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jueves, 12 de diciembre de 2013

Capitulos de Maratom

CAPITULO 10
Subió mi camisa lentamente con sus manos en tanto acariciaba la piel que iba quedando al desnudo, besó y lamió mi abdomen, bajó hacia mi cintura, siguió subiendo la polera hasta descubrir mi sostén que era negro de encaje, sonrió al mirar la prenda y me dio pequeños besos en el nacimiento de los senos, me enderecé un poco y me quitó la camisa completamente. Se acercó a mis labios y los rozó con los suyos, cerré los ojos esperando recibir su lengua, pero, no llegó, quise tomar la iniciativa, pero se separo, con su lengua recorrió mi oreja, jugueteó un rato con mi lóbulo mientras sostenía mis manos para evitar que lo tocara. Después me quitó los zapatos y el pantalón y con sus dientes bajo mi ropa interior, primero de un lado y después del otro, yo ya estaba completamente excitada, mi respiración era pesada y jadeaba al sentir sus caricias, ya lo necesitaba dentro de mí, él lo sabía, pero me estaba llevando al extremo, terminó por quitarme el tanga y después el sostén.

Me hizo acostarme boca abajo, hizo a un lado mi cabello y me besó uno de mis hombros, fue dejando besos hasta llegar al otro hombro y después bajó besando y lamiendo a lo largo de mi columna vertebral mientras sus dedos se deslizaban suavemente por toda mi espalda y por mis costados, yo estaba completamente húmeda y vuelta loca por querer sentirlo dentro de mí. Me besó la cintura y con las yemas de sus dedos acarició lentamente mis nalgas y bajó a mis muslos.

– Por favor – dije en un susurro suplicante.

– Por favor, ¿qué? – musitó en mi oído mientras sus dedos acariciaban mis brazos.

– Ya fue suficiente tortura – respondí con un hilo de voz.

– ¿Y qué es lo que quieres?, – preguntó en mi oído mientras frotaba su sexo contra mis nalgas – dímelo – agregó exhalando en mi oreja.

– Deja de jugar ya, hazme tuya.

– ¿Quieres que te haga mía ahora?

– Sí… te lo suplico.

Sentí que se levantó de la cama, yo entré en pánico, me di la vuelta y me enderecé, lo vi sacando un condón de su pantalón y poniéndoselo mientras yo me acosté boca arriba, él se subió a la cama, yo abrí las piernas, dándole la bienvenida a disfrutar de mi cuerpo, pero, él otra vez volvió a torturarme y sólo me frotaba muy suavemente, mientras yo me retorcía porque se introdujera de una vez por todas.

– Basta de juegos, ya no soporto – supliqué casi con lágrimas en los ojos.

– ¿Qué es lo que no soportas? – preguntó colocando su cuerpo encima del mío.

– Lo que estás haciendo, necesito tenerte dentro ahora – ordené.

– ¿Me extrañaste? – preguntó entrando en mí finalmente de un tirón.

– Sí – grité cuando su masculinidad cubrió todo mi interior.

– ¿Cuánto? – preguntó con la voz distorsionada moviéndose afuera y adentro.

– Mucho – apenas y pude responder entre gemidos.

– ¿Mucho? – repitió mientras disminuía el ritmo de sus movimientos.

– Muchísimo – exclamé tratando de alcanzar su rostro para besarlo.

– Demuéstrame que tanto.

Entonces, lo aprisioné con mis piernas y empecé a moverme rápidamente, sus manos las tenía a mis costados apoyadas en la cama, yo subí las mías y las puse en su espalda apretándosela con cada movimiento que se iba intensificando, no sabía cómo definir los sonidos que escapaban de mi boca, por la intensa excitación de sentirlo dentro, como entraba y salía de mí mientras él gruñía, tenía las mismas ansias y la misma necesidad que yo. Hizo los movimientos finales para llegar al orgasmo al mismo tiempo que yo y gritamos juntos, se dejó caer encima de mí y así se quedó un buen rato sin retirar su miembro de mi interior, que se lo agradecí infinitamente.

Esa noche lo hicimos de diversas formas, con urgencia, no quedó un solo centímetro de mi cuerpo que no haya quedado cubierto por sus besos y sus caricias y, entonces, comprendí que no importaba cuanto luchara, yo lo necesitaba y no podía dejarlo, no cuando me brindaba todo ese universo de posibilidades que ni siquiera mi mente retorcida podía crear, era completamente adicta a él y no me importaba nada con tal de seguir disfrutando de su cuerpo, de sus besos y de sus dedos acariciándome, me declaré vencida y no iba a volver a alejarme de él.

Una vez más colapsamos juntos, nuestros cuerpos estaban repletos de sudor, nuestras respiraciones erráticas y el pulso hasta las nubes. Se acostó a un lado de mí mientras su ritmo cardiaco y su respiración regresaban a la normalidad al igual que los míos, nos quedamos en silencio mirando hacia el techo, yo estaba buscando la forma de preguntarle si él era quien me había llamado cuando un fuerte trueno se escuchó seguido de una intensa lluvia, yo me abracé a él sin poder evitarlo.

– ¿Te asustan las tormentas? – preguntó extrañado.

– Sí, desde niña – respondí con toda la vergüenza del mundo, algo completamente absurdo después de todo lo que habíamos hecho, quizá por eso me sentí tonta al admitir mi temor.

– No pasa nada, la lluvia es algo muy normal, vital para la vida, además, no estás sola.

– Lo sé, es sólo que – recordé las famosas reglas y guardé silencio – no importa.

– Tranquila, me quedaré aquí hasta que pase – dijo acariciando suavemente mi hombro.

– ¿De verdad?

– Sí, no traigo coche y no quiero mojarme.

Mi ilusión se desvaneció en el aire, por un segundo pensé que se quedaría sólo por hacerme compañía, pero supuse que eso rompería la regla de los lazos afectivos, así que me separé de él y me volteé dándole la espalda, me abracé a la almohada hasta que me quedé profundamente dormida.

Un ruido me despertó, me pareció que era la puerta al cerrarse, pero al enfocar mi vista en ella no había nadie, miré mi reloj y eran las 10:45 de la mañana, entonces me levanté a toda prisa de la cama y cuando terminé de vestirme caí en la cuenta de que era sábado, sola me reí y moví la cabeza. Tomé mi bolso de la mesa y me encontré otra nota escrita en computadora “Recuerda que después de la tempestad viene la calma, la vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso”, volví a leerla varias veces, no comprendí el mensaje de trasfondo si es que lo había, la guardé en mi bolso y salí de la habitación, no sin antes voltear hacia la cama y recordar lo que había pasado en ella, el desorden era prueba fiel de la noche más desenfrenada y placentera de mi vida, una amplia sonrisa apareció en mis labios y salí rumbo a mi departamento.

Tomé un largo baño, mientras imágenes de lo sucedido la noche anterior se repetían, sus besos, sus gemidos, sus caricias, todo lo tenía tatuado en mi mente y en mi piel, me sentía satisfecha como nunca antes y estaba decidida a seguir con él, no podía renunciar a todo lo que me hacía sentir, quizá con el tiempo se olvidaría de las reglas y me mostraría quien era en realidad, pero, extrañamente, yo no estaba muy segura de que él supiera quién era yo, me asustaba la idea de que no le agradara ___, la chica correcta y de futuro prometedor en el mundo de la publicidad y ese pensamiento me llevó a Zayn, aún lo amaba, él me completaba de una manera muy diferente, pero en ese instante no quise pensar más, recordé las palabras de Victoria: “disfruta del momento sin pensar en el después” y eso era lo que iba a hacer.
Después de lavar la ropa y medio recoger el departamento, me tumbé en el sillón a ver televisión, aún tenía un par de horas antes de arreglarme para ir a cenar con Zayn, Victoria y su esposo. Fui cambiando de canal en canal y en uno encontré el anuncio de una nueva marca de ropa juvenil que lanzarían próximamente y de la que nosotros nos estábamos haciendo cargo de promocionar, ese comercial lo habíamos hecho en la agencia y siempre me gustaba ver lo que hacíamos. De repente, el cansancio me venció y me quede ahí dormida, cuando abrí los ojos me di cuenta que pasaban de las seis, tenía el tiempo justo para arreglarme, al levantarme del sillón sonó el teléfono, me recargué en el respaldo y lo contesté.

– Hola.

– Hola mi amor, ¿cómo estás? – exclamó Zayn de lo más amoroso.

– Bien, ¿y tú?

– Extrañándote.

– Yo también – dije tratando de sonar sincera.

– Amor, te tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieres primero?

– A ver, empecemos con la buena.

– Tengo dos pases para el juego de los Gigantes de Nueva York del próximo lunes, en palco preferencial, ¿qué tal, eh?

– Grandioso, sabes que me encanta el futbol americano – exclamé sarcástica.

– Te gustaba cuando íbamos en la escuela, cariño.

– Pero, sólo porque jugabas tú – él formaba parte de la línea ofensiva.

– Vamos, será divertido, además hace mucho que no vamos a un partido de nada.

– Si cierta persona no fuera adicta al trabajo podríamos ir con más frecuencia.

– Por eso ahora que está la oportunidad te estoy invitando.

– Está bien, vayamos al partido y, ¿cuál es la mala noticia?

– Que no alcance vuelo para hoy y no podré llegar a la cena, perdón y dale mis disculpas a Victoria y Mauricio

– Está bien, no te preocupes – dije mientras pensaba que esa invitación al partido no era por nada, él ya sabía que nos dejaría colgados en la cena.

– Te mando muchos besos, te llamo cuando llegue mañana, recuerda que te amo.

– Yo también, cuídate.

Moví la cabeza mientras caminaba a mi habitación, no sabía que pensar, quizá por mis propias culpas pero empezaba a dudar que Zayn en realidad estuviera trabajando, cada vez eran más frecuentes esos viajes de fin de semana, de hecho en el último mes y medio no había estado conmigo ningún viernes ni sábado, pero si era así yo no tenía nada que recriminarle. Saqué mi ropa del armario y comencé a vestirme.


Eran las cinco de la tarde del lunes cuando me llamó Zayn para decirme que estaba a tres calles de mi oficina para irnos al partido y le dije que lo veía en la entrada del edificio. Apagué el ordenador, estaba por tomar mi bolso del cajón cuando sonó mi telefono y casi me da un paro cardíaco cuando vi de quien se trataba, no podía ser cierto, no, justo hoy, ¿por qué el destino se empeñaba en jugar conmigo?

– Hola – respondí con el corazón latiéndome a toda prisa.

– ¿Estás libre esta noche? – dijo de la forma más endemoniadamente sexy haciéndome dudar.

CAPITULO 11
– No… lo siento, un… compromiso previo – no podía cancelarle a Zayn, debía estar ya afuera esperándome y no tenía ningún pretexto que ponerle, sería exponerme demasiado a que se enterara de la verdad.
– Entiendo – exclamó serio.
– ¿Podría ser mañana? – pregunté con pánico.
– Quizá… buenas tardes.

Y colgó sin que yo pudiera decir más, me golpeé en la frente con el movil, era la primera vez que él me llamaba y yo no estaba disponible, aunque después vinieron a mi mente las palabras que Victoria me había dicho el sábado cuando Mauricio fue al baño, “que no sepa que te tiene en sus manos amiga, date a desear y no siempre estés disponible para él”, claro que ignoraba que era yo quien lo llamaba, así que suspiré mientras caminaba al ascensor, después de todo Victoria tenía razón.

En el trayecto hacía el estadio no hablamos mucho, a Zayn le sonaba frecuentemente el movil por cuestiones de trabajo y yo iba cruzada de brazos pensando en lo que podría estar haciendo en ese momento en lugar de estar atrapada en ese coche , suspiré y miré por fuera de la ventanilla hacia el cielo.

Llegamos al estadio y después de estacionar el auto caminamos a nuestros lugares, era un palco privado y me dio una perspectiva completamente diferente de lo que era asistir a presenciar un partido en vivo. Había una mesa larga con mantelenes, botellas, sodas, refrescos y una enorme hielera atestada de cervezas, un par de camareros nos llevaron a nuestro lugar, Zayn saludó y me presentó a las personas que ya había ahí. Nos ofrecieron de beber y, aunque no me gustaba mucho, pedí una cerveza y Zayn un whisky en las rocas, tomamos nuestros lugares y el partido dio inicio.

– Impresionante, ¿verdad? – me dijo él muy orgulloso.
– Sí, la verdad es que sí, ¿quién te consiguió los pases?
– Zayn, que bueno que sí pudiste venir, viejo – se escuchó una voz familiar que me hizo quedarme congelada en el asiento sin voltear.
– No podía desaprovechar la oportunidad – respondió mientras se ponía de pie y lo abrazaba fraternalmente – mira, te quiero presentar a mi novia, ven amor.

Levanté la cara lentamente, quizá podía tratarse de un juego de mi mente como la vez anterior, pasé saliva y al girar mi cuello completamente hacia la derecha mis ojos se toparon con su mirada topacio, el desconocido estaba justo ahí, parado al lado de mi novio con su gran sonrisa en el rostro y yo sentí que todo me daba vueltas. Zayn me extendió la mano y gracias a eso pude ponerme de pie torpemente.

– Cariño, te presento a Tom Kaulitz, uno de los inversionistas más jóvenes y exitosos del país – su mirada estaba clavada en mí sin inmutarse en lo absoluto – ella es ___, hermosa, inteligente y talentosísima mujer del mundo de la publicidad y, lo mejor, es la dueña de mis quincenas – bromeó Zayn mientras me abrazaba sosteniéndome de un hombro y yo me sentía desfallecer.
– Mucho gusto – dijo en tono neutral y me extendió la mano.

Pero, yo no quería estrechársela, ya conocía los efectos en mí cuando me tocaba, aunque esta situación era completamente diferente, pero no quería arriesgarme, ni siquiera podía hablar por el enorme estado de shock en el que me encontraba, sentía mis rodillas temblar y un trasudor recorrer mi cuerpo, si no fuera porque tenía a Zayn sujetado de la cintura ya me hubiera desvanecido. No entendía como él podía estar como si nada, como si en verdad fuera la primera vez que me veía en su vida, deseé tener la misma fortaleza o desfachatez, no sabía cómo calificar su actitud. Tomé un fuerte respiro y apreté con la mano a Zayn, casi enterrándole las uñas.

– Igualmente – respondí estrechándole la mano, pero la retiré con rapidez.
– Sin que me lo tomes a mal Zayn, tienes una novia muy linda – ¿cómo decía eso?
– Oh, yo lo sé, gracias, además es una excelente chica, la única que me aguanta el ritmo de trabajo y casi no se queja, por eso trato de complacerla lo más que se pueda – dijo de lo más amoroso mientras deslizaba un dedo en mi nariz.
– Sí, se ve que están muy enamorados – exclamó en un tono frío.
– ¿Te sientes bien ___? – preguntó Zayn mirándome preocupado.
– Un poco mareada, creo que la cerveza ya se me subió, necesito refrescarme, ire al baño.

Salí prácticamente corriendo al baño y una vez adentro me recargué en la puerta y me llevé las manos a la cara, ¿por qué me pasaba eso a mí?, ahora sí que el destino me había jugado una broma demasiado macabra, de todas las posibilidades que había de encontrármelo, jamás me imaginé que fuera con mi novio y mucho menos que se conocieran, pero, ¿de dónde?, yo conocía a todos los amigos y compañeros de Zayn , tendría que tratarse de algún cliente.

Y lo peor, era no tener la menor idea de lo que pasaba por su mente, aparte de empresario, ¿sería actor?, ¿cómo podía tener el rostro sin ninguna expresión?, ¿acaso sabría que me encontraría aquí?, no, por supuesto que no, aunque conociera a Zayn y supiera que tenía novia, no había forma de que supiera que yo era precisamente esa novia, además, no me habría llamado si hubiera sabido que estaría aquí.

Me acerqué al lavabo y dejé correr el agua, mojé mis manos y las puse en mi nuca y luego me mojé la cara, tomé varias toallitas de papel para secarme, estaba pálida como una hoja de papel, ¿cómo fui tan tonta para creer que ese jueguito iba a continuar por tiempo indefinido? Es tan típico que, cuando siempre te portas bien, el día que haces algo indebido te sale mal. Tocaron a la puerta y eso me hizo salir de mis pensamientos, tiré las toallitas al bote.

– ___, ¿estás bien? – preguntó Zayn del otro lado.
– Sí, todo bien.
– ¿Quieres que nos vayamos?
– No, te digo que fue la cerveza, pero ya se me pasó – respondí abriendo la puerta.
– Estás muy pálida, ¿seguro que te sientes bien?
– Sí, creo que se me bajó la presión, pero no te arruinaré – dije poniendo mi mano en su mejilla – esta noche – agregué ocultando el verdadero trasfondo de ese comentario.

Él sonrió, me dio un ligero beso en los labios, me tomó de la mano y nos dirigimos a nuestros lugares. Tom estaba parado frente a la mesa preparando unas bebidas, una chica estaba a su lado hablandole muy entusiasmada, era un poco bajita, de tez levemente morena, ojos cafés, cabello rojizo que le llegaba casi hasta la cintura y con una gran sonrisa, traía unos vaqueros y un jersey de los Gigantes, al parecer era fan del equipo. Vi que le acaricio el cabello a él y los celos me inundaron, pero, ¿cómo podía estar celosa?, era seguro que él tuviera a alguien en su vida. Nos acercamos y la chica saludo a Zayn.

– ¡Hola!, que bueno que viniste – exclamó entusiasmada saludándolo de beso en la mejilla.
– Hola, mira, te presento a mi novia ____, amor, ella es Julieta.
– Mucho gusto ___, moría por conocerte, no sabes lo bien que se expresa este hombre de ti, te tiene en un altar – dijo abrazándome como si fuéramos grandes amigas.
– Mucho gusto – respondí sintiéndome asfixiada.
– ¿Les sirvo algo? – preguntó Tom mientras le daba un vaso a Julieta obligándola a soltarme al fin.
– Yo quiero un whisky en las rocas – dijo Zayn de inmediato.
– Yo un refresco de naranja, por favor.
Vi como preparaba el whisky y luego tomó otro vaso y el refresco de naranja.
– ¿Hielo? – me preguntó mirándome.
– No, gracias – respondí esquivando la mirada.

Sirvió el refresco y tomó ambos vasos, a Brandon le entregó el suyo y a mí, el mío, rozando mis dedos cuando lo tomé, provocando que sintiera un escalofrío, vi que esbozo una sonrisa traviesa, sabía perfectamente el efecto que provocaba en mí.

Tomó a Julieta de la mano y caminaron a sus asientos, dejé que Zayn me abrazara y caminamos detrás de ellos, nos sentamos a su lado, Zayn junto a Tom, yo quedé en una esquina y miré al campo de juego, no tenía idea de lo que estaba pasando ahí, pero tenía que tratar de distraer mi mente. No sabía que iba a pasar ahora, era un hecho que él juego entre él y yo había terminado, las dos primeras reglas estaban quebrantadas totalmente, la tercera ya no importaba, era la más difícil de romper.

CAPITULO 12 (FIN DEL MARATOM)
Los minutos pasaban lentamente, cada que detenían el reloj en el juego mi corazón se detenía porque eso extendía la agonía de estar ahí, a tan sólo un asiento de distancia. Estaba a punto de pedirle a Zayn que nos fuéramos, pero la parte masoquista de mí no quería irse, lo más probable es que fuera la última vez que lo viera y quería guardar esos recuerdos, su sonrisa natural, tan encantadora como la retorcida, sus gritos por la emoción del partido, era un chico normal, que disfrutaba de la vida.

Cuando los Gigantes anotaban Julieta lo abrazaba emocionada, se sentía una conexión especial entre ellos y por un momento deseé ser ella, yo conocía al amante, pero ella conocía al hombre y era afortunada por eso, no estaba limitada a ninguna regla y disfrutaba de ambas facetas, la sonrisa en su rostro me lo demostraba y yo sabía perfectamente lo que Tom te hacía sentir en la cama. Sentí que iba a romper en llanto y fui al baño otra vez.

Me mojé de nuevo la cara, no podía llorar, no debía, había sido una aventura que no podía tener un final feliz, quise jugar con fuego y me quemé, ¿por qué me afectaba tanto que tuviera novia?, yo tenía a Zayn y a Tom parecía no importarle, estábamos bajo las mismas condiciones, “la vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso”, ¿acaso a esto se refería?, ¿él y yo estábamos buscando un equilibrio en nuestras vidas amorosas? Suspiré apoyada en el lavabo, después salí del baño y me acerqué a la mesa a servirme otro jugo.

– ¿Disfrutando del partido? – susurró en mi oído erizando mi piel, pero, ¿qué pretendía?
– No tanto como tú – respondí sin mirarlo tratando de calmar los latidos de mi corazón.
– ¿No te emociona tanto porque tu novio no está en el terreno de juego? – volteé a verlo más que sorprendida – él me contó que jugaba cuando iba en la escuela.
– ¿De dónde lo conoces? supongo que dadas las circunstancias te puedo preguntar lo que quiera – dije dándome la vuelta para enfrentarlo, pero dejé una mano en la mesa y la otra me la puse en la cintura.
– Hace un par de semanas cerramos un negocio – dijo sonriendo, quizá por mi comentario anterior – por cierto, es muy talentoso con los números… y ya veo que para otra cosa también – agregó poniendo su mano en la mesa y rozando la mía, pero yo la retiré nerviosa.
– ¿Por qué me llamaste en la tarde?, no me digas que no sabías que vendrías aquí.
– No pensaba hacerlo – puso su pie pegado al mío – pero, en vista de que no estabas disponible, no tuve otra opción, jamás me imaginé que tu compromiso fuera este.
– La vida es un equilibrio – dije irónicamente – no me la paso teniendo sexo todo el día – agregué un tanto seria.
– Yo tampoco – dijo muy sonriente – aunque… con cierta “desconocida” de ojos color cafeces con la que estuve toda la noche del viernes – se acercó a mi oído – sí podría – agregó en tono sensual disparando todos mis sentidos.
– Basta de juegos… eso no puede continuar, tus reglas están rotas – aseguré haciéndome para atrás.
– En ese caso… disfruta de este otro juego – soltó una risita – es decir, del partido – me guiñó un ojo y luego caminó hacia su lugar.

Yo me quedé ahí parada, sosteniéndome del filo de la mesa, tratando de regular mi respiración, ¿qué se traía entre manos?, cómo podía ser tan cínico de coquetearme de esa manera cuando su novia estaba ahí y además Zayn, ¿acaso no le importaba que se dieran cuenta?, ¿ahora ese era su juego? Moví la cabeza y me fui a mi lugar.

El partido terminó, ganaron los Gigantes y Julieta propuso ir a cenar, para celebrar, pero yo les dije que me dolía la cabeza y que mañana tenía que estar muy temprano en la oficina para armar una nueva campaña.

– Ni modo, tú te lo pierdes – dijo Julieta sonriendo – en verdad me dio mucho gusto conocerte – agregó mientras yo pensaba si le daría el mismo gusto saber que me había revolcado con su novio en más de una ocasión.
– El trabajo es primero, ya habrá oportunidad de convivir en otra ocasión – intervino Zayn haciendo que yo entrara en pánico, no, yo no podía volver a convivir con ellos.
– Viejo, es bueno trabajar, pero no olvidándose de la diversión – dijo Tom mirándome.
– Tú porque eres millonario, pero uno que es un simple mortal tiene que echarle todas las ganas al trabajo para conseguir lo que uno quiere – rebatió Zayn.
– El dinero no lo es todo Zayn, hay que darse tiempo para los placeres que la vida nos da o, ¿tú qué opinas… ____?
– Que la vida es un equilibrio – repetí desviando mi mirada.
– ¿Lo ves Zayn?, no todo puede ser trabajo.
– Tienes razón Tom, tienes razón, otro día vamos a cenar.
– Un viernes por ejemplo, para así no tener que levantarse temprano al otro día – propuso Julieta que sostenía a Tom de un brazo.
– Claro – dijo Zayn titubeante.

Nos despedimos, Julieta volvió a abrazarme mientras Zayn y Tom hacían lo mismo, definitivamente algo le debía a la vida y ahora me lo estaba cobrando muy caro. Me despedí de mano de Tom que me regaló otra de sus sonrisas y abracé a Zayn mientras caminábamos al coche. Agradecía que al fin pudiéramos estar solos porque así podría buscar las respuestas que Tom evidentemente no me daría.

– ¿Son geniales, verdad? – exclamó Zayn al subir al coche, que bueno que él había sacado el tema, así no me vería tan obvia en mis preguntas.
– Sí, ¿cómo fue que los conociste?
– Hace un par de semanas, Tom fue a la casa de bolsa y ya sabes cómo es Ryan , de inmediato me lo mando, estuvimos hablando de negocios y el día que firmamos el contrato fuimos a cenar y llevó a Julieta.
– ¿Es su novia?
– Pues a mí me la presentó como su amiga, creo que se conocen hace muchos años, pero quizá son amigos con derechos.
– Quizá – dije mientras miraba hacia la noche.

En el trayecto a mi departamento me quede dormida, Zayn me despertó suavemente cuando llegamos, adormilada le di un beso y bajé de su coche. Al entrar a mi habitación pudo más mi curiosidad que mi cansancio, así que encendí el ordenador y mientras tanto me puse el pijama. Una vez conectada a internet me metí en Google, quizá encontraría alguna información de él. Con los dedos un poco temblorosos tecleé su nombre y aparecieron varias páginas, entré a una donde estaba una especie de biografía.

Tom Kaulitz
Nació el 1 de Septiembre de 1989 en la ciudad de Leipinzing, Alemania. Tiene una hermana mayor llamada Caroline Kaulitz, hijo del matrimonio conformado por los Alemanes Gordon Kaulitz gran empresario bancario y Simone Trumper, reconocida pintora a lo largo del mismo país.
De niño tomo clases de piano,trompeta y de bateria, pero siempre mostró su inquietud por los negocios. Estudió en las escuelas más prestigiadas del país y siempre obtuvo las mejores calificaciones. Es egresado de la universidad de Harvard donde cursó Administración de empresas y cuenta con una maestría en Economía de la misma institución.
Actualmente es dueño de una pequeña cadena de hoteles que inició con el Rose Imperial de la ciudad de Nueva Jersey, donde radica por temporadas, su residencia oficial está en Seattle, muy cercana a la de sus padres y también tiene una casa de descanso en Las Vegas.
Desde temprana edad mostró su inquietud por las chicas, ganándose a pulso en la Educacion Secundaria Obligatoria y en la universidad la fama de conquistador que ahora lo ha llevado a ser considerado el soltero más codiciado del medio en el que se desenvuelve.
Es socio y vicepresidente de la fundación que inició hace 15 años su padre, la cual se dedica a ayudar a personas con enfermedades terminales.

Eché un vistazo en otras páginas y, en una de sociales, había fotos de la boda de su hermano, me sorprendió ver que estaba casado con una de las más importantes modelos del país, Diana Ross, quien era la imagen exclusiva del nuevo perfume del que había estado eligiendo las fotos hace pocas semanas.

Y donde casi me caigo de la silla fue cuando mi mente proceso que su hermana es nada más y nada menos que Caroline Kaulitz, la nueva diseñadora a la que le estábamos organizando el evento del lanzamiento de su línea de ropa y que sería el jueves de la semana siguiente precisamente en uno de los salones del Hotel Rose Imperial.
Parecía ser un chico ejemplar, a excepción de su fama de playboy, “algún defecto debería de tener, nadie es perfecto”, me dije en voz alta. Me llevé las manos a la cabeza, sin poder dar crédito a que él fuera el dueño del hotel donde me citaba, ahora comprendía muchas cosas, porque siempre íbamos a la misma habitación, porque sabía lo de las cámaras en los elevadores y lo del servicio a cuarto las 24 horas.
Esa noche casi no pude dormir, tenía demasiadas dudas en mi cabeza y debía reconocer que una gran parte de mí iba a extrañar esos encuentros, pero me quedaba claro que ya no podían ser, no cuando él conocía a Zayn y cuando yo había comprobado que tenía a alguien en su vida, cualquiera que fuera la relación que llevaran, una cosa era tener la sospecha y otra muy diferente corroborarlo de primera mano, además ella era una buena chica, hasta podríamos ser amigas.

Al día siguiente llegue muy temprano a la oficina, tenía que mantener mi mente ocupada lo más que pudiera o me volvería completamente loca. Como a la media hora llegó Olivia que se sorprendió de verme ahí a esa hora.

A mediodía me llamó Victoria para contarme que había peleado con Mauricio, al parecer su relación se estaba acabando de a poco, me llamó muchísimo la atención algo que me dijo “ahora entiendo que todo debe ser equilibrado, ni puro amor ni puro sexo, lo ideal es una combinación de ambas cosas, tómalo en cuenta __ para cuando te cases, el deseo no es suficiente, si no hay amor en algún momento se termina la pasión”. Me quedé pensando en sus palabras y tenía razón, yo tenía el amor de Zayn y la pasión de Tom, ambos me daban el equilibrio, pero separados la balanza se inclinaba hacia alguno de los lados, que difíciles son las relaciones humanas.

Los días se me habían pasado volando, a pesar de que no dormía mucho y sentía la necesidad de llamar a Tom, pero ahora no podría resistir que su telefono me mandara al buzón, además él no daba ninguna señal de querer estar conmigo y yo no iba a rogarle ahora que ambos sabíamos quiénes éramos en realidad.
Me miré al espejo después de terminar de arreglarme, hoy era la fiesta del lanzamiento de la línea de ropa de Caroline Kaulitz y ella se había empeñado en que Olivia y yo vistiéramos uno de sus modelos. Mi amiga eligió el más atrevido, yo me quedé con uno verde que me llegaba justo arriba de la rodilla, tenía descubierta la espalda y se unía por el cuello en una tira que bajaba por ambos lados al frente, así que tenía un escote, era un poco volado y de una tela finísima. Me coloqué encima la estola verde también, tomé mi bolso y salí rumbo al conocido hotel que no había pisado hacía dos semanas, claro que el propósito de esta visita era muy diferente.

Fui la primera en llegar, me aseguré que todo estuviera en orden, la plataforma para el desfile estaba lista, las sillas acomodadas, la enorme mesa con los bocadillos y las bebidas, el lugar donde se colocaría la poca prensa que habría, los meseros perfectamente vestidos, un chico estaba haciendo la prueba de sonido, todo iba marchando de acuerdo a lo planeado. Minutos después llegó Olivia y dimos las últimas indicaciones a los edecanes que recibirían a los invitados.

– ¿No va a venir Zayn? – me preguntó Olivia mientras se retocaba el maquillaje.
– No, tuvo que viajar a San Francisco, creo que regresa el sábado.
– Ah vale, hace mucho que no lo veo.
– Yo también, bueno, desde el domingo que fuimos al cine, y tú, ¿por qué no invitaste a tu nuevo amor?
– Tenía otro compromiso.


Alrededor de las siete empezaron a llegar los asistentes y mis piernas me temblaron al ver entrar a Jaxon y Diana, señal de que Tom en algún momento se presentaría, era lógico que toda la familia estuviera presente y yo me debatía por dentro, a una parte de mí le daba miedo volver a verlo, pero la otra se moría de ganas de mirarlo aunque fuera a lo lejos.



Hola!! Bueno aqui estan los tres caps de Hoy, siento mucho no haber agregado caps el martes y ayer pero el martes andaba por oaxaca ya que acompañe a mi mama a consulta, y ayer porque no estaba de animos, me paso una cosa que mejor ni recordarla, mañana a la mejor no agrege, tengo expocision para el sabado y tengo que estudiar pero el sabado es un hecho, Bueno que esten bien y nos vemos pronto, ADIOS :)

3 comentarios:

  1. oooh!! esta buenísima!! a cabo de leer todo me encanto y ahora que pasara... por favor continua ! :D

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  2. Te juro que moriii!! Obvio tendrían que encontrarse en cualquier momento pero fue pronto y de que maneraaa..
    Hay Tom yo creo q tu igual quieres estar con (tn) aprovechen que estan en el mismo hotel!!

    Yo creo que Zyan la engaña estoy seguraaa..

    Siguelaa esta de lujo la fic. Me encantoo ;)

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  3. :O esta buenisimaaaaaaaa la fiiic jajaja no puedo creer q Tom conosca a Zayn q casualidad jajaja q fuerte fue eso para (Tu nombre) y yo creo lo mismo q Zayn tambien la engaña :s

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