CAPITULO 10
Subió mi camisa lentamente con sus manos en tanto
acariciaba la piel que iba quedando al desnudo, besó y lamió mi abdomen, bajó
hacia mi cintura, siguió subiendo la polera hasta descubrir mi sostén que era
negro de encaje, sonrió al mirar la prenda y me dio pequeños besos en el
nacimiento de los senos, me enderecé un poco y me quitó la camisa
completamente. Se acercó a mis labios y los rozó con los suyos, cerré los ojos
esperando recibir su lengua, pero, no llegó, quise tomar la iniciativa, pero se
separo, con su lengua recorrió mi oreja, jugueteó un rato con mi lóbulo
mientras sostenía mis manos para evitar que lo tocara. Después me quitó los
zapatos y el pantalón y con sus dientes bajo mi ropa interior, primero de un
lado y después del otro, yo ya estaba completamente excitada, mi respiración
era pesada y jadeaba al sentir sus caricias, ya lo necesitaba dentro de mí, él
lo sabía, pero me estaba llevando al extremo, terminó por quitarme el tanga y
después el sostén.
Me hizo acostarme boca abajo, hizo a un lado mi cabello y
me besó uno de mis hombros, fue dejando besos hasta llegar al otro hombro y
después bajó besando y lamiendo a lo largo de mi columna vertebral mientras sus
dedos se deslizaban suavemente por toda mi espalda y por mis costados, yo
estaba completamente húmeda y vuelta loca por querer sentirlo dentro de mí. Me
besó la cintura y con las yemas de sus dedos acarició lentamente mis nalgas y
bajó a mis muslos.
– Por favor – dije en un susurro suplicante.
– Por favor, ¿qué? – musitó en mi oído mientras sus dedos
acariciaban mis brazos.
– Ya fue suficiente tortura – respondí con un hilo de
voz.
– ¿Y qué es lo que quieres?, – preguntó en mi oído
mientras frotaba su sexo contra mis nalgas – dímelo – agregó exhalando en mi
oreja.
– Deja de jugar ya, hazme tuya.
– ¿Quieres que te haga mía ahora?
– Sí… te lo suplico.
Sentí que se levantó de la cama, yo entré en pánico, me
di la vuelta y me enderecé, lo vi sacando un condón de su pantalón y
poniéndoselo mientras yo me acosté boca arriba, él se subió a la cama, yo abrí
las piernas, dándole la bienvenida a disfrutar de mi cuerpo, pero, él otra vez
volvió a torturarme y sólo me frotaba muy suavemente, mientras yo me retorcía
porque se introdujera de una vez por todas.
– Basta de juegos, ya no soporto – supliqué casi con
lágrimas en los ojos.
– ¿Qué es lo que no soportas? – preguntó colocando su
cuerpo encima del mío.
– Lo que estás haciendo, necesito tenerte dentro ahora –
ordené.
– ¿Me extrañaste? – preguntó entrando en mí finalmente de
un tirón.
– Sí – grité cuando su masculinidad cubrió todo mi
interior.
– ¿Cuánto? – preguntó con la voz distorsionada moviéndose
afuera y adentro.
– Mucho – apenas y pude responder entre gemidos.
– ¿Mucho? – repitió mientras disminuía el ritmo de sus
movimientos.
– Muchísimo – exclamé tratando de alcanzar su rostro para
besarlo.
– Demuéstrame que tanto.
Entonces, lo aprisioné con mis piernas y empecé a moverme
rápidamente, sus manos las tenía a mis costados apoyadas en la cama, yo subí
las mías y las puse en su espalda apretándosela con cada movimiento que se iba
intensificando, no sabía cómo definir los sonidos que escapaban de mi boca, por
la intensa excitación de sentirlo dentro, como entraba y salía de mí mientras
él gruñía, tenía las mismas ansias y la misma necesidad que yo. Hizo los
movimientos finales para llegar al orgasmo al mismo tiempo que yo y gritamos
juntos, se dejó caer encima de mí y así se quedó un buen rato sin retirar su
miembro de mi interior, que se lo agradecí infinitamente.
Esa noche lo hicimos de diversas formas, con urgencia, no
quedó un solo centímetro de mi cuerpo que no haya quedado cubierto por sus
besos y sus caricias y, entonces, comprendí que no importaba cuanto luchara, yo
lo necesitaba y no podía dejarlo, no cuando me brindaba todo ese universo de
posibilidades que ni siquiera mi mente retorcida podía crear, era completamente
adicta a él y no me importaba nada con tal de seguir disfrutando de su cuerpo,
de sus besos y de sus dedos acariciándome, me declaré vencida y no iba a volver
a alejarme de él.
Una vez más colapsamos juntos, nuestros cuerpos estaban
repletos de sudor, nuestras respiraciones erráticas y el pulso hasta las nubes.
Se acostó a un lado de mí mientras su ritmo cardiaco y su respiración
regresaban a la normalidad al igual que los míos, nos quedamos en silencio
mirando hacia el techo, yo estaba buscando la forma de preguntarle si él era
quien me había llamado cuando un fuerte trueno se escuchó seguido de una
intensa lluvia, yo me abracé a él sin poder evitarlo.
– ¿Te asustan las tormentas? – preguntó extrañado.
– Sí, desde niña – respondí con toda la vergüenza del
mundo, algo completamente absurdo después de todo lo que habíamos hecho, quizá
por eso me sentí tonta al admitir mi temor.
– No pasa nada, la lluvia es algo muy normal, vital para
la vida, además, no estás sola.
– Lo sé, es sólo que – recordé las famosas reglas y
guardé silencio – no importa.
– Tranquila, me quedaré aquí hasta que pase – dijo
acariciando suavemente mi hombro.
– ¿De verdad?
– Sí, no traigo coche y no quiero mojarme.
Mi ilusión se desvaneció en el aire, por un segundo pensé
que se quedaría sólo por hacerme compañía, pero supuse que eso rompería la
regla de los lazos afectivos, así que me separé de él y me volteé dándole la
espalda, me abracé a la almohada hasta que me quedé profundamente dormida.
Un ruido me despertó, me pareció que era la puerta al
cerrarse, pero al enfocar mi vista en ella no había nadie, miré mi reloj y eran
las 10:45 de la mañana, entonces me levanté a toda prisa de la cama y cuando
terminé de vestirme caí en la cuenta de que era sábado, sola me reí y moví la
cabeza. Tomé mi bolso de la mesa y me encontré otra nota escrita en computadora
“Recuerda que después de la tempestad viene la calma, la vida es un equilibrio
y no podemos ir en contra de eso”, volví a leerla varias veces, no comprendí el
mensaje de trasfondo si es que lo había, la guardé en mi bolso y salí de la
habitación, no sin antes voltear hacia la cama y recordar lo que había pasado
en ella, el desorden era prueba fiel de la noche más desenfrenada y placentera
de mi vida, una amplia sonrisa apareció en mis labios y salí rumbo a mi
departamento.
Tomé un largo baño, mientras imágenes de lo sucedido la
noche anterior se repetían, sus besos, sus gemidos, sus caricias, todo lo tenía
tatuado en mi mente y en mi piel, me sentía satisfecha como nunca antes y
estaba decidida a seguir con él, no podía renunciar a todo lo que me hacía
sentir, quizá con el tiempo se olvidaría de las reglas y me mostraría quien era
en realidad, pero, extrañamente, yo no estaba muy segura de que él supiera
quién era yo, me asustaba la idea de que no le agradara ___, la chica correcta
y de futuro prometedor en el mundo de la publicidad y ese pensamiento me llevó
a Zayn, aún lo amaba, él me completaba de una manera muy diferente, pero en ese
instante no quise pensar más, recordé las palabras de Victoria: “disfruta del
momento sin pensar en el después” y eso era lo que iba a hacer.
Después de lavar la ropa y medio recoger el departamento,
me tumbé en el sillón a ver televisión, aún tenía un par de horas antes de
arreglarme para ir a cenar con Zayn, Victoria y su esposo. Fui cambiando de
canal en canal y en uno encontré el anuncio de una nueva marca de ropa juvenil
que lanzarían próximamente y de la que nosotros nos estábamos haciendo cargo de
promocionar, ese comercial lo habíamos hecho en la agencia y siempre me gustaba
ver lo que hacíamos. De repente, el cansancio me venció y me quede ahí dormida,
cuando abrí los ojos me di cuenta que pasaban de las seis, tenía el tiempo
justo para arreglarme, al levantarme del sillón sonó el teléfono, me recargué
en el respaldo y lo contesté.
– Hola.
– Hola mi amor, ¿cómo estás? – exclamó Zayn de lo más
amoroso.
– Bien, ¿y tú?
– Extrañándote.
– Yo también – dije tratando de sonar sincera.
– Amor, te tengo dos noticias, una buena y una mala,
¿cuál quieres primero?
– A ver, empecemos con la buena.
– Tengo dos pases para el juego de los Gigantes de Nueva
York del próximo lunes, en palco preferencial, ¿qué tal, eh?
– Grandioso, sabes que me encanta el futbol americano –
exclamé sarcástica.
– Te gustaba cuando íbamos en la escuela, cariño.
– Pero, sólo porque jugabas tú – él formaba parte de la
línea ofensiva.
– Vamos, será divertido, además hace mucho que no vamos a
un partido de nada.
– Si cierta persona no fuera adicta al trabajo podríamos
ir con más frecuencia.
– Por eso ahora que está la oportunidad te estoy
invitando.
– Está bien, vayamos al partido y, ¿cuál es la mala
noticia?
– Que no alcance vuelo para hoy y no podré llegar a la
cena, perdón y dale mis disculpas a Victoria y Mauricio
– Está bien, no te preocupes – dije mientras pensaba que
esa invitación al partido no era por nada, él ya sabía que nos dejaría colgados
en la cena.
– Te mando muchos besos, te llamo cuando llegue mañana,
recuerda que te amo.
– Yo también, cuídate.
Moví la cabeza mientras caminaba a mi habitación, no
sabía que pensar, quizá por mis propias culpas pero empezaba a dudar que Zayn
en realidad estuviera trabajando, cada vez eran más frecuentes esos viajes de
fin de semana, de hecho en el último mes y medio no había estado conmigo ningún
viernes ni sábado, pero si era así yo no tenía nada que recriminarle. Saqué mi
ropa del armario y comencé a vestirme.
Eran las cinco de la tarde del lunes cuando me llamó Zayn
para decirme que estaba a tres calles de mi oficina para irnos al partido y le
dije que lo veía en la entrada del edificio. Apagué el ordenador, estaba por
tomar mi bolso del cajón cuando sonó mi telefono y casi me da un paro cardíaco
cuando vi de quien se trataba, no podía ser cierto, no, justo hoy, ¿por qué el
destino se empeñaba en jugar conmigo?
– Hola – respondí con el corazón latiéndome a toda prisa.
– ¿Estás libre esta noche? – dijo de la forma más
endemoniadamente sexy haciéndome dudar.
CAPITULO 11
– No… lo siento, un… compromiso previo – no podía cancelarle
a Zayn, debía estar ya afuera esperándome y no tenía ningún pretexto que
ponerle, sería exponerme demasiado a que se enterara de la verdad.
– Entiendo – exclamó serio.
– ¿Podría ser mañana? – pregunté con pánico.
– Quizá… buenas tardes.
Y colgó sin que yo pudiera decir más, me golpeé en la
frente con el movil, era la primera vez que él me llamaba y yo no estaba
disponible, aunque después vinieron a mi mente las palabras que Victoria me
había dicho el sábado cuando Mauricio fue al baño, “que no sepa que te tiene en
sus manos amiga, date a desear y no siempre estés disponible para él”, claro
que ignoraba que era yo quien lo llamaba, así que suspiré mientras caminaba al
ascensor, después de todo Victoria tenía razón.
En el trayecto hacía el estadio no hablamos mucho, a Zayn
le sonaba frecuentemente el movil por cuestiones de trabajo y yo iba cruzada de
brazos pensando en lo que podría estar haciendo en ese momento en lugar de
estar atrapada en ese coche , suspiré y miré por fuera de la ventanilla hacia
el cielo.
Llegamos al estadio y después de estacionar el auto
caminamos a nuestros lugares, era un palco privado y me dio una perspectiva
completamente diferente de lo que era asistir a presenciar un partido en vivo.
Había una mesa larga con mantelenes, botellas, sodas, refrescos y una enorme
hielera atestada de cervezas, un par de camareros nos llevaron a nuestro lugar,
Zayn saludó y me presentó a las personas que ya había ahí. Nos ofrecieron de
beber y, aunque no me gustaba mucho, pedí una cerveza y Zayn un whisky en las
rocas, tomamos nuestros lugares y el partido dio inicio.
– Impresionante, ¿verdad? – me dijo él muy orgulloso.
– Sí, la verdad es que sí, ¿quién te consiguió los pases?
– Zayn, que bueno que sí pudiste venir, viejo – se
escuchó una voz familiar que me hizo quedarme congelada en el asiento sin
voltear.
– No podía desaprovechar la oportunidad – respondió
mientras se ponía de pie y lo abrazaba fraternalmente – mira, te quiero
presentar a mi novia, ven amor.
Levanté la cara lentamente, quizá podía tratarse de un
juego de mi mente como la vez anterior, pasé saliva y al girar mi cuello
completamente hacia la derecha mis ojos se toparon con su mirada topacio, el
desconocido estaba justo ahí, parado al lado de mi novio con su gran sonrisa en
el rostro y yo sentí que todo me daba vueltas. Zayn me extendió la mano y
gracias a eso pude ponerme de pie torpemente.
– Cariño, te presento a Tom Kaulitz, uno de los
inversionistas más jóvenes y exitosos del país – su mirada estaba clavada en mí
sin inmutarse en lo absoluto – ella es ___, hermosa, inteligente y
talentosísima mujer del mundo de la publicidad y, lo mejor, es la dueña de mis
quincenas – bromeó Zayn mientras me abrazaba sosteniéndome de un hombro y yo me
sentía desfallecer.
– Mucho gusto – dijo en tono neutral y me extendió la
mano.
Pero, yo no quería estrechársela, ya conocía los efectos
en mí cuando me tocaba, aunque esta situación era completamente diferente, pero
no quería arriesgarme, ni siquiera podía hablar por el enorme estado de shock
en el que me encontraba, sentía mis rodillas temblar y un trasudor recorrer mi
cuerpo, si no fuera porque tenía a Zayn sujetado de la cintura ya me hubiera
desvanecido. No entendía como él podía estar como si nada, como si en verdad
fuera la primera vez que me veía en su vida, deseé tener la misma fortaleza o
desfachatez, no sabía cómo calificar su actitud. Tomé un fuerte respiro y apreté
con la mano a Zayn, casi enterrándole las uñas.
– Igualmente – respondí estrechándole la mano, pero la
retiré con rapidez.
– Sin que me lo tomes a mal Zayn, tienes una novia muy
linda – ¿cómo decía eso?
– Oh, yo lo sé, gracias, además es una excelente chica,
la única que me aguanta el ritmo de trabajo y casi no se queja, por eso trato
de complacerla lo más que se pueda – dijo de lo más amoroso mientras deslizaba
un dedo en mi nariz.
– Sí, se ve que están muy enamorados – exclamó en un tono
frío.
– ¿Te sientes bien ___? – preguntó Zayn mirándome
preocupado.
– Un poco mareada, creo que la cerveza ya se me subió,
necesito refrescarme, ire al baño.
Salí prácticamente corriendo al baño y una vez adentro me
recargué en la puerta y me llevé las manos a la cara, ¿por qué me pasaba eso a
mí?, ahora sí que el destino me había jugado una broma demasiado macabra, de
todas las posibilidades que había de encontrármelo, jamás me imaginé que fuera
con mi novio y mucho menos que se conocieran, pero, ¿de dónde?, yo conocía a
todos los amigos y compañeros de Zayn , tendría que tratarse de algún cliente.
Y lo peor, era no tener la menor idea de lo que pasaba
por su mente, aparte de empresario, ¿sería actor?, ¿cómo podía tener el rostro
sin ninguna expresión?, ¿acaso sabría que me encontraría aquí?, no, por
supuesto que no, aunque conociera a Zayn y supiera que tenía novia, no había
forma de que supiera que yo era precisamente esa novia, además, no me habría
llamado si hubiera sabido que estaría aquí.
Me acerqué al lavabo y dejé correr el agua, mojé mis
manos y las puse en mi nuca y luego me mojé la cara, tomé varias toallitas de
papel para secarme, estaba pálida como una hoja de papel, ¿cómo fui tan tonta
para creer que ese jueguito iba a continuar por tiempo indefinido? Es tan
típico que, cuando siempre te portas bien, el día que haces algo indebido te
sale mal. Tocaron a la puerta y eso me hizo salir de mis pensamientos, tiré las
toallitas al bote.
– ___, ¿estás bien? – preguntó Zayn del otro lado.
– Sí, todo bien.
– ¿Quieres que nos vayamos?
– No, te digo que fue la cerveza, pero ya se me pasó –
respondí abriendo la puerta.
– Estás muy pálida, ¿seguro que te sientes bien?
– Sí, creo que se me bajó la presión, pero no te
arruinaré – dije poniendo mi mano en su mejilla – esta noche – agregué
ocultando el verdadero trasfondo de ese comentario.
Él sonrió, me dio un ligero beso en los labios, me tomó
de la mano y nos dirigimos a nuestros lugares. Tom estaba parado frente a la
mesa preparando unas bebidas, una chica estaba a su lado hablandole muy
entusiasmada, era un poco bajita, de tez levemente morena, ojos cafés, cabello
rojizo que le llegaba casi hasta la cintura y con una gran sonrisa, traía unos
vaqueros y un jersey de los Gigantes, al parecer era fan del equipo. Vi que le
acaricio el cabello a él y los celos me inundaron, pero, ¿cómo podía estar
celosa?, era seguro que él tuviera a alguien en su vida. Nos acercamos y la
chica saludo a Zayn.
– ¡Hola!, que bueno que viniste – exclamó entusiasmada
saludándolo de beso en la mejilla.
– Hola, mira, te presento a mi novia ____, amor, ella es
Julieta.
– Mucho gusto ___, moría por conocerte, no sabes lo bien
que se expresa este hombre de ti, te tiene en un altar – dijo abrazándome como
si fuéramos grandes amigas.
– Mucho gusto – respondí sintiéndome asfixiada.
– ¿Les sirvo algo? – preguntó Tom mientras le daba un
vaso a Julieta obligándola a soltarme al fin.
– Yo quiero un whisky en las rocas – dijo Zayn de
inmediato.
– Yo un refresco de naranja, por favor.
Vi como preparaba el whisky y luego tomó otro vaso y el
refresco de naranja.
– ¿Hielo? – me preguntó mirándome.
– No, gracias – respondí esquivando la mirada.
Sirvió el refresco y tomó ambos vasos, a Brandon le
entregó el suyo y a mí, el mío, rozando mis dedos cuando lo tomé, provocando
que sintiera un escalofrío, vi que esbozo una sonrisa traviesa, sabía
perfectamente el efecto que provocaba en mí.
Tomó a Julieta de la mano y caminaron a sus asientos,
dejé que Zayn me abrazara y caminamos detrás de ellos, nos sentamos a su lado,
Zayn junto a Tom, yo quedé en una esquina y miré al campo de juego, no tenía
idea de lo que estaba pasando ahí, pero tenía que tratar de distraer mi mente.
No sabía que iba a pasar ahora, era un hecho que él juego entre él y yo había
terminado, las dos primeras reglas estaban quebrantadas totalmente, la tercera
ya no importaba, era la más difícil de romper.
CAPITULO 12 (FIN DEL MARATOM)
Los minutos pasaban lentamente, cada que detenían el
reloj en el juego mi corazón se detenía porque eso extendía la agonía de estar
ahí, a tan sólo un asiento de distancia. Estaba a punto de pedirle a Zayn que
nos fuéramos, pero la parte masoquista de mí no quería irse, lo más probable es
que fuera la última vez que lo viera y quería guardar esos recuerdos, su
sonrisa natural, tan encantadora como la retorcida, sus gritos por la emoción
del partido, era un chico normal, que disfrutaba de la vida.
Cuando los Gigantes anotaban Julieta lo abrazaba
emocionada, se sentía una conexión especial entre ellos y por un momento deseé
ser ella, yo conocía al amante, pero ella conocía al hombre y era afortunada
por eso, no estaba limitada a ninguna regla y disfrutaba de ambas facetas, la
sonrisa en su rostro me lo demostraba y yo sabía perfectamente lo que Tom te
hacía sentir en la cama. Sentí que iba a romper en llanto y fui al baño otra
vez.
Me mojé de nuevo la cara, no podía llorar, no debía,
había sido una aventura que no podía tener un final feliz, quise jugar con
fuego y me quemé, ¿por qué me afectaba tanto que tuviera novia?, yo tenía a
Zayn y a Tom parecía no importarle, estábamos bajo las mismas condiciones, “la
vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso”, ¿acaso a esto se
refería?, ¿él y yo estábamos buscando un equilibrio en nuestras vidas amorosas?
Suspiré apoyada en el lavabo, después salí del baño y me acerqué a la mesa a
servirme otro jugo.
– ¿Disfrutando del partido? – susurró en mi oído erizando
mi piel, pero, ¿qué pretendía?
– No tanto como tú – respondí sin mirarlo tratando de
calmar los latidos de mi corazón.
– ¿No te emociona tanto porque tu novio no está en el
terreno de juego? – volteé a verlo más que sorprendida – él me contó que jugaba
cuando iba en la escuela.
– ¿De dónde lo conoces? supongo que dadas las
circunstancias te puedo preguntar lo que quiera – dije dándome la vuelta para
enfrentarlo, pero dejé una mano en la mesa y la otra me la puse en la cintura.
– Hace un par de semanas cerramos un negocio – dijo
sonriendo, quizá por mi comentario anterior – por cierto, es muy talentoso con
los números… y ya veo que para otra cosa también – agregó poniendo su mano en
la mesa y rozando la mía, pero yo la retiré nerviosa.
– ¿Por qué me llamaste en la tarde?, no me digas que no
sabías que vendrías aquí.
– No pensaba hacerlo – puso su pie pegado al mío – pero,
en vista de que no estabas disponible, no tuve otra opción, jamás me imaginé
que tu compromiso fuera este.
– La vida es un equilibrio – dije irónicamente – no me la
paso teniendo sexo todo el día – agregué un tanto seria.
– Yo tampoco – dijo muy sonriente – aunque… con cierta “desconocida”
de ojos color cafeces con la que estuve toda la noche del viernes – se acercó a
mi oído – sí podría – agregó en tono sensual disparando todos mis sentidos.
– Basta de juegos… eso no puede continuar, tus reglas
están rotas – aseguré haciéndome para atrás.
– En ese caso… disfruta de este otro juego – soltó una
risita – es decir, del partido – me guiñó un ojo y luego caminó hacia su lugar.
Yo me quedé ahí parada, sosteniéndome del filo de la
mesa, tratando de regular mi respiración, ¿qué se traía entre manos?, cómo
podía ser tan cínico de coquetearme de esa manera cuando su novia estaba ahí y
además Zayn, ¿acaso no le importaba que se dieran cuenta?, ¿ahora ese era su
juego? Moví la cabeza y me fui a mi lugar.
El partido terminó, ganaron los Gigantes y Julieta
propuso ir a cenar, para celebrar, pero yo les dije que me dolía la cabeza y
que mañana tenía que estar muy temprano en la oficina para armar una nueva
campaña.
– Ni modo, tú te lo pierdes – dijo Julieta sonriendo – en
verdad me dio mucho gusto conocerte – agregó mientras yo pensaba si le daría el
mismo gusto saber que me había revolcado con su novio en más de una ocasión.
– El trabajo es primero, ya habrá oportunidad de convivir
en otra ocasión – intervino Zayn haciendo que yo entrara en pánico, no, yo no
podía volver a convivir con ellos.
– Viejo, es bueno trabajar, pero no olvidándose de la
diversión – dijo Tom mirándome.
– Tú porque eres millonario, pero uno que es un simple
mortal tiene que echarle todas las ganas al trabajo para conseguir lo que uno
quiere – rebatió Zayn.
– El dinero no lo es todo Zayn, hay que darse tiempo para
los placeres que la vida nos da o, ¿tú qué opinas… ____?
– Que la vida es un equilibrio – repetí desviando mi
mirada.
– ¿Lo ves Zayn?, no todo puede ser trabajo.
– Tienes razón Tom, tienes razón, otro día vamos a cenar.
– Un viernes por ejemplo, para así no tener que
levantarse temprano al otro día – propuso Julieta que sostenía a Tom de un
brazo.
– Claro – dijo Zayn titubeante.
Nos despedimos, Julieta volvió a abrazarme mientras Zayn
y Tom hacían lo mismo, definitivamente algo le debía a la vida y ahora me lo
estaba cobrando muy caro. Me despedí de mano de Tom que me regaló otra de sus
sonrisas y abracé a Zayn mientras caminábamos al coche. Agradecía que al fin
pudiéramos estar solos porque así podría buscar las respuestas que Tom
evidentemente no me daría.
– ¿Son geniales, verdad? – exclamó Zayn al subir al
coche, que bueno que él había sacado el tema, así no me vería tan obvia en mis
preguntas.
– Sí, ¿cómo fue que los conociste?
– Hace un par de semanas, Tom fue a la casa de bolsa y ya
sabes cómo es Ryan , de inmediato me lo mando, estuvimos hablando de negocios y
el día que firmamos el contrato fuimos a cenar y llevó a Julieta.
– ¿Es su novia?
– Pues a mí me la presentó como su amiga, creo que se
conocen hace muchos años, pero quizá son amigos con derechos.
– Quizá – dije mientras miraba hacia la noche.
En el trayecto a mi departamento me quede dormida, Zayn
me despertó suavemente cuando llegamos, adormilada le di un beso y bajé de su
coche. Al entrar a mi habitación pudo más mi curiosidad que mi cansancio, así
que encendí el ordenador y mientras tanto me puse el pijama. Una vez conectada
a internet me metí en Google, quizá encontraría alguna información de él. Con
los dedos un poco temblorosos tecleé su nombre y aparecieron varias páginas,
entré a una donde estaba una especie de biografía.
Tom Kaulitz
Nació el 1 de Septiembre de 1989 en la ciudad de
Leipinzing, Alemania. Tiene una hermana mayor llamada Caroline Kaulitz, hijo
del matrimonio conformado por los Alemanes Gordon Kaulitz gran empresario
bancario y Simone Trumper, reconocida pintora a lo largo del mismo país.
De niño tomo clases de piano,trompeta y de bateria, pero
siempre mostró su inquietud por los negocios. Estudió en las escuelas más
prestigiadas del país y siempre obtuvo las mejores calificaciones. Es egresado
de la universidad de Harvard donde cursó Administración de empresas y cuenta
con una maestría en Economía de la misma institución.
Actualmente es dueño de una pequeña cadena de hoteles que
inició con el Rose Imperial de la ciudad de Nueva Jersey, donde radica por
temporadas, su residencia oficial está en Seattle, muy cercana a la de sus
padres y también tiene una casa de descanso en Las Vegas.
Desde temprana edad mostró su inquietud por las chicas,
ganándose a pulso en la Educacion Secundaria Obligatoria y en la universidad la
fama de conquistador que ahora lo ha llevado a ser considerado el soltero más
codiciado del medio en el que se desenvuelve.
Es socio y vicepresidente de la fundación que inició hace
15 años su padre, la cual se dedica a ayudar a personas con enfermedades
terminales.
Eché un vistazo en otras páginas y, en una de sociales,
había fotos de la boda de su hermano, me sorprendió ver que estaba casado con
una de las más importantes modelos del país, Diana Ross, quien era la imagen
exclusiva del nuevo perfume del que había estado eligiendo las fotos hace pocas
semanas.
Y donde casi me caigo de la silla fue cuando mi mente
proceso que su hermana es nada más y nada menos que Caroline Kaulitz, la nueva
diseñadora a la que le estábamos organizando el evento del lanzamiento de su
línea de ropa y que sería el jueves de la semana siguiente precisamente en uno
de los salones del Hotel Rose Imperial.
Parecía ser un chico ejemplar, a excepción de su fama de
playboy, “algún defecto debería de tener, nadie es perfecto”, me dije en voz
alta. Me llevé las manos a la cabeza, sin poder dar crédito a que él fuera el
dueño del hotel donde me citaba, ahora comprendía muchas cosas, porque siempre
íbamos a la misma habitación, porque sabía lo de las cámaras en los elevadores
y lo del servicio a cuarto las 24 horas.
Esa noche casi no pude dormir, tenía demasiadas dudas en
mi cabeza y debía reconocer que una gran parte de mí iba a extrañar esos
encuentros, pero me quedaba claro que ya no podían ser, no cuando él conocía a
Zayn y cuando yo había comprobado que tenía a alguien en su vida, cualquiera
que fuera la relación que llevaran, una cosa era tener la sospecha y otra muy
diferente corroborarlo de primera mano, además ella era una buena chica, hasta
podríamos ser amigas.
Al día siguiente llegue muy temprano a la oficina, tenía
que mantener mi mente ocupada lo más que pudiera o me volvería completamente
loca. Como a la media hora llegó Olivia que se sorprendió de verme ahí a esa
hora.
A mediodía me llamó Victoria para contarme que había
peleado con Mauricio, al parecer su relación se estaba acabando de a poco, me
llamó muchísimo la atención algo que me dijo “ahora entiendo que todo debe ser
equilibrado, ni puro amor ni puro sexo, lo ideal es una combinación de ambas
cosas, tómalo en cuenta __ para cuando te cases, el deseo no es suficiente, si
no hay amor en algún momento se termina la pasión”. Me quedé pensando en sus
palabras y tenía razón, yo tenía el amor de Zayn y la pasión de Tom, ambos me
daban el equilibrio, pero separados la balanza se inclinaba hacia alguno de los
lados, que difíciles son las relaciones humanas.
Los días se me habían pasado volando, a pesar de que no
dormía mucho y sentía la necesidad de llamar a Tom, pero ahora no podría
resistir que su telefono me mandara al buzón, además él no daba ninguna señal
de querer estar conmigo y yo no iba a rogarle ahora que ambos sabíamos quiénes
éramos en realidad.
Me miré al espejo después de terminar de arreglarme, hoy
era la fiesta del lanzamiento de la línea de ropa de Caroline Kaulitz y ella se
había empeñado en que Olivia y yo vistiéramos uno de sus modelos. Mi amiga
eligió el más atrevido, yo me quedé con uno verde que me llegaba justo arriba
de la rodilla, tenía descubierta la espalda y se unía por el cuello en una tira
que bajaba por ambos lados al frente, así que tenía un escote, era un poco
volado y de una tela finísima. Me coloqué encima la estola verde también, tomé
mi bolso y salí rumbo al conocido hotel que no había pisado hacía dos semanas,
claro que el propósito de esta visita era muy diferente.
Fui la primera en llegar, me aseguré que todo estuviera
en orden, la plataforma para el desfile estaba lista, las sillas acomodadas, la
enorme mesa con los bocadillos y las bebidas, el lugar donde se colocaría la
poca prensa que habría, los meseros perfectamente vestidos, un chico estaba
haciendo la prueba de sonido, todo iba marchando de acuerdo a lo planeado.
Minutos después llegó Olivia y dimos las últimas indicaciones a los edecanes
que recibirían a los invitados.
– ¿No va a venir Zayn? – me preguntó Olivia mientras se
retocaba el maquillaje.
– No, tuvo que viajar a San Francisco, creo que regresa
el sábado.
– Ah vale, hace mucho que no lo veo.
– Yo también, bueno, desde el domingo que fuimos al cine,
y tú, ¿por qué no invitaste a tu nuevo amor?
– Tenía otro compromiso.
Alrededor de las siete empezaron a llegar los asistentes
y mis piernas me temblaron al ver entrar a Jaxon y Diana, señal de que Tom en
algún momento se presentaría, era lógico que toda la familia estuviera presente
y yo me debatía por dentro, a una parte de mí le daba miedo volver a verlo,
pero la otra se moría de ganas de mirarlo aunque fuera a lo lejos.
Hola!! Bueno aqui estan los tres caps de Hoy, siento mucho no haber agregado caps el martes y ayer pero el martes andaba por oaxaca ya que acompañe a mi mama a consulta, y ayer porque no estaba de animos, me paso una cosa que mejor ni recordarla, mañana a la mejor no agrege, tengo expocision para el sabado y tengo que estudiar pero el sabado es un hecho, Bueno que esten bien y nos vemos pronto, ADIOS :)
oooh!! esta buenísima!! a cabo de leer todo me encanto y ahora que pasara... por favor continua ! :D
ResponderEliminarTe juro que moriii!! Obvio tendrían que encontrarse en cualquier momento pero fue pronto y de que maneraaa..
ResponderEliminarHay Tom yo creo q tu igual quieres estar con (tn) aprovechen que estan en el mismo hotel!!
Yo creo que Zyan la engaña estoy seguraaa..
Siguelaa esta de lujo la fic. Me encantoo ;)
:O esta buenisimaaaaaaaa la fiiic jajaja no puedo creer q Tom conosca a Zayn q casualidad jajaja q fuerte fue eso para (Tu nombre) y yo creo lo mismo q Zayn tambien la engaña :s
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