detrás de ella con una mirada de pocos amigos, como si quisiera fulminar a alguien.
– Gracias Julieta, pero nosotros acabamos de comer, además supongo que ustedes quieren estar solos, creo que será mejor que Zayn y yo nos vayamos a un hotel – dije separándome de él, pero entrelacé mi mano con la suya.
– De ninguna manera, el que se confundió fui yo, los que debemos irnos somos Julieta y yo – dijo Tom abrazándola por la cintura.
– No Tom, por supuesto que no, es tu casa, además la culpa fue mía porque primero te dije que vendríamos el siguiente fin de semana y apenas el martes te avise que siempre llegaríamos hoy, yo fui el de la confusión.
– Nadie se va a ir a ningún lado, quizá no somos los mejores amigos del mundo pero será grandioso convivir este fin de semana y conocernos más, ¿verdad, nene? – dijo Julieta volteándose,mirando a Tom y le dio unas palmaditas en la mejilla.
– Yo encantado, esta es su casa y Julieta tiene razón, no veo ninguna razón para que no la podamos pasar bien los cuatro – respondió mientras chocaba delicadamente su cabeza con la de ella que le sonrió.
– Yo tampoco le veo mayor problema, es que ___ tenía la ilusión de que estuviéramos solos ella y yo – intervino Zayn dándome un beso en la comisura de los labios.
– ___, no te preocupes por eso, compartirán habitación, Tom y yo podemos usar tapones en las orejas contra el ruido.
–Julieta, pero que cosas dices.
– Ay _____i, ya todos somos adultos aquí, no tiene nada de malo, anda, acompáñame a la cocina a terminar la cena – exclamó Julieta tomándome de la mano que tenía libre obligándome a caminar.

Con dificultad solté a Zayn, yo seguía con el estómago hecho nudos por las muestras de afecto entre ella y Tom y cuando pasé a su lado le corrí la mirada furiosa y él desvió la suya. Me excusé con Julieta diciéndole que estaba muy cansada y que mejor aprovecharía para subir a acomodar mis pertenencias. Cuando salí de la cocina Tom y Zayn miraban la televisión y sostenían una copa cada uno, sólo les dije buenas noches y subí corriendo las escaleras.
Abrí la puerta de la primera habitación y sólo había una maleta que supuse era la de Tom y Julieta, me dieron ganas de arrojarla por las escaleras, pero sabía que tenía que guardar la compostura, nos quedaban tres largos y tortuosos días que no sabía cómo iba a sobrellevar. En la habitación contigua estaba mi maleta y la de Zayn. Tomé la mía y empecé a desempacar, aún era temprano, pero me puse mi pijama y me metí a la cama, no estaba dispuesta a bajar y seguir presenciando las expresiones de cariño entre Julieta y Logan, no tenía idea si podría evitar hacer una escena de celos que no venía al caso porque también estaba mi novio.

No supe en qué momento me quedé dormida. De pronto, sentí el peso de alguien sentándose en la cama y una suave mano que empezó a acariciarme la espalda, abrí los ojos y giré mi cabeza, era Brandon que me miraba con deseo y aunque estaba que reventaba de los celos no iba a tener relaciones con él sólo por venganza.

– Brandon no estoy de humor ahora, me duele la cabeza, estoy cansada por el viaje.
– Está bien, como quieras, luego estás reclamando y ahora sales con que te sientes mal – dijo molesto levantándose de la cama.
– Claro, yo sí tengo que aguantarme que tú prefieras trabajar que hacerme el amor y con una vez que yo me niego me lo echas en cara.
– No quiero volver a discutir contigo ______, ya tuve suficiente por hoy de recriminaciones, ¿no que te duele la cabeza?
– Pues sí y mucho, buenas noches – dije molesta y me puse la almohada sobre la cabeza.

Minutos después él se acostó a mi lado, apagó la luz de la mesa de noche y me dio la espalda sin decir nada. Apreté la almohada de coraje, estaba por levantarme para ir a dormir al sofá cuando mi telefono sonó, lo tomé y era número oculto.

– Hola – contesté desconcertada.

– Tienes cinco minutos para bajar a la cocina o subo y le cuento todo a Brandon, recuerda que tengo una prenda que te pertenece – sentenció Logan y me colgó.

El enfado que yo sentía se transformó en pánico, por el tono de su voz, supe que su amenaza no era en vano y no podía permitir que eso sucediera, no tenía la menor idea de cuál sería la reacción de Brandon y francamente no quería averiguarlo y menos con la mini discusión que acabábamos de tener.

– ¿Quién era? – preguntó Brandon sin voltear a mirarme.
– Nadie, me colgaron, voy por un vaso de agua para tomarme una pastilla – respondí poniéndome las pantuflas y levantándome de la cama.

Brandon no me dijo nada más y salí de la habitación con el pulso hasta las nubes, ¿qué se creía Logan para amenazarme de ese modo?, cuando él estaba de lo más contento con su noviecita, me iba a escuchar, si a esas íbamos yo también tenía varias cosas que contarle a Julieta, que seguramente no le agradarían para nada.

Desde la sala se distinguía la luz proveniente de la cocina, tomé un respiro y entré. Tom estaba parado, recargado en el mueble junto al lavabo, sosteniendo mi pañuelo entre sus manos. Mis ojos se abrieron de par en par al verlo, definitivamente no estaba jugando, estaba dispuesto a decirle todo a Zayn y entregarle pruebas contundentes.

– ¿Qué pretendes? – pregunté seria y molesta cruzándome de brazos.
– No quiero que él te toque – respondió usando el mismo tono de voz que yo.
– Es mi novio, ¿lo olvidas?, ¿acaso yo te estoy prohibiendo que lo hagas con tu novia?
– ¿Cuántas veces tengo que decirte que Julieta no es mi novia?
– Que cínico eres, ¿cómo te atreves a negarla después de lo que he visto hoy?
– Pues no se compara con lo que yo vi – exclamó acercándose a mí.
– Pues yo no niego a Zayn, sabes perfectamente que es mi novio – dije caminando hacia atrás
– No me lo recuerdes – dijo acercándose más – no me hagas recordar que lo vi dándote un beso.
– Pues eso es lo que hacen los novios, ¿no?, no sólo cocinan y cantan juntos y se toquetean frente a otros – seguí caminando y topé con la nevera.
– Con un demonio – exclamó exasperado a pocos pasos de mí – ¡Julieta no es mi novia!, es mi amiga de toda la vida.
– Mira qué casualidad, Zayn y yo también nos conocemos desde niños.
– Ahora comprendo porque recurriste a mí – dijo sarcásticamente poniendo sus manos al lado de mis hombros impidiéndome el paso.
– ¡Cómo te atreves! – exclamé y quise darle una bofetada, pero me atajo la mano.
– Sabes que tengo razón, si él cumpliera con sus obligaciones no tendrías ninguna necesidad de citarte con un extraño.
– Fue una estupidez de la que ahora me arrepiento – exclamé soltándome, pero él rápidamente subió el brazo y volvió a hacerme prisionera.
– ¿En verdad te arrepientes? – preguntó a milímetros de mis labios y aspiré su aliento embriagador – ¿estás segura? – agregó acariciando suavemente mi cuello y luego descendió su mano a uno de mis senos que masajeó encima de la ropa, mirándome fijamente a los ojos.
– Basta, por favor – dije con un hilo de voz, no podía controlar mi cuerpo cuando él me estaba tocando y tenía su aliento clavado en mi nariz.
– ¿En serio quieres que me detenga? – susurró en mis labios mientras su mano bajaba por mi costado hasta mi nalga que apretó y luego pegó su cuerpo al mío, uniendo nuestros sexos que sólo los separaba la delgada ropa de nuestras pijamas.
– Alguien puede bajar – dije con dificultad, olvidando todo el enfado.

Su respuesta fue lamer mis labios y levantar mi pierna para pegar mucho más su cuerpo al mío y rozar más nuestros sexos moviéndose suavemente, sin dejar de mirarme, un jadeo se escapó de mis labios, no podía evitarlo, él me hacía perder completamente el sentido de todo y, aunque la cabeza me gritaba que detuviera esa locura, mi cuerpo entero lo reclamaba, no tenía fuerzas suficientes para detenerlo.


CAPITULO 18 (FIN DEL MARATOM)

Introdujo su lengua ansiosa en mi boca y la mía la recibió con la misma inquietud. Puso ambas manos en mis nalgas y yo lo envolví con mis piernas, me cargó y comenzó a caminar conmigo mientras yo le lamía el cuello, sentí que mi espalda chocaba con una puerta y como pude la abrí volviendo a besarlo, entramos y me colocó sobre una superficie fría. Se separó, encendió una tenue luz y cerró la puerta, entonces me di cuenta que estaba sentada encima de una lavadora dentro de un pequeño cuarto.

Volvió a mi lado y me besó desenfrenadamente mientras sus manos soltaban las tiras de mi pantalón, le ayude a bajármelo al igual que mi ropa interior, y le quité la parte de arriba de su pijama, le besé y lamí el torso desnudo olvidándome completamente de donde estábamos. Él terminó de desnudarme y me besó los pechos en tanto yo bajaba su pantalón y su bóxer, antes de quitárselo por completo sacó un condón y se lo puso entrando en mí con urgencia.

Me besó para ahogar mi gemido y se movía con rapidez en tanto yo lo rodeaba con mis piernas aprisionándolo. Se separó de mis labios y nuestras narices se rozaban, nos mirábamos a los ojos mientras él seguía moviéndose en mi interior, nuestros gemidos se mezclaban y ambos sonreíamos sumergidos en el enorme placer que estábamos sintiendo, no existía nada más en ese momento, sólo él, yo y el fuego de la pasión. Sentí como llegaba al orgasmo y él me besó para callar el grito que emitiría, hizo los últimos movimientos y alcanzó el éxtasis total sin dejar de besarme. Nos abrazamos y sentí su pecho agitado en el mío.


– Nadie te ha hecho vibrar como yo y nadie jamás podrá hacerlo, soy el único que conoce el mapa de tu cuerpo y sabe exactamente qué lugares tocar y cómo hacerlo – dijo mientras me abrazaba y acariciaba mi espalda.
– Lo sé, lo sé y me asusta – acepté avergonzada.
– No tienes nada que temer ____ – respondió separándose sólo lo necesario para mirarme.
– Esto es una locura, Tom.
– Sí, la más maravillosa que he cometido en toda mi vida.

Puse mis manos en su rostro y lo besé delicadamente, él me correspondió de la misma manera, después de unos minutos nos separamos y comenzamos a vestirnos en silencio. Cuando iba a abrir la puerta él me jaló de un brazo haciéndome voltear.

– No permitas que te toque, por favor.
– Y tú prométeme que no la tocaras a ella.
– No estamos en la misma habitacion, te repito que sólo somos amigos, en cambio, yo no podré dormir sabiendo que compartes la cama con él.
– Sólo será para dormir, lo prometo – le di un ligero beso y salí de ahí.

Crucé lentamente la cocina y la sala sintiéndome en las nubes, jamás me imaginé que esa aventura fugaz de lejos y en verdad me asustaba lo que estaba sintiendo, al menos para mí estaba dejando de ser sólo sexo, mi corazón estaba por quebrantar completamente la tercera regla. Subí cuidadosamente las escaleras y al llegar al último escalón vi que Julieta salía de mi habitación.

– ¿Julieta? – exclamé mirándola desconcertada – ¿qué hacías en mi cuarto?

– Ay ______, me asustaste, es que esa habitacion es la que ocupo normalmente y como soy muy sensible para la luz, necesito dormir con antifaz y entré por el que siempre guardo en el cajón de la mesita de noche – aclaró y me lo enseñó – toqué la puerta y como nadie me contestó entré, pensé que Zayn y tú habían salido a dar un paseo nocturno – agregó con una sonrisa pícara.
– ¿Zayn no está en la recámara? – pregunté sorprendida.
– No, no hay nadie, ¿dónde estabas tú?
– Bajé a la cocina a tomarme una pastilla para el dolor de cabeza.
– Ah vale, buenas noches, que descanses, no, mejor diviértete – dijo de lo más divertida y vi como entraba a la habitacion de enfrente.

Entré a la mía y en efecto Zayn no estaba en la cama, el pánico volvió a inundarme y mi corazón se aceleró al pensar en la posibilidad de que se hubiera dado cuenta de lo que yo estaba haciendo. Iba a tomar mi movil para llamarlo cuando vi que salió del baño y al verme parada en mitad de la recámara se asustó y soltó su movil que cayó sobre la alfombra, de inmediato se agachó para levantarlo.

– ___, te tardaste una eternidad – dijo nervioso y dejó el aparato sobre la mesa de noche y se sentó en la cama.
– Salí a tomar el aire para ver si me sentía mejor.
– ¿Y funcionó? – preguntó mientras se acostaba dándome la espalda.
– Sí, ya estoy bien.
– Hasta mañana, cariño, que descanses.
– Hasta mañana, Zayn.

Me acosté a su lado en la orilla de la cama y apagué la luz, no pude evitar sentirme mal por lo que había hecho con Tom mientras mi novio estaba bajo el mismo techo, pero tampoco pude evitar sentir incertidumbre por la actitud de éste, ¿qué hacía hablando por teléfono en el baño?, si el reloj de la mesa de noche marcaba poco más de la una de la mañana.

Aún no despertaba por completo cuando sentí como acariciaban mi brazo y subían la manga de la pijama para deslizar sus dedos en mi hombro y moverlos en círculos, después bajaron por mi espalda y metieron la mano por debajo de la tela para acariciar mi cintura mientras sentía como pegaba su cuerpo al mío. Abrí los ojos al sentir que su mano bajaba más allá de la cintura y volteé para encararlo.

– Tom, ¿qué rayos haces aquí? – exclamé atemorizada levantándome de la cama.
– Comprobando si eres capaz de cumplir con tu promesa – respondió en tono serio acostándose de lado y poniendo su cabeza sobre su mano cerrada.
– Estás loco, ¿cómo entras así nada más?, Zayn puede estar en el baño.
– No te preocupes por él, salió a correr hace quince minutos.
– De todas maneras vete, Julieta sí está en la casa.
– Esa niña no se despierta antes de las once y apenas son las nueve de la mañana – dijo hincándose en la cama.
– Por favor, Tom, no me hagas las cosas más difíciles.
– ¿Tú?, ¿difíciles?, ¿y yo cómo califico que no tienes voluntad para impedir que él te acaricie? – exclamó acercándose a mí que seguía de pie cerca de la cama.
– Tom, estaba dormida, perdón si no tengo mucho control bajo ese estado.
– Sentí cuando te despertaste y no me detuviste – me tomó por la cintura y me hizo caer en la cama colocándose encima de mí – no quiero imaginarte entre sus brazos.
– Tonto, yo sabía perfectamente que eras tú, mi cuerpo te reconoce.

Me sonrió encantadoramente, mientras sus ojos analizaban mi cara y me quitaba un mechón, para luego besarme apasionadamente, mientras su mano doblaba una de mis piernas y acariciaba la pantorrilla debajo del pantalón.

– Buenos días _____ – dijo sonriente en mis labios rozando su nariz con la mía.
– En serio que sí estás loco, ¿te caíste de niño y te golpeaste la cabeza?
– No, me la golpeó una hermosa desconocida la noche de un martes y ella fue la que me hizo enloquecer – respondió mientras besaba mi cuello.
– ¿Así que estás loco por una desconocida? – pregunté sonriendo con los ojos cerrados, siguiéndole el juego.
– Sí, no sé que me ha hecho, creo que me embrujó – respondió lengüeteando el lóbulo de mi oreja mientras se abría paso para que nuestros sexos se rozaran.
– Deberías hacerte una limpia para librarte del hechizo – dije acariciándole lentamente la espalda.
– No se me había ocurrido, gracias por el consejo.

Volvió a besarme en los labios mientras mis manos jugaban con su cabello y movía mi pelvis acompasadamente con la suya. Bajó dando pequeños besos a mi cuello, yo jadeé acariciando el suyo.

– Tom, ya basta – dije con un hilo de voz sintiendo como se elevaba mi temperatura – no podemos continuar con esto y menos aquí.
– Vamos a mi habitacion, entonces.
– Por supuesto que no, Zayn no tarda en regresar.

– Tenías que recordármelo – dijo molesto – está bien, por ahora lo dejaremos así.



Hola!!! Bueno aqui estan los otros caps ... xD ojala y les este gustando ... Recuerden que si no hay comentarios no subo y me demoro hasta que vea comentarios .... Bueo que esten bien y cuidense mucho :)