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viernes, 31 de enero de 2014

Capitulos de Maratom

ULTIMOS CAPITULOS!!!

CAPITULO # 48 (INICIO DE MARATOM)

Empujó fuertemente una puerta y salimos a la parte trasera del bar, había varios contenedores de basura y una luz que parpadeaba casi a punto de extinguirse. Me acorraló contra la pared y me besó ansiosamente en tanto yo ponía mis manos sobre sus nalgas y la pegaba más a mi cuerpo, si es que eso era posible. Rompió el beso y se dirigió a mi cuello que lamió y mordisqueó a su antojo mientras yo le deshacía el nudo de la blusa y la dejaba caer, sosteniéndose únicamente de la cintura, enterré mi boca en sus senos y me los comí, lengüeteando y mordiendo sus duros pezones, ella gemía y con una mano me acariciaba el miembro encima del pantalón, con gran habilidad lo desabrochó y liberó mi dureza de su prisión.

Vi como se hincaba y se lo llevaba a la boca introduciéndoselo de una vez, yo gemí sin poder evitarlo, era una sensación demasiado placentera, ella sabía hacerlo muy bien y me miraba con lujuria haciéndose dueña de mi erección que recorría sin parar, yo tenía mis manos en sus orejas, el contacto visual volvía más perversa y excitante la situación. Se detuvo justo en el momento preciso y rápidamente desabrochó su pantalón y lo bajó a la altura de sus rodillas mientras yo me ponía el condón.

Me dio la espalda y se agachó un poco, coloqué la punta de mi miembro en la entrada de su sexo y entré de un tirón, ella soltó un gritito y echó su cabeza hacia atrás y con una mano rodeó mi cuello en tanto yo embestía en ella con fuerza apretando sus senos. Gemía en su oreja y ella se movía junto conmigo logrando un roce delicioso. Me soltó el cuello y puso ambas manos sobre sus rodillas, yo la tomé por la cintura y seguí entrando y saliendo de su cuerpo con rapidez hasta que instantes después un grito escapó de su boca indicándome que había llegado al orgasmo, di unas estocadas más y yo llegué también.

Nos acomodamos las ropas en silencio, no sé porque, pero no quería mirarla. Me acerqué a uno de los contenedores y tire el condón, ella me abrazó por atrás y metió una tarjeta al bolsillo de mi pantalón

–Me llamo Jessica, llámame cuando quieras, me encantaste – dijo en mi oreja y me dio un mordisco en el lóbulo.

Entró de nuevo al bar y yo me quedé ahí parado unos minutos, saqué la tarjeta y la leí, era doctora, sonreí, sabía diagnosticar bien a sus pacientes y darles la cura que necesitaban. Rompí en dos la tarjeta y la tiré, no me interesaba volver a verla.

Regresé a la mesa y Julieta me miró con reproche, yo la ignoré y me tomé el tequila, cuando pasó el mesero le pedí otro y así seguí hasta que perdí la cuenta de los que me bebí hasta que, de pronto, todo me empezó a dar vueltas, estaba en un estado medio, entre la conciencia y la inconsciencia, casi no sentía mi cuerpo y el piso mucho menos, estaba logrando olvidarme de mi patética vida amorosa, tenía años cerrándome a ese tema y cuando alguien, sin que yo pudiera evitarlo, hizo una pequeña abertura resultó que no valía la pena, merecido me lo tenía por haber jugado con otras mujeres.

No supe como salí de ahí ni mucho menos como hizo Julieta para meterme a su departamento, vivía en un tercer piso y en su edificio no había ascensores. Cuando estuve vagamente consciente de mí, me encontraba abrazando el retrete y expulsando hasta lo que había comido la semana pasada. Como pude y con su ayuda me puse de pie, entonces ella me llevó a la bañera y abrió el agua fría mientras me regañaba peor que mi madre, yo ni le entendía lo que decía y mi cuerpo empezó a temblar.

– Julieta no seas cruel, me va a dar pulmonía – dije entre castañeos de mis dientes.
– Pues, a ver si con eso se te baja la tremenda borrachera que traes, no puedo creerlo, Tom, ni cuando eras adolescente te pusiste así.

Empezó a desabrocharme la camisa y la detuve mirándola con pánico, no sabía porque, pero siempre me había dado vergüenza que me viera desnudo.

– Ay, no te voy a violar, cálmate, además ni que fueras el primer hombre que vaya a ver desnudo, tienes lo mismo que todos.
– Yo puedo solo.
– Está bien, arréglatelas como puedas, todavía de que me preocupo por ti, voy por algo de ropa, ahí hay una toalla – me señaló.

Cuando Julieta salió del baño abrí un poco el agua caliente y me desnudé, me quedé varios minutos ahí parado, sintiendo el agua tibia recorrer mi cuerpo. Luego de un rato cerré la llave, me sequé y salí con la toalla enredada en la cintura, sentía la cabeza pesadísima, como si trajera un peso encima y aún estaba mareado, en la cama vi un pantalones y unos bóxers.

– Eran de mi ex, creo que te quedarán bien – explicó Julieta.
– Gracias.
– Tómate el café que te deje en la mesa de noche.
– No quiero, necesito dormir.
– Pues tómatelo antes de dormir, dios, Tom, ¿qué rayos te pasa?
– ¿Quieres dejar de regañarme ya?, por favor.

Le di unos sorbos al café, me supo horrible y no me lo terminé, me acosté en la cama y sentía que se movía, cuando Julietta se acostó yo sentí que me hundía, cerré los ojos y después de un rato me quedé dormido. Cuando desperté una terrible sed me inundaba, tenía seca hasta la garganta y un ardor horrible en el esófago y ni que decir del dolor de cabeza, parecía que me iba a estallar en cualquier instante, me enderecé y todo me dio vueltas, no pude levantarme y volví a acostarme en la cama.

– Buenos días – dijo Julieta entrando a la habitación con una bandeja en las manos.
– ¿Qué tienen de buenos?, me siento fatal.
– Y cómo no, con todo el tequila que te tomaste anoche, siéntate, necesitas comer algo.
– No tengo hambre, muero de sed.
– Lo sé, lo sé, ya te traigo algo que te aliviará.

Con dificultad me enderecé y Julieta puso la bandeja en mis piernas, ella tan atenta como siempre, ayudándome y rescatándome cada que lo necesitaba. Vi que echó dos pastillas en un vaso medio lleno de agua y éste empezó a burbujear, me lo tomé de un solo trago y después me bebí todo el vaso de zumo de naranja y comencé a comerme la fruta, poco a poco, ella se sentó frente a mí.

CAPITULO # 49

– Ahora sí me puedes explicar por qué bebiste de esa manera.
– No cometí ningún delito y créeme que si fue así ya lo estoy pagando.
– ¿Qué te sucede Tom?, tú no eres así, jamás habías abusado del alcohol.
– Nada, no me sucede nada, ¿vale?
– Claro y yo soy la primera dama de Estados Unidos… ¿acaso es por una mujer?
– Ay por dios Julieta, sabes que yo no me engancho.
– Siempre hay una primera vez para todo, es eso, ¿verdad?
– No, de sobra sabes que mi único amor es y será Noelia.
– Está bien, veo que estamos en la etapa de la negación.
– ¿Quieres dejar de usar tus rollos psicológicos conmigo?
– Uy, que susceptible amaneciste, o ¿será que toqué una fibra sensible?
– Ya basta Julieta, por favor, suficiente tengo con el dolor de cabeza como para estar soportando tus cosas.
– Está bien Tom, si no me quieres contar nada no te presionaré, pensé que no había secretos entre nosotros.
– No los hay, no me emborraché por ninguna mujer, estaba estresado, tengo mucho trabajo, se vienen proyectos nuevos muy importantes y se me pasó la mano con el alcohol, no fue planeado.
– Vale, si esa es tu versión, te creeré – dijo moviendo la cabeza nada convencida.
– Julieta – le tomé una mano – si algún día alguien me llega a interesar, te aseguro que serás la primera en saberlo.
– Eso espero – suspiró resignada – ay Tom, ya madura por favor, deja de andar con una y con otra, no creas que no me di cuenta que anoche te perdiste un buen de tiempo con una tipa que casi te viola en la pista de baile.

Le sonreí sin comentarle nada al respecto, a pesar que me había gustado la aventura, hoy, extrañamente, sentía que no debí haberlo hecho, me estaba arrepintiendo, como si hubiera cometido una traición, pero, ¿qué demonios?, ¿por qué no?, yo era soltero y podía divertirme cuantas veces quisiera y con quien fuera. Terminé de desayunar y volví a dormirme, así pasé la mayor parte del día y del domingo también.

Si alguien era un ángel en mi vida, esa era Julieta, sin duda, estaba conmigo sin importarle nada, apoyándome siempre al 100%, ojala hubiera podido enamorarme de ella, sería la mejor pareja que podría tener; cariñosa, entusiasta, amable, leal, simpática, confiable, pero, no, sólo la podía ver como amiga, fue tan extraño haberla besado en aquel juego de botella cuando éramos adolescentes, sentí que estaba besando a mi hermana, ahí supe que jamás la vería de otro modo.

Lunes y martes transcurrieron sin ninguna novedad, sólo trabajo, juntas, leer y responder mails, firmar documentos, la misma rutina de siempre. El miércoles por la tarde mi asistente me anunció que un hombre insistía en entregarme unos papeles en persona, se identifico como Alexander y dijo que iba de parte de Ethan Trudeau y que la información que llevaba era confidencial y sólo me la podía entregar a mí, en seguida supe de que se trataba y le dije que lo hiciera pasar.

Me entregó un sobre cerrado bastante grueso, por cierto, del cajón del escritorio saqué mi chequera y llené un cheque con la cantidad que me indicó, por sus honorarios, no fue nada barato, pero en fin, ya no había vuelta atrás. Cuando él salió de mi oficina tomé el sobre en mis manos, lo estuve mirando varios minutos y decidí que ya no importaba así que lo metí hasta abajo del cajón y continué con mi trabajo.

A las seis se empezaron a marchar todos los empleados y me quedé solo en mi oficina terminando de llenar unos formularios que necesitaba llevarme a mi viaje. Una hora después partí a mi departamento, cuando abrí el cajón para sacar las llaves de mi coche vi el sobre, dudé en un principio, pero la curiosidad me ganó y lo agarré.

Llegando a mi departamento me puse la pijama y me tumbé en la cama, abrí el sobre y había muchos papeles y varias fotografías de ___, algunas sola y otras con ese tipo con el que la había visto una semana atrás. Tomé una fotografía y la miré, era tan hermosa y sentí que el corazón me latía más aprisa.

Comencé a leer y me enteré de muchas cosas, su fecha de nacimiento, acababa de cumplir 23 años, vivía sola, sus padres eran divorciados, sus padres vivían lejos de ella, tenía un año viviendo en Nueva Jersey y trabajaba en la misma agencia que estaba llevando la publicidad de la línea de ropa de Caroline, pero, ¿sería posible que la chica de la que me habló fuera ella? Seguí leyendo, no tenía mascotas, sus flores favoritas eran las rosas, le gustaba el cine y llevaba siete años con su novio Zayn, eso me dejó perplejo.

Miré el calendario en mi movil y me di cuenta que el día que la conocí era su cumpleaños, pero, ¿qué clase de novio tenía que la había dejado sola en una fecha tan importante?, eso era muy extraño y más que el nombre de mi rival me resultara conocido, ya lo había escuchado antes, pero ¿qué había pensando?, ¿mi rival?, ¿acaso me estaba volviendo loco?.

El viaje resultó muy productivo, conseguí financiamiento para la construcción del hotel en Londres y descubrí que Zayn trabajaba en una importante casa de bolsa en Nueva Jersey y que uno de mis socios era su cliente, muy conveniente.

El lunes por la mañana le pedí a mi asistente que consiguiera el teléfono de ese lugar y que me sacara una cita directamente con él. Los negocios me habían enseñado que al enemigo había que tenerlo cerca si se quería acabar con él.

___ seguía sin buscarme, hoy justamente se cumplían dos semanas de nuestro último encuentro. Ah, pero, ¿qué hacía yo pensando en ella y buscando conocer a su novio?, sonreí malévolamente, ¿qué cara pondría ella si me viera en algún lugar con él?, ¿cuál sería su reacción al enterarse que lo conozco?, tal vez le devolvería el golpe que ella me dio cuando yo la vi con él, aunque no sería lo mismo.

El martes llegue a las once en punto a la casa de bolsa, la asistente de Zayn me dijo que estaba en una junta, que me sentara a esperarlo, tomé una revista y me senté en el sillón. A los quince minutos llego él y al verlo de inmediato vino a mi mente la escena que presencié afuera del departamento de ___ y la misma sensación me recorrió nuevamente. Él se acercó y me estrechó la mano cordialmente.

– Disculpa la tardanza, la junta se prolongó más de lo previsto, tú eres…
– Tom Kaulitz, soy socio de Roger Montgomery y él me recomendó contigo, Zayn, ¿verdad? – respondí estrechándole la mano y ahí agradecí las clases de actuación que había tomado en la preparatoria, porque le sonreí sin que él notara que en realidad quería golpearlo.
– Sí, Zayn, mucho gusto.
– Igualmente – le mentí categóricamente.
– Pasemos a mi oficina.

Estuvimos hablando de inversiones, era bastante bueno en su trabajo y conocía a la perfección el manejo de la bolsa, sería un negocio bastante productivo trabajar con él, un negocio redondo. Sonó su movil y sonrió enormemente al leer el mensaje, supuse que era de ___ porque hasta le brillaron los ojos. Salió de su oficina por unos documentos que tenía que firmar y el muy torpe dejó su celular sobre el escritorio, así que lo tomé y leí el mensaje que le había llegado, la tenía registrada como “princesa”.

“Hola bombón, ardo en deseos de que sea viernes para verte, ¿no podrías hacer hoy una excepción y salir conmigo en lugar de con ella? Besitos Zayn.”

Dejé el movil de nueva cuenta en el escritorio y sonreí, ¿así que Zayn escondía un secretito? Que conveniente resultó eso para mí. El idiota ignoraba que su novia le estaba pagando con la misma moneda y que ahora él mismo sería quien me la pondría en bandeja de plata. ___ no se merecía a un tipo como él y si ella no me buscaba yo llegaría a ella y, esta vez, sin reglas.

CAPITULO # 50

Zayn regresó y se sentó frente a mí, me entregó todos los papeles que debía firmar y volvió a llegarle otro mensaje a su celular, al ver la expresión de alegría de su rostro decidí arruinarle sus planes, ya sea que fueran con ___ o con la “princesa”.

– ¿Qué te parece si vamos a cenar esta noche?, para celebrar el cierre del negocio.
– Claro, me parece estupendo – aceptó de inmediato.
– Acaban de inaugurar un restaurante de comida italiana en el centro, ¿qué tal si nos vemos ahí a las ocho?
– Genial.
– Puedes llevar a tu novia si gustas, yo iré con una amiga.
–Me gusta la idea, de acuerdo, entonces nos vemos en la noche – me tendió su mano.
– Un placer hacer negocios contigo, Tom.
– Ya lo creo – respondí estrechándosela con una sonrisa sarcástica.

En cuanto salí de ahí le llamé a Julieta, había encontrado la forma de devolverle el golpe a ___, le iba a mostrar lo que yo sentí cuando la vi con su noviecito y mi mejor amiga me ayudaría con eso.

– Hola baby, ¿cómo estás? – respondió entusiasta como siempre.
– Bien niña, ¿y tú?
– También, ¿a qué debo el honor de tu llamada?
– Quiero invitarte a una cena de negocios que tendré hoy.
– Genial, ¿alguno de los invitados está soltero y disponible?
– Temo decirte que no, pero aún así, ¿puedes ponerte muy bonita?, por favor, uno nunca sabe con quién se pueda topar en un restaurante.
– ¿De casualidad hay alguna razón oculta para que quieras que me arregle con esmero?
– No, por supuesto que no, sólo iremos a cenar con un corredor de bolsa y su novia.
– Vale, ¿a qué hora pasas por mí?
– A las 7:30, puntual, ¿eh?, sabes que no me gusta esperar.
– Sí mi general, a esa hora estaré lista y guapísima, claro que eso no me costara ningún trabajo, jajaja.
– Ay niña, te veo más tarde, te mando mensaje cuando esté afuera de tu edificio.
– Vale, besos.

Dentro de mí había cierto entusiasmo por la posibilidad de ver a ___ esa noche, sobre todo por ver la expresión de su rostro cuando supiera que conocía a Zayn y la que haría al verme con Julieta, quería comprobar si yo le importaba, aunque fuera un poco, para así tomar una decisión sobre lo que haría más adelante.

Pasé por Julieta y se veía realmente bien, debía reconocer que mi amiga era muy guapa y cuando se arreglaba minuciosamente estaba mucho mejor. En el trayecto al restaurante me estuvo hablando sobre su día, había llegado un nuevo profesor a su escuela y al parecer había surgido un clic entre ellos. Llegamos al lugar y aún no estaba Zayn, así que pedí una mesa cercana a la puerta para que me localizara fácilmente, mi corazón empezó a latir más aprisa por la esperanza de verla, pero el entusiasmo me duró poco cuando vi que Zayn entraba solo.

– Buenas noches, disculpen el retraso, me entretuve en la oficina.
– No te preocupes, diez minutos no es nada, te presento a Julieta, mi mejor amiga, él es Zayn, mi corredor de bolsa.
– Encantado de conocerte Julieta – dijo tomándole la mano y dándole un beso en la misma.
– Igualmente Zayn.
– Mi novia se disculpa por no poder acompañarnos, pero mañana tiene un evento de su trabajo y aún sigue en la oficina ultimando detalles.

Le di una sonrisa fingida mientras se sentaba, el mesero se acercó y pedimos la cena. Zayn estuvo hablando sobre su vida laboral, era un ególatra de lo peor y le encantaba fanfarronear con lo bueno que era en su trabajo, al que según él le dedicaba gran parte de su tiempo, ahora comprendía porque __ tuvo que recurrir a mí, seguro la tenía abandonada en el plano sexual, sobre todo si esa parte se la dedicaba a su “princesa”. Después de dos horas y media salimos de ahí, pasé a dejar a Julieta a su departamento y luego me dirigí al mío.

El viernes llegó rapidísimo, es increíble la forma en que se pasa el tiempo cuando está uno concentrado en el trabajo, era lo único que me quedaba por hacer si quería evitar pensar en __, no entendía que me había hecho esa mujer para tenerme así, actuando como un vil psicópata que quería saber todo de ella y entrar en su vida de alguna forma que no fuera por las llamadas que, por cierto, seguían sin llegar. En eso estaba cuando sonó el movil y lo tomé con la esperanza que fuera ella pero no, sin embargo, contesté, necesitaba distraerme y relajarme, así que quedé de verme, una hora después, con esta desconocida.
****
Entonces me envolvió con sus piernas mientras sus manos viajaban por mi espalda y se movió de manera desenfrenada incrementando el roce de nuestros sexos, estaba tan mojada que me deslizaba con demasiada facilidad, ella apretó los músculos de su centro provocando que el placer aumentará, así que comprobé lo que quería saber, ___ me había echado de menos tanto como yo a ella, su cuerpo, las expresiones de su cara, sus manos, sus gemidos me lo decían, nuestros cuerpos se fundían en uno solo, en una sincronía perfecta, yo sentía mi sangre hervir en cada rincón de mi ser hasta que ambos llegamos al orgasmo y me dejé caer sobre su cuerpo.

No sé cuánto tiempo me quedé dentro de ella sin moverme, pero mi miembro se rehusaba a salir de su intimidad y no iba a ir en contra de eso, había pasado muchos días sin sexo y estaba ansioso, así que la besé desesperadamente, aprisionando su lengua, mordiéndosela ligeramente mientras ella me acariciaba la espalda. Fui besando su mentón hasta llegar a su cuello que mordisqueé levemente en tanto una de mis manos acariciaba uno de sus senos y pellizcaba suavemente su pezón. ___ jadeaba placenteramente y, aunque no quería, tuve que salirme de ella para cambiarme el condón, le di un pequeño beso lamiendo sus labios antes de levantarme.

Tiré el preservativo usado y me puse uno nuevo, me senté al borde de la cama y le extendí mi mano, ella la tomó y la jalé, la hice sentarse sobre mis piernas, a espaldas de mí, coloqué su cabello en un costado y empecé a besar y lamer su hombro desnudo mientras nuestros sexos se rozaban lentamente y deslicé mi mano hasta su centro para frotarlo con mis dedos en tanto besaba su cuello. Ella movía su pelvis adelante y atrás mientras yo sentía como mi miembro se alistaba una vez más. Seguimos frotándonos otro poco en tanto mis manos acariciaban sus senos.

– Levántate, por favor – susurré en su oído cuando sentí que ya no podía más, me subí a la cama y doblé mis piernas – híncate de espaldas – le indiqué y así lo hizo.

Apoyó sus manos sobre mis rodillas y entré en ella, puse mis manos en sus nalgas ayudándola a subir y bajar mientras ambos gemíamos. Después, ella comenzó a moverse nuevamente adelante y atrás con mi miembro dentro, era una sensación realmente exquisita tenerla de esa manera, yo le acariciaba sus nalgas en tanto ella seguía con sus movimientos. Luego la hice que se acostara de lado y volví a quedar detrás de ella, ahora yo guiaba el vaivén de nuestros cuerpos, entrando y saliendo de ella con cierta velocidad mientras mi dedo estimulaba su clítoris, ella gemía sin parar y como deseaba que gritara mi nombre. Seguí moviéndome más rápidamente hasta que volvimos a llegar juntos al orgasmo.

CAPITULO # 51 (FIN DEL MARATOM)

A continuación fue ella la que recorrió mi cuerpo con besos y caricias, después yo puse una almohada en la cabecera de la cama y me recargué, la ayudé a subirse en mí, con sus piernas sobre mis hombros y volví a entrar en su cuerpo en tanto ella apoyaba su espalda en mis piernas que tenía dobladas, nos mirábamos mientras nuestros cuerpos se fundían, me encantaba verla con su rostro retorcido y su frente cubierta de sudor, disfrutando del placer que ambos nos proporcionábamos.

Mis manos estaban aferradas sobre sus costados, veía como ella abría la boca y se mordía los labios, sujetándome por los brazos, los movimientos se aceleraron, yo sentía que casi terminaba, pero a ella le faltaba un poco así que me contuve hasta que me di cuenta que estaba a punto de conseguirlo y logré terminar al mismo tiempo que ella. Descansamos sin decir nada, sólo mirábamos el techo, luego de estar un rato así, volví a cambiarme el condón y la hice mía otra vez, después de explotar nuevamente, me acosté a su lado.

De pronto, una luz atravesó por la ventana seguida por el estruendoso ruido de un trueno y luego por el sonido de la lluvia. ___ se pegó a mi cuerpo y me abrazó temerosa.

– ¿Te asustan las tormentas? – no pude evitar preguntárselo, eso no venía en la investigación.
– Sí, desde niña – respondió avergonzada.
– No pasa nada, la lluvia es algo muy normal, vital para la vida, además no estás sola – quise abrazarla, pero me detuve, quizá era mejor no darle alas al asunto.
– Lo sé, es sólo que… no importa
– Tranquila, me quedaré aquí hasta que pase – dije acariciando su hombro tratando de tranquilizarla.
– ¿De verdad? – preguntó, pero no supe si fue ilusión lo que había en su tono de voz o yo me lo estaba imaginando.
– Sí, no traigo coche y no quiero mojarme – le mentí, pero no quería ilusionarla, yo no era un santo y tampoco quería hacerme ilusiones, ella tenía novio.

__ se acostó de lado, separándose de mí y dándome la espalda, se aferró a la almohada y yo me quedé ahí, inmóvil, pensando si era buena idea romper de una vez por todas las reglas frente a ella, decirle que me había dado cuenta que la necesitaba como jamás había necesitado a alguien, a tal grado que mi cuerpo no había respondido a otras mujeres, además de que había sido capaz de mandarla investigar con tal de saber todo sobre ella, sin embargo, eso lejos de halagarla podría asustarla y más si supiera que había estado vigilando su edificio, por lo que preferí callar.

Cuando me di cuenta que estaba dormida le acaricié su brazo, me encantaba la textura de su piel; suave, tersa, delicada, la acaricié con el dorso de mi mano, con las yemas de mis dedos, ella no se inmutó así que me atreví a pegarme a su cuerpo y la abracé por la cintura, enterrando mi cabeza entre su espeso cabello y me perdí en su olor.

– No me dejes sola esta noche.

La escuché decir y me separé abruptamente de ella, pero seguía profundamente dormida, entonces puse mi cabeza sobre mi mano para mirarla, velando su sueño mientras la lluvia continuaba cayendo.

– Te necesito… no te vayas… las reglas, sí las reglas.

Ahí me di cuenta que estaba soñando conmigo, ¿acaso ella también quería romper las reglas y no se atrevía?, tenía que encontrar la manera de hacerlo fortuitamente, al parecer, ninguno de los dos era capaz de quebrantarlas frente al otro.

No me di cuenta cuando me quedé dormido hasta que sentí los tibios rayos del sol sobre mi piel, abrí los ojos y vi que ella seguía durmiendo, miré mi reloj y eran las diez de la mañana, me levanté con cuidado para evitar despertarla y nuevamente decidí dejarle una nota, así que bajé otra vez a la oficina del gerente, tenía que seguir con mi teatro de desconocido para sorprenderla cuando nos viéramos en la calle.

Escribí varias cosas y las borré hasta que encontré la frase que quería decirle: “Recuerda que después de la tempestad viene la calma, la vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso”, yo iba a darle el equilibrio que ella necesitaba, ese que Zayn no le daba. Regresé a la habitación y le dejé la nota sobre la mesa, la miré unos instantes y después me fui.

Por la tarde llegó Julieta a mi departamento y me propuso que fuéramos al juego de los Gigantes, que era el siguiente lunes. Ella era gran fan de ese equipo, así que la abracé y le di un beso en la frente, sin querer me dio la idea perfecta para propiciar el encuentro casual con ___, recordé que Zayn me había mencionado que él jugaba futbol americano en el instituto, así que seguro iría si lo invitaba, sólo esperaba que esta vez sí fuera con ella.
***
Llegué a un pequeño y discreto hotel del centro de la ciudad, la chica me esperaba en el lobby, era un verdadero monumento; alta, rubia, con una potente delantera y unas piernas de ensueño. Le sonreí, ella me devolvió la sonrisa y se levantó del sillón, caminamos a los elevadores sin decir nada, siguiendo fielmente las reglas de la sociedad, entramos a la habitación y nos besamos acaloradamente mientras le acariciaba sus grandes senos por encima del vestido y ella me frotaba mi miembro sobre el pantalón.

Rompimos el beso para tomar aire, ella me miró con un aire perverso y me tumbó sobre la cama, se hinco sobre mí con sus piernas a los costados y se quitó el vestido y a mí, el pantalón y los bóxers, después fue subiendo mi suéter en tanto lamía mi abdomen, yo me levanté un poco para que me lo quitara, volvió a darme un beso furioso en la boca y luego pasó a mi cuello que succionó y mordió, yo tenía mis manos sobre su contorno acariciando su tersa piel y, entonces, caí en la cuenta de algo que jamás me había ocurrido, mi cuerpo no estaba reaccionando a sus caricias, no me sentía nada excitado pese a tenerla desnuda sobre mí, una especie de culpa me carcomía por dentro, un sentimiento de traición nuevamente, así que la obligué a bajarse y me senté.

– ¿Qué pasa? – preguntó acostándose de lado con una mano sobre su cabeza.
– No sé – me quedé pensativo – no puedo – añadí confundido.
– ¿No puedes?, ¿tienes problemas?, me habían dicho que eras de lo mejor.
– Nunca me había pasado, quizá sea estrés.
– Yo te ayudaré, creo que debí haber empezado de otra forma – exclamó y se acercó para tomar mi miembro con su mano, pero la detuve.
– No lo hagas.
– ¿Estás seguro?, puedo hacerte llegar sólo con mi boca.
– No lo dudo, pero… no quiero – dije y me levanté de la cama.
– O sea, ¿qué me vas a dejar con las ganas?
– Puedes llamar a cualquier otro, seguro tendrás varios números.
– Vaya respuesta, por supuesto que llamaré a otro, que sí sea hombre, no como tú.

No le presté la menor importancia a su comentario y terminé de vestirme en silencio. Salí de ahí sin voltear a verla, caminé por el pasillo rumbo al ascensor, estaba desconcertado como nunca antes, por más que estuviera cansado o estresado no era para que mi miembro se quedara bloqueado, ¿qué demonios me estaba pasando?, ¿por qué sentí que estaba a punto de ser infiel?

La imagen de __ vino a mi mente, ¿qué clase de hechizo me había puesto?, no, ella no podía ser la causante de esto, en el bar había podido hacerlo perfectamente con la doctora, ¿sería por el alcohol o por la rabia de enterarme que estaba con otro?, definitivamente me estaba volviendo loco y al parecer ella era la responsable.






Hola!!! Bueno chicas ya falta poco para que la historia termine :(( lo se me mataran pero asi es la vida xD ... pero tengo mas historias para compartirles :)) Bueno como veran Tom no quiere estar con otra mujer que no sea la rayis :3 lindura jajajja Tom descubrio que Zayn engaña a la rayis ¬¬ ese negrito musulman jajaja (Asi le digo de cariño a Zayn) no me maten ._. jajajaja para las que les gustan Zayn si es que les gusta 1D *-* Bueno sin mas que decir me despido y Feliz Fin de Semana!! :D

5 comentarios:

  1. oh wow !! con razon sabia tanto de ella *-* WOW !! Tom <3 <3 no reacciona con ninguna mujer *-* que belloo !!! *-* (no quiero que se acabe :( extraniare esta) *-*

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  2. geniales !!! y no quiero que se acabe :'( ..pero bueno están geniales los caps..Tom se esta enamorando jejejeje ..espero los próximos caps con ansias...cuídate :)

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  3. :O ahora entiendo mejor como es q Tom sabia tanto de (Tu nombre) se estaba enamorando jajaja y no pudo hacerlo con esa mujer xq estaba pensando en (Tu nombre) no queria serle infiel aunque no fueran nada y el no quisiera admitirlo se ha enamorado definitivamente de ella q lindooooo.. Amooooo tu fiiic nunca dejare de decirlo escribes super genial!!!!! q lastima q ya va a terminar :(

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  4. Mi Tom ya sabia todooo!! De la rayis..

    Siguelaaa . Me da penita que termine pero si quiero saber el final de l fic :)

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  5. Hola virginia no quisiera q terminara la fiic pero bueeh todo llega a su final yo amo esta fic es super buena ese Tom desde q conocio a (Tu nombre) le gusto q romántico de verdad.. Tengo 2 cuentas de google pero x esta cuenta es donde me puedo conectar para poder subir caps a mi nuevo blog y me gustaria mucho q me siguieras es el primero q escribo http://darknesslight-fanfic.blogspot.com/ xfiis metete en mi blog a ver q tal te parece es sobre lobos.. la recomiendas pleaseeeee!!! Q bello es Tom ojala se casen y ella quede embarazada jejeje..

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